Pese a la ayuda, España aún podría necesitar un rescate
El sí de España a un paquete de hasta 100.000 millones de euros, unos US$125.000 millones, para sanear su sistema financiero es el preludio para una pregunta más importante: ¿Necesitará la economía del país otro paquete de asistencia?
Muchos inversionistas creen que, en última instancia, la respuesta es afirmativa y que el país hace frente a una batalla cuesta arriba para convencer a los acreedores de que es un sujeto viable de crédito.
Ese es el tema más importante para Europa. Un rescate para España, la cuarta economía europea, sería un acontecimiento cataclísmico. La economía española es más grande que las de Grecia, Portugal e Irlanda combinadas.
Los inversionistas han huido de la deuda soberana española durante todo el año. La preocupación inmediata es ¿cómo financiará España un déficit fiscal que, según las proyecciones oficiales, bordearía 5,3% del Producto Interno Bruto (PIB), pero que la mayoría cree será sustancialmente mayor?
Los bancos españoles llenaron el vacío a principios del año, pero ahora son más renuentes a cumplir ese papel. España dice que necesita recaudar unos 86.000 millones de euros este año para cubrir el déficit y pagar las deudas que se vencen, de los cuales ya ha obtenido 48.000 millones de euros. La tarea es conseguir US$38.000 millones de euros en los mercados de capital.
"Es probable que España pierda por completo el acceso a los mercados de bonos", señala Justin Knight, de UBS en Londres. "Ha quedado ampliamente demostrado que el acceso a los mercados es limitado cuando se pide ayuda".
La semana pasada, las tasas de interés de largo plazo cayeron en medio de la anticipación sobre un plan de rescate para la banca. El retorno del bono a 10 años cayó a 6,25% el viernes, un descenso frente a los máximos de 6,7% alcanzados el 30 de mayo.
Helen Haworth, estratega de tasas de interés europeas para Credit Suisse en Londres dice que, más allá de un repunte a corto plazo en los precios de los bonos soberanos españoles, lo importante es que "no hay compradores de deuda española más allá de la base de inversionistas domésticos, conformada principalmente por los bancos españoles".