¿Para qué exportar? ¡Para poder importar!
Todos los países del mundo tienen algún grado de apertura hacia los demás, en términos de comprar y vender bienes y servicios; cuáles son las causas de qué así sea
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En todos los países del mundo algunos residentes venden al exterior parte de su producción; al tiempo que otros compran en el exterior parte de lo que consumen. Los primeros exportan, los segundos importan. Incluso Corea del Norte exporta e importa “algo”, pero el grado de apertura de su economía es muy inferior al de Singapur. Desde el punto de vista del consumo local, exportar mercaderías equivale a que el barco que las transporta naufrague en medio del océano. ¿Para qué sirven las exportaciones, entonces? Para pagar las importaciones, que sí integran el consumo local.
Al respecto conversé con el estadounidense Jacob Louis Mosak (1913-2013), quien estudió en la Universidad de Chicago, y enseñó en su alma mater y en Columbia. También participó en la Comisión Cowles. La profesión lo conoce porque, al decir de Richard Earl Caves, “desde el punto de vista de la elegancia y el rigor, ningún modelo de comercio internacional puede compararse al planteado por él, y esto es así a pesar de que sólo una pequeña parte del libro, Teoría del equilibrio general en el comercio internacional, publicado en 1944, se refiere al comercio internacional, y dentro de esta cuestión, a un tema en particular: el de las transferencias de capital”. Mosak mejoró el trabajo de Theodore Otte Yntema.
–Desde el enfoque matemático, la teoría del equilibrio general fue inaugurada por Marie Esprit Leon Walras, y “culminada” por Kenneth Joseph Arrow y Gerard Debreu. Estos dos últimos obtuvieron el premio Nobel en economía, en 1972 y en 1983 respectivamente. ¿Cuál es la idea subyacente en la referida teoría?
–Más que una idea es una perspectiva. Equilibrio general se contrapone a equilibrio parcial, cuyo núcleo aprendimos todos en los cursos de microeconomía. Este último fue particularmente desarrollado por Alfred Marshall.
–Obvio, Walras vino después de Marshall para corregir los errores del equilibrio parcial, planteando el equilibrio general.
–Será obvio, pero es falso. Porque, en términos del calendario primero fue Walras y luego Marshall. Pero –no está de más enfatizarlo–, Marshall no se propuso corregir a Walras, sino complementarlo.
–¿Qué quiere decir?
–Desde el punto de vista matemático, los modelos de equilibrio parcial son mucho más sencillos que los de equilibrio general. No se necesita utilizar a estos últimos para averiguar cuál puede ser el impacto que el aumento del precio de la harina tendrá sobre el de la pizza que se vende en San Antonio de Padua. Por el contrario, un proyecto de grandes dimensiones, o una reforma estructural, como la apertura del Canal de Suez o la desregulación completa de una economía, requieren el uso de modelos de equilibrio general.
–¿Por qué?
–Porque son ejemplos de modificaciones que cambian muchas cosas, y muchas veces producen efectos indirectos, que son más importantes que los directos, aunque no siempre actúen con la misma velocidad. La apertura de la economía de un país no tiene nada de neutral; la que se produjo en el último cuarto del siglo XIX en la Argentina fue una maravilla a los ojos de quienes vivían en lo que el interior del país denominan “el puerto”, pero no les hizo ninguna gracia a los fabricantes de las artesanías que se producían en Catamarca.
–Las exportaciones tienen mucha mejor prensa que las importaciones, pero cabe preguntar, ¿para qué exportamos algunos bienes, sino para importar otros?
–Desde Adam Smith para acá, la escuela mercantilista tiene mala prensa entre los economistas; a pesar de la justificación, desde el punto de vista histórico, formulada por Eli Filip Heckscher. Guillermo Moreno llevó el argumento mercantilista al extremo: para conseguir que la Argentina lograra superávit comercial, exigía que cada empresa que quisiera importar, exportara por lo menos por un monto equivalente. Quienes proponen la autarquía del lado de las importaciones, en el mismo momento deben prohibir las exportaciones, para que la producción local se vuelque por entero al mercado interno, y se reduzcan los precios. Claro que esto genera otros problemas.
–¿Cómo cuáles?
–En el caso del comercio internacional de mercaderías, diferenciemos el intercambio internacional de recursos no renovables, del de productos que se pueden fabricar. ¿Por qué Japón importa petróleo? Porque en su territorio no hay. Antes, los japoneses exportaban máquinas fotográficas, y ahora autos, para pagar las importaciones de petróleo.
–Acepto, pero este principio no se puede aplicar a la producción de soja, servilletas y celulares.
–Claro, porque en estos casos las razones que aconsejan el intercambio internacional no se basan en la imposibilidad física de su disponibilidad, sino en la conveniencia económica. David Ricardo se inmortalizó proponiendo que los países aprovecharan los beneficios del comercio internacional, estructurando la producción y el consumo sobre la base del principio de la ventaja comparativa.
–Que a un país como la Argentina le imposibilita el desarrollo, porque la condena a la producción de bienes primarios y a la importación de bienes industriales.
–Planteo muy antiguo, De Pablo. No digo que sea falso, pero sí que, como todo principio empírico, requiere actualización. Agro e industria son sectores que en la actualidad incluyen muchísimos productos, muchos de los cuales son importables y exportables. Como suele ocurrir, la exageración es una mala idea. La autarquía absoluta es costosísima, porque implica dedicar muchísimos recursos a la producción de mercaderías, que en otros países se realiza con facilidad; el libre comercio absoluto puede dejar a la producción o el consumo locales, a merced de vaivenes internacionales.
–La Argentina y el petróleo es un ejemplo de esto último.
–No se me ocurriría decir que en 1958 Arturo Frondizi y Rogelio Julio Frigerio lanzaron la exitosa “batalla por el petróleo”, previendo que en 1973 el Primer Shock Petrolero cuadruplicaría el precio en dólares del producto. Pero, ¿se imagina lo que hubiera ocurrido en su país, si en 1973 la mitad del consumo interno de petróleo hubiera sido importado, como ocurría hasta fines de la década de 1950?
–Entiendo, pero pregunto, ¿exportar e importar qué? ¿exportar adónde e importar de dónde?
–Tarea a cargo de los empresarios, no de los funcionarios. Quienes identifican oportunidades de negocios, siempre individuales, que explotan en su beneficio. En la medida en que el Estado siga eliminando tipos de cambio múltiples, restricciones no arancelarias, trámites, etcétera, las decisiones individuales generarán las mejores decisiones posibles. Con el tiempo el Indec hará encuestas, clasificando las operaciones por sectores, regiones, etcétera, que no reflejarán la realidad decisoria, pero servirán para un primer análisis.
–Don Jacob, muchas gracias.