Pasado y futuro de las cuasimonedas en la Argentina
Una persona quiere ver determinada película, en determinada función, en determinado cine. Pero encuentra que las localidades están agotadas. ¿Qué hace? Espera la siguiente función, concurre a otro cine, sale a cenar, etc. No le da lo mismo, porque rara vez existen los sustitutos perfectos; pero tampoco se suicida. Simplemente, cuando un ser humano no encuentra disponibilidad de su bien preferido, busca satisfacer la necesidad con el sustituto más próximo. Esto también ocurrió en el plano monetario, cuando –como consecuencia de la crisis de comienzos del siglo XXI– aparecieron las cuasimonedas, los clubes de trueque, etc. ¿Podría ahora volver a ocurrir lo mismo?
Al respecto conversé con el francés Alex Cukierman (1938 - 2023), cuyo padre, médico, probablemente se suicidó cuando la Gestapo intentó capturarlo. Alex y su madre, poco después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, migraron a Israel. Peleó en la guerra del Yom Kippur (1973). Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y enseñó en la Universidad de Tel Aviv.
–Según Mariano Tommasi, usted fue un gran académico, un gran mentor y un amigo generoso. A propósito, hay una historia referida al título del trabajo que ustedes publicaron en 1998.
–Así es. Cuando uno piensa el título de una monografía, trata de que el lector capte la esencia del escrito lo más pronto posible. Lo titulamos ¿Por qué hizo falta un Nixon para ir a China?, porque lo publicamos en una revista técnica que se edita en Estados Unidos. En Israel lo hubiéramos titulado ¿Por qué hizo falta un Begin para firmar la paz con Egipto?
–Usted es considerado uno de los fundadores del análisis económico y de la economía política de la independencia de los bancos centrales; y sintetizó su pensamiento en Banco Central: estrategia, credibilidad e independencia: teoría y evidencia, publicado en 1992.
–Mi contribución se desarrolló en tres etapas. La primera comenzó en la década de 1980. Hasta ese entonces no se le había prestado atención a la importancia de las preferencias de los banqueros centrales. La segunda etapa arrancó en la década de 1990, cuando la cuestión de la independencia de los bancos centrales, pasó de ser un concepto cualitativo a inventar indicadores cuantitativos. En la tercera etapa la cuestión de la gobernanza de los bancos centrales se transformó en una variable endógena.
–Esto último me parece particularmente importante, porque usted recomienda la independencia de los bancos centrales, pero es consciente de que no puede tratarse de una unilateralidad.
–Efectivamente. Es importante tener en cuenta el rol de las instituciones, y el hecho de que las políticas públicas son endógenas, y responden a lo que está ocurriendo en la economía. En el área de la economía de los bancos centrales, mi principal contribución es la de plantear la política monetaria como una cuestión endógena. Quiero decir, hay que lograr que el banco central de un país deje de financiar el déficit fiscal, no eligiendo a un presidente dogmático, que resista todo tipo de presiones, sino logrando el equilibrio fiscal, o el déficit fiscal financiable con títulos públicos que el sector privado adquiera de manera voluntaria.
–Los gobernadores argentinos leyeron la afirmación presidencial “no hay plata”, como que las transferencias financieras de la Nación a las provincias, continuará en el caso del régimen de coparticipación de la recaudación impositiva, pero se cierran las canillas discrecionales, cuando no arbitrarias. Y están actuando en consecuencia.
–Por su naturaleza, la transferencia discrecional, cuando no arbitraria, de fondos, fue determinada por favoritismos políticos, lo cual implica que el impacto del cierre de dichas canillas tiene que impactar de manera diferente a unas provincias y a otras. Pues bien, frente a menores ingresos públicos los gobernadores pueden reducir gastos, aumentar impuestos locales, pedir prestado o emitir cuasimonedas; y lo más probable es que, según los casos, la acción concreta termine siendo una combinación de varias de las alternativas mencionadas. Combinación e intensidad, que dependerá de una negociación continua entre las autoridades nacionales y provincias. Porque, particularmente en esta materia, es difícil pensar en un acuerdo celebrado “de una vez y para siempre”.
–De acuerdo. Me interesa particularmente que desarrolle la última de las alternativas que mencionó.
–Última, también, en el sentido de menos deseable. Porque el gobernador que pague una porción de sus salarios utilizando una moneda emitida por la propia provincia enfrentará caras largas por parte de quienes la recibirán. Porque, naturalmente, se planteará la cuestión de cuánto valdrá la cuasimoneda, en términos de la moneda.
–Lo escucho.
–¿Quién es la única persona, o institución, que no se puede negar a recibir una cuasimoneda? El que la emitió. Por ejemplo, con la cuasimoneda siempre se van a poder pagar impuestos o tasas provinciales. Esto quiere decir que si un supermercado recibe cuasimonedas es porque piensa que las puede utilizar para pagar impuestos locales o para abonarle a un proveedor que está en la misma situación.
–A menos que el gobernador afirme que la situación es transitoria, y que él –o ella– va a rescatar las cuasimonedas, con superávit fiscal.
–No lo descarto, pero en la Argentina hoy es poco creíble. A propósito: las cuasimonedas emitidas por muchas provincias, a comienzos del siglo XXI, terminaron siendo rescatadas por el gobierno nacional. Pero esto no se sabía en el momento en que fueron emitidas y usadas para pagar salarios. Más allá de lo cual, nadie piensa hoy que el gobierno presidido por Javier Gerardo Milei terminará rescatando las cuasimonedas que se piensan emitir.
–También a comienzos del siglo XXI vimos la aparición de los denominados clubes de trueque.
–Iniciativas privadas, derivadas del hecho elemental de que los seres humanos pelean por su supervivencia de la mejor manera que pueden. Quienes no podían hacerse de efectivo para financiar sus gastos, intercambiaban bienes en plazas u otros lugares, a los cuales concurrían personalmente. El sistema evolucionó: apareció el crédito, bajo la forma de sistemas de anotación de puntos y, tal como era de esperar, también aparecieron los fraudes.
–Los referidos clubes en algún momento desaparecieron.
–Porque el trueque es mejor que morir, pero mucho peor que realizar transacciones utilizando el dinero. ¿Qué quiero decir con esto? Que si, producto de las circunstancias, reaparecen, tienen que ser visualizados como una manifestación de la lucha por la vida, mientras reaparecen mejores alternativas. Por algo, desde que se inventó el dinero, llegó para quedarse.
–Don Alex, muchas gracias.
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