Paraná. Se profundizó la bajante y es una complicación nueva para la exportación
Un nuevo e impensado hecho tiene una incidencia negativa en las exportaciones: la dramática bajante del río Paraná, que afecta a los puertos de Rosario y Gran Rosario, que hoy tienen una profundidad de solo 0,75 metros en vez de los 3,76 metros de altura media en promedio para abril. Esto afecta la navegación de los buques de gran porte que se llevan gran parte del 70% de las exportaciones totales del país, entre manufacturas de origen agropecuario (MOA) y productos primarios.
Distribuidos en 70 kilómetros de costa desde Arroyo Seco hasta Timbúes, a las 29 terminales portuarias de Rosario y Gran Rosario no solo llegan el 80% de los granos que se cosechan en el país, sino que allí se encuentran las principales plantas procesadoras que los convierten en harina de soja (la principal materia de exportación de la Argentina), aceite y biodiesel, entre otros, además de los granos. Se despachan desde ahí el 80% de las exportaciones en aceites, granos y subproductos. Hoy los barcos de esta zona cargan entonces alrededor de 10.000 toneladas menos, lo que afecta la economía de toda la cadena.
"Si no llueve estamos en el horno", dice Guillermo Wade, al frente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas. "Hoy, un buque que carga en promedio 50.000 toneladas, tiene que cargar 10.000 toneladas menos. Si ese barco va directamente al exterior pierde un 20%, pero se paga el 100% del costo del flete. Otra opción es que complete su carga en Brasil, lo que general menos divisas para la Argentina, o que cargue en otros puertos del sur (productos de la cosecha fina), por lo que se encarecen los costos".
Según un informe del INTA, hubo un déficit de lluvias sobre el sur de Brasil, Paraguay y el noreste argentino a fines de febrero y marzo, que afectó el caudal de los ríos Paraná, Paraguay, Uruguay e Iguazú. En caso de lluvia, el caudal de agua puede tardar hasta 30 días en reflejarse en una suba del río a la altura de Rosario.
Otro informe, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), muestra que la altura del Río Paraná en el puerto de Rosario es la mayor bajante en 30 años. "Con ello se resiente la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras. Este nivel está muy por debajo del mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse a la altura de Rosario para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar el 90% del tiempo los 34 pies de calado", dice el trabajo elaborado por Bergero, Calzada, Sesé, Terré e Ybañez para BCR.
Según estos especialistas las consecuencias son:
- Menos capacidad de carga. Por ejemplo, en un buque Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 3 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 y 7.500 t/buque. En particular, en plena cosecha maicera, aquellas empresas que antes cargaban Panamax con 40.000 toneladas del cereal y completaban carga en Bahía Blanca/Necochea hasta las 60.000-65.000 toneladas, hoy salen del Gran Rosario con menos mercadería por la falta de profundidad obligándolas a cargar más maíz en esos puertos del sur bonaerense. Esto plantea problemas en la logística porque hay menor disponibilidad de cereal en el sur bonaerense y los costos de adquisición son más elevados
- Demoras en el proceso de exportación. La bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos, ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río
- Demoras en la llegada de las barcazas proveniente de Paraguay con soja. Las demoras se ubican entre 10 y 15 días. Esta mercadería es muy importante para la industria local porque, mezclada con poroto de soja de origen argentino, ayuda a elevar el nivel de proteína de la harina de soja para cumplir con las exigencias de la demanda internacional.
- Posibles demoras en la carga de buques con aceite de soja. Esto puede generar inconvenientes en las fábricas que tienen suficiente stock de mercadería para moler pero posiblemente tengan que demorar el ritmo de molienda, para no saturar la capacidad de almacenaje de aceite demorando -por tanto- el ritmo de exportación de harina.
- Saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos.
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