¿Perdieron sentido los BRIC? Entre el concepto económico y el de inversión
En solo dos semanas, la ciudad inglesa de Manchester ha visto la salida de dos de sus representantes más famosos. El más conocido es Alex Ferguson, quien la semana pasada anunció tras 26 años su retiro como director técnico del equipo de fútbol Manchester United.
Sin embargo, el que más le importa a Wall Street es Jim O’Neill, el economista de Goldman Sachs Group Inc. que acuñó el término "BRIC", que unió a Brasil, Rusia, India y China bajo el concepto de una potencia emergente.
O’Neill, de 56 años y un hincha eterno del Manchester United, se adelantó una semana a Ferguson y así se lo hizo saber a su amigo: "Alex, me estás copiando", le dijo en un mensaje de texto.
El economista, cuyo último cargo en Goldman Sachs fue el de presidente de la junta de su brazo de gestión de activos, está acostumbrado a que la gente lo copie. Desde 2001, cuando se le ocurrió lo de los BRIC, inversionistas, banqueros, políticos y comentaristas han usado y abusado del término.
Sin embargo, últimamente, el concepto se ha convertido en blanco de ataques, en parte por el débil desempeño de inversión de los países a los que se refiere.
"Espero que el concepto de BRIC se jubile con Jim O’Neill", dijo Sara Zervos, que gestiona US$18.000 millones como directora del equipo de deuda global de OppenheimerFunds, resumiendo el sentimiento anti-BRIC que se respiraba en una reciente conferencia de inversionistas.
No es la única. El economista Nouriel Roubini denunció el alto grado de intervencionismo gubernamental en los Brics. Estrategas de patrimonio han elogiado las virtudes de otros mercados emergentes como México e Indonesia, mientras que inversionistas más intrépidos se están fijando en los "mercados frontera" como Nigeria, Sri Lanka y Kuwait. Incluso Antoine van Agtmael, el padre de la inversión en economías emergentes, ha señalado a Estados Unidos como el próximo gran destino para la inversión.
¿Se acabaron los BRIC? Sí y no. El concepto es una brújula potente para navegar la economía, pero una herramienta de inversión poco útil. Es decir, los Brics son más que una moda pasajera pero menos que un Evangelio.
No se puede negar su poder económico. Según O’Neill, el Producto Interno Bruto del bloque superará el de EE.UU. en los próximos 12 a 18 meses y para 2032, rebasará el del G-7, el grupo de las siete mayores economías.
Lo que es más importante es que los países Bric proveerán la mayor parte del crecimiento económico global para los próximos años, gracias en gran medida, y puede que solamente, a la continua expansión de China.
"La idea de que los BRIC llegaron a su fin es estúpida", me dijo O’Neill. "Cuando se me ocurrió, era un concepto económico, no un concepto de inversión".
Con todo, la noción de O’Neill fue transformada en productos de inversión por bancos y gestores de fondos. Los resultados más recientes no han sido muy positivos, a modo de prueba de que las economías de rápido crecimiento no siempre se traducen en pujantes mercados bursátiles.
Desde 2008, el índice MSCI BRIC suma una baja de 13%, frente a una caída de menos de 5% para las acciones de los mercados emergentes y un alza de más de 17% para los títulos de EE.UU.
Miles de millones de dólares han salido de los fondos de capital de los BRIC desde 2011, mientras que los fondos de mercados frontera y los tradicionales fondos mutuos estadounidenses han visto influjos robustos.
Veteranos de los BRIC como Mark Mobius, que ayuda a supervisar la gestión de US$50.000 millones como presidente ejecutivo de la junta del grupo de mercados emergentes de Franklin Templeton Investments, ve esto como un fenómeno de corto plazo. "Ha habido algunas salidas de los BRIC conforme el denominado "dinero caliente" busca ganancias a corto plazo, pero eso normalmente es una buena señal de que un mercado ha tocado fondo o está a punto de", dijo Mobius en un e-mail.
Sin embargo, los escépticos no están tan seguros. Para un inversionista en bonos como Zervos, el problema es que "no todos los mercados emergentes han sido creados de la misma manera". Incluso entre los países BRIC, hay diferencias abismales en el crecimiento económico (para 2012, podemos comparar el 7,8% de China con el 0,9% de Brasil), la política (desde el control chino de la economía a la caótica democracia de India) y el tamaño de los mercados de deuda.
Ferguson, un profeta del fútbol de ataque, seguro estaría en desacuerdo con este enfoque conservador. Pero algunas veces, tanto en las inversiones como en el fútbol, la mejor forma de ataque es la defensa.
The Wall Street Journal