Pese al desplome de sus ganancias, la alta gerencia de YPF cobró 27% más en 2015
La remuneración de los principales gesteros de la compañía escalaron $ 281 millones
La crisis del petróleo no parece haber golpeado aún los ingresos de los altos mandos de YPF, la petrolera estatal. Aunque sus ganancias se desplomaron casi 50% el año pasado, desde los $ 8.849 millones hasta los $ 4.426 millones, la remuneración de los principales gestores de la compañía escalaron 27%, hasta casi $ 281 millones, según los cálculos que hizo LA NACION en base al cruce de información que la compañía envía al SEC, el ente regulador de la bolsa norteamericana, y a la Comisión Nacional de Valores, su par del mercado porteño.
Esa cifra abarca el pago al directorio, oficiales ejecutivos, auditores y síndicos y contempla remuneraciones, honorarios, cargas sociales y planes de retribución diferidos.
Los documentos de la empresa que maneja Miguel Galuccio le abren paso a otras conclusiones. La remuneración específicamente destinada a la alta gerencia, que incluye al máximo ejecutivo y a los vicepresidentes, un grupo integrado por nueve miembros, anotó el mayor aumento. YPF destinó $ 134,72 millones a ese rubro, un 37% más que en el mismo período del año pasado, por encima del promedio general, más arriba que lo que recibieron específicamente los miembros del directorio ($ 146 millones, con un aumento del 18%) y también más alto que la inflación de 2015.
En ambos casos hay que hacer la misma salvedad: no todos los miembros de la conducción corporativa reciben los mismos sueldos y retribuciones en general. Tampoco hay documentos públicos en Buenos Aires o en Nueva York que especifiquen los pagos a los ejecutivos clave de la compañía, como hacen otras empresas. Por eso es imposible afirmar, en base a la información disponible, cuánto gana cada director de YPF o el propio Galuccio.
Esa incertidumbre con respecto a las remuneración de cada gerente de YPF despierta resquemores internos en el máximo órgano de la compañía desde hace años. Es algo que, se estima, intentará solucionar la próxima gestión, que asumirá la conducción plena de la empresa a fines de abril. Miguel Gutiérrez será el nuevo presidente, mientras continúa la búsqueda del futuro gerente general.
Las remuneraciones de los altos mandos no siguieron el año pasado los mismos criterios que en 2014, quizás el mejor período de la petrolera estatal en la última década, cuando las ganancias de YPF subieron más de 74%. Casi en la misma línea lo habían hecho las remuneraciones a la alta gerencia, con un incremento del 72 por ciento.
Las cifras de YPF sugieren más interpretaciones. Por un lado, el aumento general estuvo en línea con la inflación de la Argentina y las negociaciones paritarias del año pasado. A tal punto que un funcionario del actual Gobierno y crítico del kirchnerismo defendió la decisión porque se trata de una política destinada a la retención de talentos, cuya salida puede resultarle a la empresa más costosa que una buena paga.
En paralelo, pese a la caída en las ganancias, bajo la conducción de Galuccio la empresa volvió a aumentar el año pasado 4% la producción de crudo y más de 10% la oferta de gas, tanto por mayores inversiones como por la compra de activos.
Otros ejemplos corporativos marcan un rumbo distinto. Con el precio del petróleo en el mundo en torno a los US$ 30 el barril, un cuarto de lo que costaba en 2008, muchas de las compañías petroleras redujeron la remuneración a sus ejecutivos. La brasileña Petrobras, aquejada no sólo por la crisis del precio del crudo sino también por el entramado de corrupción denominado Lava Jato, decidió en una asamblea general extraordinaria de abril pasado cancelar todas las retribuciones variables anuales para la alta gerencia por las pérdidas que anotó la compañía.
En menor medida, local Pan American Energy (PAE), una sociedad de la británica BP, la china Cnooc y la familia Bulgheroni, que ocupa el segundo lugar del ranking de productores de crudo detrás de YPF, aumentó 20% en pesos el pago a sus altos mandos, hasta los $ 140 millones. Sus ganancias cayeron el año pasado en un porcentaje casi idéntico que el de la petrolera estatal, aunque el incremento en la producción fue menor.
La empresa estatal incluyó una práctica nueva en su último informe a la SEC: presentó las remuneraciones a su conducción sin el peso de las cargas sociales patronales, por lo que a primera vista el gasto total en ese rubro con respecto al año pasado parecía menor a 2014. Según allegados a la empresa, hizo ese cambio luego de que consultores externos especializados en normas contables internacionales determinaron que los aportes no forman parte de las compensaciones de la dirección. En términos homogéneos con la manera de presentar la información que tuvo hasta ahora la empresa, el número fue mayor.