Parole, parole, parole: la nueva economía de distintos idiomas
Hasta principios de los años 70, el comercio internacional crecía a una tasa menor que la actividad global: como porcentaje de la economía planetaria, el intercambio de bienes y servicios entre países no era muy distinto del que había en la primera mitad del siglo. Fue la difusión de los contenedores de acero lo que revolucionó el flujo de exportaciones e hizo que su tasa de aumento se multiplicara. Hay quienes creen que blockchain, la arquitectura de programación que nació con las criptomonedas, podría implicar un impulso extra similar con la difusión de "contratos inteligentes" que reinventarán la cadena logística. En sigilo, otra tecnología exponencial apunta a generar un impacto enorme en el comercio internacional. Es una revolución que ya está ocurriendo, y los economistas la están midiendo: la baja de barreras idiomáticas gracias a la mejora de traductores en tiempo real que se nutren de inteligencia artificial.
Días atrás, Erik Brynjolfsson, profesor del MIT y autor del best seller La segunda era de las máquinas, publicó un paper sobre este tema junto a sus colegas Xiang Hui (de la Universidad de Washington en St. Louis) y Meng Liu (de Washington y del MIT). "Hay pocas investigaciones hasta ahora que puedan medir el impacto de la inteligencia artificial en la economía. Pero aprovechando una gran plataforma de comercio exterior online pudimos tener una idea del efecto en uno de los campos de frontera de la inteligencia artificial: el de la traducción digital en tiempo real", dice Brynjolfsson.
En pocas semanas, la introducción de un traductor artificial en la plataforma estudiada aumentó las exportaciones cerradas en un 17,5%, solo debido a este factor. "Es la primera evidencia de estudio económico empírico que muestra cómo las barreras idiomáticas obstaculizan el comercio entre países y cómo la inteligencia artificial puede ayudar a superar estas limitaciones", sostienen los autores.
Motorizada por la estrategia de machine learning (una de las avenidas de crecimiento más explosivas en el terreno de la inteligencia artificial), la traducción simultánea vía algoritmos viene mostrando avances impactantes en los últimos meses. En un reciente informe, el World Economic Forum estimó para 2025 la masificación de traductores basados en machine learning con un alto nivel de sofisticación. Aunque tal vez tarden décadas en ser perfectos, el punto en el que a efectos económicos o de apreciación de contenidos sean "lo suficientemente buenos" está muy cerca. Y esa es la bisagra o el punto de aceleración en lo que se refiere a sus consecuencias para el comercio internacional, sostienen los académicos del MIT y de la Universidad de Washington.
A fines de 2017 se publicaron dos papers en paralelo -de dos equipos que no tenían idea del trabajo del otro- sobre algoritmos que, basados en métodos de machine learning no supervisada, pudieron realizar traducciones sin diccionarios. Ambos siguieron un camino similar: construyeron desde cero un diccionario sin ayuda humana, aprovechando que en distintos idiomas las relaciones entre algunas palabras suelen ser similares. "Imagínense que se le da a una persona un montón de textos en árabe y otro montón de textos en chino, sin que ninguno se superponga, sin diccionario, y se le pide traducirlos. Parece imposible, ¿no? -sostuvo Mikel Artetxe, investigador en Ciencias de la Computación de la Universidad del País Vasco, en San Sebastián-. Pues bien: nosotros demostramos que una computadora puede hacerlo".
Ophelia Pastrana, una física colombiana con un posgrado en econometría, viene estudiando este tema desde hace años. Pastrana, que vive en México y es una exitosa youtuber, con un millón de seguidores, cree que "si uno se pone a pensarlo bien, los efectos de esta nueva tecnología son enormes, aunque a menudo estén subestimados. En el campo de los contenidos significa que se abren las compuertas entre los océanos de historias y de creatividad de distintas culturas. En términos comerciales, se acaban los intermediarios y los pasos costosos para intercambiar bienes y servicios entre culturas muy diferentes".
Efectos poco estudiados
Se estima que en el mundo hay en la actualidad unos 7000 idiomas "vivos", aunque 1000 son hablados por grupos muy pequeños de personas y están en riesgo de extinción. La forma en la que hablamos no solo es clave para el comercio internacional, como demostraron los académicos acudiendo a una plataforma digital, sino que también puede determinar niveles de ahorro e inversión en países, movilidad de inmigrantes, accesos al mercado laboral e inclusión. "En esta era de globalización, las cuestiones de diversidad de lenguas tienen implicaciones políticas y económicas de peso", explican Michelle Gazzola, de la Universidad de Berlín, y Bengt-Arne WickStrom, de la Universidad Andrassi, de Budapest. En su libro La economía política del lenguaje, editado en 2016, compilaron los (pocos) artículos que existen en esta materia.
En el terreno de las "parole, parole, parole", citando a la cantante italiana Mina, hay algunas perlas en esta intersección para mencionar:
- Efecto en las decisiones económicas: el economista Ariel Rubinstein escribió una serie de artículos en los que defendió la tesis de que las palabras que se usan en un determinado idioma tienen un efecto clave en las decisiones económicas. En una disertación TED muy popular, Keith Chen explica que mientras el idioma inglés distingue muy claramente entre "pasado, presente y futuro", en China esa frontera es más difusa. Por eso, argumenta Chen, en el país más poblado del mundo la gente ahorra un 30% más que en los Estados Unidos, ya que "el futuro no parece una entidad tan distante".
- Equilibrio: el matemático de la UBA Juan Pablo Pinasco y el economista de la Universidad Di Tella Pablo Schiaffino demostraron en su momento, con un trabajo publicado en varios journals de física, que puede haber un "equilibrio" con varios idiomas coexistentes en un país. Lo hicieron apelando a herramientas que en su momento refinó el economista Thomas Schelling, uno de los popes de la teoría de los juegos.
- ¿Cuánto vale el castellano? Años atrás, Germán Coloma, economista y profesor de la Universidad del Cema, se propuso un desafío poco ortodoxo: llevar a cabo una cuantificación económica del idioma español. Lo hizo analizando la valuación -en términos de ingresos promedio de los hablantes- de cinco características fonéticas, cuya presencia o ausencia sirven para distinguir entre diez variedades regionales del idioma.
- Pobreza: la cantidad de palabras que un chico estadounidense de un hogar de clase media alta escucha en su casa antes de empezar el jardín de infantes hace que llegue a esta instancia con un repertorio idiomático que es el doble que el de un niño pobre. La "brecha" de déficit de palabras escuchadas antes de los tres años por un chico en un hogar de clase baja asciende a 30 millones de términos, y eso tiene consecuencias dramáticas en la evolución futura.
"Es increíble que haya tan pocos trabajos de economistas sobre el lenguaje -dice Barton Lipman, experto en teoría de los juegos-; es algo muy desafortunado, porque vivimos en un mundo lleno de palabras y no tanto de funciones matemáticas".
sebacampanario@gmail.com
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