"Para que nos vaya bien, seamos aburridos"
-¿Cómo eliminar la pobreza?
-La pobreza en la Argentina está hoy en niveles similares a los de mediados de los 90. En 20 años no fuimos capaces de erradicar la pobreza aun con circunstancias externas excepcionales. Si en los 90 el principal factor generador de pobres era el desempleo, hoy la principal causa son los bajos ingresos. La única manera de tener ingresos más altos es lograr una economía más productiva. Y para ello es necesario que aumenten el capital productivo y el capital humano. Para eso hay que recrear un entorno atractivo para la inversión: tasas de interés accesibles, tipo de cambio adecuado, inflación moderada. Y terminar con los inventos de los últimos 10 años: las mentiras, las prohibiciones a comerciar, los cepos, los defaults. Para aumentar el capital humano hay que producir una revolución educativa: escuelas públicas que superen a las privadas, con maestros motivados, actualizados y bien remunerados. En Finlandia y Corea del Sur los maestros ganan unos US$ 50.000 al año y enseñan en promedio a 17 alumnos por clase. Aquí, los sueldos no llegan a un tercio y los alumnos por docente casi duplican los recomendables.
-¿Cómo bajar la inflación?
-Bajar la inflación es un proceso lento, pero sin muchos misterios. Convertirse en "espantosamente normal" molestaría a Kicillof, pero es lo que hicieron 195 de 204 países: sólo 9 naciones muestran una inflación superior al 10% anual y de ellas sólo 4 una mayor al 20%. Gobernados por la izquierda o la derecha, casi todos los países tienen un Banco Central que usa como instrumentos el manejo de las expectativas, la política de tasas de interés, la cantidad de dinero y a veces el tipo de cambio para moderar la inflación. Hagamos lo mismo. Como la credibilidad del Banco Central es vital para que las expectativas inflacionarias bajen, ayudaría muchísimo que se designe un nuevo presidente y un nuevo directorio.
-¿Cómo salir del estancamiento?
-La Argentina no crece hace 4 años. Si bien el mundo avanza al 3% anual y no al 5% como antes de 2008, estamos muy lejos de una crisis global. Fue de a poco, pero desde hace al menos diez años que la Argentina inició un sendero de deterioro en materia de respeto a la ley, en materia fiscal, regulatoria y en su política monetaria. Al principio una moneda aún competitiva y la existencia de capacidad disponible taparon el deterioro macroeconómico e institucional. Pero ahora para crecer hay que bajar el déficit para reducir la emisión, abolir el cepo, proteger al depositante con tasas de interés que le ganen a la inflación y muchas cosas más. Haciendo cosas normales, aburridas, los resultados serán normales. Y en promedio hoy al mundo le va mejor que a la Argentina. Y si hacemos cosas mejores, nos irá mejor aún. Pero como mínimo, seamos aburridos.
El autor es economista socio de la consultora Nicolás Dujovne y Asociados
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