Paso tardío en la dirección correcta
Es probable que el acuerdo de refinanciación de la deuda con el Club de París alcanzado la madrugada de ayer sea la medida de gobierno kirchnerista que más consenso haya logrado, por lo menos en los últimos tiempos. Sólo la izquierda más radicalizada se manifestó en contra. Desde Pro hasta el socialismo santafecino expresaron su apoyo.
Algo parecido pasó con las entidades empresariales. Apoyaron las que siempre lo hacen y también algunas con las que el kirchnerismo en el poder tuvo amargas disputas.
Domingo Cavallo , quien negoció con el Club en 1992 y que se encuentra en París para una reunión del Grupo de los 30, respaldó la decisión, igual que el presidente del Banco Ciudad, el economista Rogelio Frigerio.
Los dos lamentaron que no se haya hecho antes, y los punitorios acumulados por esa demora serán seguramente motivo de debate. Como con cualquier deuda, mientras mayor es la demora en pagar, mayor es el costo. El economista José Luis Espert lo calculó en alrededor de US$ 3800 millones. La información oficial del Ministerio de Economía dice que al 30 de septiembre de 2013 los pasivos acumulados, sin punitorios, eran de US$ 5921,52 millones. Y dedujo que la diferencia con los US$ 9700 millones que el país se comprometió a pagar es por los punitorios.
"Está bien, es correcto, tendrían que haberlo hecho hace diez años; y festejar un acuerdo con el Club de París nunca lo vi; si uno reestructura la deuda exitosamente, el Club es luego un mero trámite, como pasó en 1992", dijo Cavallo. Para él, el verdadero partido de la deuda se juega con los bonistas que no entraron en los canjes y continúan litigando en los tribunales de Estados Unidos.
La presidenta Cristina Kirchner quiso dejar sin argumento a los litigantes, al decir anoche que "esto demuestra que la Argentina no es un deudor serial". Es un saludable cambio de actitud en la misma presidenta que en 2012 dijo que si los tribunales de Nueva York fallaban contra la Argentina, no acataría la decisión.
Cavallo atribuyó la demora en las negociaciones a la exigencia argentina de dejar afuera al FMI, lo que según la Presidenta ocurrió y lo presentó como un hecho histórico.
Frigerio señaló que "por no cerrar este acuerdo hace varios años los intereses son mucho mayores; además hasta 2015 se pagarán unos US$ 1150 millones, y el resto, antes de que termine el próximo gobierno".
Hay quienes piensan que haber logrado eludir al FMI es producto de concesiones hechas por Kicillof, como no discutir los intereses y punitorios reclamando una quita, y que el plazo sea corto.
El Gobierno deberá incluir los pagos en la ley de presupuesto del próximo año y convalidar el acuerdo. El Club habrá logrado cambiar una deuda por la que no recibió nada en 12 años y medio en un pagaré. La aprobación por el Congreso haría también difícil revisar las deudas, como proponen Pino Solanas e Itaí Hagman, que quieren repudiar pasivos supuestamente acumulados durante la última dictadura.
La próxima administración tendrá que pagar el costo político de hacer los esfuerzos fiscales para pagar o el costo de caer nuevamente en default. ¿Por qué los acreedores rechazarían una oferta así? ¿O tiene más peso una opinión del FMI que un compromiso asumido por el Congreso.
Esperanzas
La esperanza es que el acuerdo reabra créditos para compras de maquinaria y equipamiento a tasas y plazos preferenciales. La Argentina necesita fuertes inversiones. Hasta ahora es muy difícil acceder al crédito a tasas razonables. La del 3% del acuerdo es más baja que la de los bonos emitidos para recomprar parte de las acciones de YPF.
Pero falta despejar otras dudas. La situación ante la justicia de los Estados Unidos es una. También, la prohibición de repatriar utilidades. ¿Por qué alguien se endeudaría para invertir en un país así? Y también el tema cambiario. ¿Ingresar divisas al cambio oficial y afrontar costos que suben con el blue? La brasileña Vale abandonó un proyecto millonario justamente por eso.
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