¿Para qué sirve medir salarios y jubilaciones en dólares?
Expresar los valores de algunas variables en términos de otras tiene que tener un sentido operativo
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Entre 2001 y 2002, el PBI aumentó 16,3% en términos nominales, en tanto que el dólar pasó de $1 a $3,20. Por lo cual, en dólares, el PBI cayó 65%. ¿Para qué sirve este último dato? La pregunta es relevante, dada la frecuencia con la cual hoy se transforman algunos salarios y algunas jubilaciones, dividiendo los respectivos montos en pesos por la cotización del dólar blue. Destacándose, por ejemplo, lo que han aumentado desde la asunción del nuevo gobierno.
En busca de orientación, conversé con el norteamericano Irving Bernard Kravis (1916-1992), quien estudió y enseñó en la universidad de Pensilvania. Donde, según Lawrence Robert Klein, junto con Irwin Friend, realizó importantes designaciones en la Escuela Wharton. Insistía en la importancia de la educación de los estudiantes no graduados, especialmente los de segundo año, por parte de todos los integrantes del cuerpo de profesores, no sólo de los novatos o menos importantes. Entre 1968 y 1982 dirigió el programa de Naciones Unidas sobre Comparaciones Internacionales, que representaron los primeros pasos decisivos para contar con un sistema de cuentas nacionales a nivel mundial. Falleció el 2 de enero de 1992, en el aeropuerto de Filadelfia, cuando viajaba a Nueva Orleans a recibir la distinción de “socio distinguido”, otorgada por la Asociación Americana de Economía (AEA).
–Según la AEA, su principal contribución fue el desarrollo de comparaciones del PBI de los países, así como la estimación de las paridades del poder adquisitivo.
–A esta cuestión le dediqué la mitad de la docena de trabajos seleccionados por Klein a propósito de mi fallecimiento. Siempre hice de la posibilidad de reproducir los resultados una característica distintiva de mis investigaciones. Lo cual es importante, porque nunca hay que descartar los errores al realizar los cálculos, así como los posibles sesgos en el tratamiento de los datos.
–¿Cuál es la ventaja de expresar el PBI de los países utilizando las paridades del poder adquisitivo en vez de dividir la estimación realizada en moneda nacional por el tipo de cambio?
–Evitar lo que aparece al comienzo de esta conversación. Todo el mundo sabe que, en términos de actividad económica, su país sufrió una fuerte contracción en 2002, pero estimarla en 65% es absurdo. Cuestión que se torna relevante en la Argentina de 2024.
–Antes de eso, tengo entendido que algunos de sus resultados fueron rechazados por sus implicancias.
–Así es. Los chinos se quejaron amargamente cuando sugerí que el PBI por habitante de China podría ser 13% del de Estados Unidos, porque esta estimación hacía aparecer a China demasiado avanzada como para merecer ayuda externa (sic), y algo parecido me había ocurrido con las estimaciones que realicé del PBI por habitante de Hungría.
–Volvamos a la Argentina 2024. Los salarios y las jubilaciones, en dólares, están subiendo, particularmente a lo largo del año en curso. ¿Cómo interpretar estas estimaciones?
–Todos aprendimos en la escuela primaria a dividir una cantidad por otra, y también a multiplicar el resultado por 100. Esto permite expresar el valor de una variable como porcentaje del de la otra. Ejemplo: si el año pasado exporté porotos por 20 y el total de las ventas al exterior fue 200, puedo decir que la exportación de porotos equivalió a 10% del total exportado.
–Fácil. ¿Cuál es el problema?
–Que en economía las relaciones que resultan útiles tienen que tener algún sentido, es decir, tienen que estar al servicio de buenos diagnósticos, sin los cuales es imposible adoptar correctas decisiones.
–Deme un ejemplo.
–Desde mediados del siglo pasado, casi todos los países cuentan con estimaciones de su PBI. Es fácil medir cualquier variable en términos del PBI. Pero, ¿qué sentido tiene decir que los intereses de la deuda externa de un país equivalen a X% de su PBI? Los interesados en medir la capacidad de pago del servicio de dicha deuda deberían dividir el pago de intereses por el superávit comercial o, mejor aún, el de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Claro que capacidad y voluntad de pago no son iguales, pero es difícil preguntar por la voluntad cuando no hay capacidad.
–Con más razón, supongo, usted cuestionaría medir las jubilaciones y los salarios en dólares.
–Efectivamente. El padre de Jorge Luis Borges, jubilado del Poder Judicial de la Nación, a comienzos de la década de 1910, junto con su familia, se radicó en Francia, ¡porque el costo de vida en París era inferior al de Buenos Aires! La estadía se prolongó por la Primera Guerra Mundial, pero éste es otro tema. Estamos delante de un caso interesante, donde la conversión de la jubilación en pesos en moneda extranjera fue relevante.
–No es el caso de la enorme mayoría de los asalariados y jubilados.
–Siguiendo el mismo razonamiento, esto es lo que sienten los bolsillos de los asalariados y jubilados cuando viajan al exterior. Porque no todos los productos que consumen quienes viven en la Argentina son objeto de comercio internacional (ejemplo: peluquería), además de que las barreras al comercio son todavía muy importantes en su país, cosa que aprecia quien viaja a otro país y compara los precios que encuentra en el extranjero y en el país. De manera que tiene mucho más sentido deflactar los salarios y las jubilaciones expresadas en moneda local por la tasa de inflación medida por precios al consumidor.
–Todo lo cual plantea problemas de medición...
–No solamente en el caso de los precios al consumidor, sino también referidos a los salarios y las jubilaciones en términos nominales. Porque existen las negociaciones paritarias, los bonos, los pagos a cuenta, etcétera. En dichas negociaciones, tal como era de esperar, la tasa de inflación es un elemento importante, pero no el único. Le digo más: es probable que el delegado sindical de una empresa sepa más que el propio dueño sobre el estado actual de las finanzas de la firma. Por lo cual, salvo que pertenezca a los gremios para los cuales toda negociación forma parte de “la lucha de clases”, intensificará o morigerará sus demandas en función de la situación de la empresa
–¿Y en el caso de las jubilaciones?
–También, porque el impacto de los bonos depende esencialmente de lo que recibe cada jubilado. El abuso de los aumentos de suma fija acható por completo la estructura de las jubilaciones: el grueso de los jubilados cobra lo mismo, independientemente de cuánto aportó. Más todavía, independientemente de si aportó o no. A propósito: tal como era de esperar, sólo van a quejarse a la televisión los que aportaron: nunca vi a alguien que no aportó explicando cómo aprovechó una medida adoptada para cosechar votos, más allá de las necesidades de los beneficiarios.
–Don Irving, muchas gracias.
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