Los números que explican por qué el Banco Central no acumula dólares
En julio, los subsidios energéticos demandaron $211.901 millones y aumentaron 77,7% interanual; las importaciones de energía, por otro lado, demandaron US$2281 millones de divisas y se constituyeron en el gran agujero negro de los dólares
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Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, busca recortar el gasto del Estado a través de menores transferencias a las provincias para inversiones en capital, por otro lado, los subsidios a la energía no paran de subir en el año. En julio, las asistencias a la energía demandaron $211.901 millones y aumentaron 77,7% interanual, lo que implica una suba real (descontada la inflación) de 4%.
En los primeros siete meses del año, las transferencias del Tesoro para cubrir los subsidios a la energía representaron $922.827,6 millones. Esto implica casi el doble del gasto que se necesitó en el mismo periodo del año pasado, cuando el Estado destinó $467.124,6 millones al sector. Según la consultora LCG, esto implica un incremento de 97,6% o, en términos reales, descontada la inflación, de 24%.
El mes de julio fue atípico para Economía, donde hubo tres ministros distintos, desde la renuncia de Martín Guzmán, la breve gestión de Silvina Batakis y la llegada de Massa. Los cambios de funcionarios afectaron el normal funcionamiento del Palacio de Hacienda, que evidenció una subejecución en los pagos. Por ejemplo, a las provincias se les transfirió solo el 68% de lo comprometido para el mes pasado, según explica LCG.
Por lo tanto, en Energía pudo haber sucedido una situación similar. “Durante julio, el devengado en concepto de subsidios energéticos fue prácticamente nulo pese a ser un mes estacionalmente alto: los subsidios devengados a Cammesa [la compañía con control estatal encargada de los despachos de energía eléctrica] alcanzaron los $500 millones, cuando un año atrás eran $70.000 millones. Lo correspondiente a gas ascendió a $2000 millones, cuando un año atrás representaron $11.000 millones”, analizó LCG.
Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, también hizo hincapié en que Batakis tardó en designar a su equipo de trabajo y, por lo tanto, hubo pagos que se pisaron y no se ejecutaron el mes pasado. “En julio se pararon sobre la caja y voló la deuda flotante, que también está limitada por el Fondo Monetario Internacional (FMI): no se pueden dejar tantas operaciones sin pagar. En la práctica, no hubo cambios de fondo en el gasto. Veremos el verdadero impacto del ajuste con el correr de los meses”, indicó.
Una muestra de que el gasto destinado al sector energético siguió creciendo es el detalle de importaciones del informe de intercambio comercial argentino (ICA) del Indec. De esos datos se desprende que, en julio, se demandaron US$2281 millones el mes pasado, el triple que los US$718 millones que se demandó en julio de 2021. Es decir, hubo un aumento interanual de 217,7%, que se debió a una suba de 111,3% en los precios y de 50,8% en las cantidades importadas.
En el acumulado del año, las importaciones de combustibles y lubricantes demandaron US$9008 millones, un aumento considerable si se tiene en cuenta que en los primeros siete meses de 2021, se habían importado US$2999 millones (suba de 200,4%). Esto explica, en parte, por qué al Banco Central (BCRA) le cuesta comprar dólares para fortalecer las reservas, ya que debe destinar más divisas al sector energético que un año habitual.
En el mes de julio, en particular, las principales importaciones de energía fueron los buques de gas natural licuado (GNL), con un costo de US$869 millones (proveniente de Estados Unidos, Guinea Ecuatorial, Argelia, Noruega); el gasoil, por US$753 millones (comprado a Estados Unidos, Arabia Saudita, República de Corea, India, Emiratos Árabes Unidos); el gas de Bolivia, a US$253 millones, y el fueloil, que demandó US$81 millones.
Sin embargo, por otro lado, la entidad monetaria evita referirse a la brecha cambiaria arriba de 100%, que desincentiva a los exportadores a vender más productos al exterior, pese a que los precios de las commodities también está en niveles casi récord. Pese a esta distorsión cambiaria, las exportaciones de productos primarios aumentaron 24,1% en los primeros siete meses del año y generaron divisas por US$14.711 millones.
La demanda de divisas para abastecer las importaciones de energía podría agravarse en el invierno del año próximo si el Gobierno no logra que el gasoducto Néstor Kirchner esté terminado para el 20 de junio, como anunció la empresa estatal Enarsa. Según datos del experto en energía Daniel Gerold, el precio del GNL para entrega en septiembre subió 17% a US$84,9 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), un récord histórico y un problema de máxima seriedad para Europa y el Sudeste Asiático. “Los futuros de GNL para nuestro invierno 2023 suben hoy otra vez, de US$69,3 el millón de BTU a US$79,4 en el segundo trimestre del año próximo, y de US$67,5 a US$79,9 para el tercer trimestre. Esto implica un salto en futuros más lejanos y agrava extraordinariamente la perspectiva 2023″, indicó.
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