Patricia Bullrich: “Salir del cepo cambiario será una prioridad de los primeros días”

BARILOCHE.– Patricia Bullrich llegó demorada al hotel Llao Llao. Su exposición frente a los influyentes empresarios iba a comenzar a las 20:45, pero el retraso en el vuelo comercial de Aerolíneas Argentinas que la trajo hasta acá atrasó los planes y la charla comenzó pasadas las 21.15. Su equipo preparó un discurso extenso de 20 minutos, donde lanzó alusiones indirectas a sus adversarios políticos y anunció que “salir del cepo cambiario es una prioridad desde los primeros días” de gobierno, en caso de llegar a presidir la Casa Rosada.

“No creemos en la política de sacar el cepo de a poco, porque nadie va a tomar decisiones con cepo, solo postergaremos el comienzo del cambio. Sin tomar esta decisión, los actores económicos no tomarán las suyas”, dijo vestida de un traje de pantalón y saco azul francia. La exministra llegó acompañada de su principal asesor económico y virtual futuro ministro de Economía, el diputado Luciano Laspina, y sus asesores políticos, Damián Arabia y Federico Angelini, presidente del Pro.

Enfrente la escuchaban Eduardo Elsztain (Grupo IRSA), Marcos Galperin (Mercado Libre), Marcos Bulgheroni (Pan American Energy Group), Martín Migoya (Globant), Facundo Gómez Minujn (J.P. Morgan), Javier Goñi (Ledesma), Agustín Otero Monsegur (San Miguel), Carlos Miguens (Patagonia Gold), Verónica Andreani, Carolina Castro (Industrias Guidi), Karina Román (Puerto Asís Investments), Luciano Nicora (Pampa Start VC), Gastón Remy (Nuqlea Argentina), Andy Freire, Santiago Siri y Santiago Bilinkis, entre otros.

Bullrich comenzó su discurso con una presentación que decía “La Argentina necesita un liderazgo, con ideas claras y con la convicción de llevarlas adelante”. La exministra de Seguridad buscó mostrar “previsibilidad, determinación y fortaleza” ante los empresarios. De esta manera, quiso sacar ventaja de la debilidad que se le critica a sus dos adversarios directos: el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el diputado liberal Javier Milei.

La exministra hizo énfasis en que “solo con una idea clara de a dónde queres ir vas a atravesar el camino lleno de obstáculos, y solo con carácter y decisión lo vas a poder hacer exitosamente”, en un mensaje que parecía hacer alusión a Larreta.

En otro pasaje del discurso lanzó otra indirecta a su competidor en la interna opositora: “No tengo ataduras, he vivido una vida de austeridad y transparencia, lo que me permite tener las manos desatadas para encarar esta empresa de cambio”.

Milei tampoco se salvó de las alusiones, cuando Bullrich dijo: “El concepto que va a regir nuestro gobierno va a ser el de orden: una economía ordenada, libre, estable y previsible, con centro en la actividad privada”.

Bullrich también habló de “implementar una reforma monetaria” para instalar un nuevo marco legal para el Banco Central. “Este camino es el más difícil, pero no es eludible. No se puede estabilizar sin antes realinear los precios de la economía. Serán los meses más difíciles del gobierno, pero si no metemos al país en el quirófano, no hay manera de curarlo”, admitió.

La parte preferida de los empresarios fue cuando Bullrich habló de la presión tributaria: “En materia de impuestos, la Argentina va a converger a un régimen simple, con una carga impositiva razonable”. También se refirió al déficit fiscal y dijo que es una prioridad que está trabajando con su equipo económico: “Austeridad y reestructuración del Estado a uno más simple. Con este Estado le ponemos una lápida a la producción argentina”.

En ese sentido, dijo que impulsará un nuevo pacto federal entre el Estado nacional y las provincias para reducir los impuestos distorsivos y recortar el gasto público. “Este pacto no será solo impositivo, contendrá materias de calidad institucional, cantidad de empleados públicos, y de estructuras, los desbordes del gasto político en las provincias, los regímenes electorales que eternizan a los gobiernos en el poder y cláusulas de transparencia en la administración: el dinero de la Nación estará condicionado a cambios”, dijo.

La exministra también habló de una “desregulación de la economía” y dijo que “las actividades económicas se encuentran gravemente trabadas por un sin número de regulaciones”. Por lo tanto, anunció: “Con un equipo de economistas y abogados estamos trabajando en una profunda desregulación económica y de trabas burocráticas, revisando cada una de las 3600 leyes vigentes, decretos, normativas para detectar distorsiones, privilegios y prebendas, y luego eliminarlas, reducirlas a un mínimo, y poder reducir sobre costos y acelerar la actividad económica. Vamos a encarar la mayor descontaminación legal y normativa de la Argentina, para que fluya con rapidez, sensatez y facilidad la decisión de cada inversor, de cada empresa, de cada comercio en el país, de cada familia”.

Con relación a los planes sociales, Bullrich dijo que el esquema que existe actualmente condena a millones de personas a una vida sin perspectivas. “Convertiremos los planes sociales en un seguro de desempleo e iremos con capacitación acortando los plazos, para dejar solo a madres con hijos condicionadas también a una contraprestación”, anunció.

Finalmente, dejó como mensaje: “Sabemos que nos enfrentaremos a grandes poderes, pero somos quienes tenemos la firme convicción de que en este momento el país no hacen falta políticos que se someten a una política prebendaria y oportunista, sino que más que nunca necesitamos un liderazgo con principios claros y contundentes, que tenga el coraje para plantarse frente a quienes atentan contra el progreso en nuestro país. No es con aparato, sino con ideas claras y convicciones inclaudicables que vamos a generar un cambio genuino para nuestro país”.

“He demostrado a lo largo de mi vida que a mí no me compran, he superado pruebas difíciles, quizás el caso [Santiago] Maldonado fue el más difícil, donde elegí el camino de no dejarme conducir por el camino fácil. Elegí el más difícil, aunque parezca mentira: el camino de la verdad. Y logré torcerle el brazo al relato más imponente que habían construido. Les peleé la hegemonía discursiva, y se las gané. Y les puedo asegurar, que en la Argentina la verdad no se defiende sola. Hace falta coraje para defenderla. Y así lo hice. Y así lo haré en la batalla cultural que tendremos que encarar desde el primer día”, concluyó.

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