Pese al cepo y a la cuarentena, una caja con dólares se despachó a San Juan en un avión oficial
En la Argentina no hay vuelos ni dólares. O mejor dicho, no hay vuelos ni dólares para muchos; para otros, sí. El 28 de julio el país estaba en medio de la cuarentena más estricta y nadie viajaba. Apenas los aviones de los gobernadores, los sanitarios y los de algún que otro millonario se movían de un lado a otro. En uno de ellos, el de la provincia de San Juan, viajaba una caja con dólares a nombre de un funcionario de Sergio Uñac. ¿Cuántos? Hay dos versiones. La oficial dice que eran US$20.000; la no oficial, US$50.000.
Fue un escándalo tapado del que no se conoce demasiado. Todos se encargaron de cuidar el silencio. El gobernador echó al Secretario de la Función Pública de la Provincia, licenciado Andres Rupcic, y nunca se dieron los motivos. Escueto, el decreto 0950 del 29 de julio pasado, no explicó el hecho. "El gobernador de la provincia de San Juan decreta: disponer el cese de funciones de Andrés Mauricio Rupcic", dice la norma. Apenas eso, unos pocos renglones. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), manejada ahora por prominentes hombres cercanos al Instituto Patria, oficialmente niega que este vuelo de dólares se haya producido. Pero, más allá de la negación de la fuerza policial, el hecho ocurrió, hubo detenidos y aún hay una causa penal que se inició cuando el scanner detectó una caja de dólares en un vuelo oficial.
El hecho, que pese a la PSA sí ocurrió, se produjo el 28 de julio cuando el avión de la provincia de San Juan estaba por regresar desde El Palomar en un vuelo sanitario comandado por el piloto Aníbal Touris. Todo era rutina hasta que, minutos antes del vuelo llegó una persona con un paquete destinado a Rupcic, por entonces, cercano funcionario de Uñac.
El piloto accedió a hacer de correo y, sin saber qué había dentro, lo pasó por el scanner de la PSA. Fue entonces cuando sonaron las alarmas: dentro del paquete había, según cuatro fuentes, 50.000 dólares. Todo fue confusión. El piloto explicó que el dinero se lo había entregado una persona y que sólo se lo debía llevar a un funcionario provincial en el vuelo "sanitario". Y entonces, la PSA, que ahora niega la ocurrencia del hecho, detuvo a al remitente de la encomienda. Juan Manuel Quiroga, el hombre que llevó el paquete, quedó detenido, a disposición del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional número 2 de Morón.
Uñac actuó rápido y, según confió a sus allegados, no estaba al tanto de semejante escándalo. Al otro día firmó un decreto y echó al Rupcic, un funcionario que es sobrino del vicegobernador Roberto Gattoni. En la Gobernación de San Juan no quisieron hacer comentarios pero sí confirmaron el hecho y consignaron que el gobernador desconocía ese envío y que apenas supo, firmó el decreto de destitución del funcionario.
Desde entonces, las dudas empezaron a flotar. Nadie explicó concretamente para qué era el dinero y para quién. En principio hay cosa que se saben. Quiroga, el detenido, es socio (50%) de la empresa Sap Energía SAS, una compañía inscripta en el registro público de San Juan. El hombre explicó en la Justicia que el dinero no eran 50.000 sino 20.000 dólares y que fue sólo una desprolijidad. Según su particular versión, se trató de un exceso de confianza y que sólo envió dinero a San Juan para pagar algunas facturas de contrataciones.
Quiroga esgrimió en la Justicia que el día anterior, el 24 de julio, recibió en la cuenta de la empresa en el Banco de Galicia (Caja de Ahorro en U$S 4004567-5 018-7) la suma de 20.000 dólares, según la orden de pago exterior 447057. Dijo que, además, el 27 de julio, hizo una extracción caja por ese importe. Según su versión, ese dinero fue el que se envió.
Sin embargo, nadie pudo explica para qué se envió dinero en efectivo a nombre de un funcionario que hasta horas antes estaba bancarizado. Además, entre los argumentos que dan cerca de Uñac, dicen que el dinero era para pagar algunas deudas o contratos que tenía la empresa.
Todo parece una novela de enredos. Dinero bancarizado, sacado del sistema, puesto en una caja a nombre de un funcionario y despachado en un vuelo sanitario se parece más a las tramas de corrupción y pagos en negro que a una operación normal para cancelar compromisos de una empresa.
Sap Energía es una empresa recientemente inscripta en el registro. Según informaron en la gobernación provincial, la sociedad se inscribió su instrumento constitutivo el 17 de junio pasado, según consta en el Registro de Sociedades por Acciones Simplificadas bajo el número 609. Un mes después, la firma que se iba a dedicar a la manutención de acequias y a la generación de energía con ese agua, enviaba dinero en un avión sanitario oficial a nombre de un funcionario. Todo sucedió en un país sin vuelos y sin dólares.
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