Para los economistas, las medidas son positivas, pero falta ver los detalles
Las diez medidas se centraron en la disminución del déficit fiscal, aunque faltaron precisiones respecto del tiempo y la forma en que muchas serán tomadas
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Luego de dos días de especulación y espera por los anuncios oficiales en materia económica, Luis Caputo, ministro de Economía, detalló, en una lista de diez puntos con un fuerte énfasis en el déficit fiscal, las medidas que tomará el nuevo gobierno.
Lo especificado por el funcionario estuvo en consonancia con lo que se venía planteando desde este lunes. Como sostuvo Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Ecolatina, el anuncio estuvo dentro de lo esperado en materia fiscal y ratificó lo que el ahora presidente Javier Milei venía planteando desde su campaña.
También Claudio Caprarulo, director de Analytica, remarcó esta característica: “Hay similitudes respecto del discurso del presidente, en tanto se pone el foco en la herencia recibida y en la necesidad de un cambio de 180 grados en la economía”, comentó.
En este sentido, según Gravina la intención fue la de llevar la economía rápidamente a un equilibrio fiscal. “Algunas medidas ya se conocían, otras las esperábamos. Y lo que no se sabía, pero se sospechaba que iba a pasar, es que no se renuevan los contratos de empleados públicos que se incorporaron en el último año”, afirmó.
El plan tiene un “corazón fiscal importante”, en palabras de Gabriel Caamaño, economista de Estudio Ledesma. “Tiene un bloque de ajuste político que es más una legitimación del proceso. El tema de que no se renuevan los contratos, la suspensión de la pauta, la reducción de ministerios y secretarías, es un bloque de legitimación del ajuste”, sostuvo, aunque también aclaró que esto no aporta un número grueso al ajuste fiscal.
Respecto de la cuestión de las transferencias discrecionales a las provincia y la reducción tanto de obra pública, como de subsidios al transporte y la energía sí serían, según el especialista, la parte “más gruesa en el ajuste”, aunque llevará tiempo en impactar. “También hay un proceso, tienen que llamar a las audiencias públicas y demás”, afirmó Caamaño, y recalcó que, en cuanto a la intermediación para los planes sociales, esto implicaría una licuación y un rebalanceo. Este bloque estaría apuntando, explícitamente, el lado del gasto duro.
El salto cambiario fue, también, uno de los puntos clave dentro de las 10 medidas estipuladas por el ministro. Según Sigaut Gravina, y luego de mucha especulación, “el salto del dólar oficial a $800 es importante”, aunque hasta hace poco, aclara, las cotizaciones financieras no se alejaban demasiado de este número. “Busca hacer un sinceramiento fuerte, tratando de bajar rápido la brecha”, opinó.
Por su parte, Miguel Kiguel, director de Econviews, opinó que los anuncios fueron positivos: “Puso el dólar a $800, que es un valor muy razonable, con lo cual es muy probable que con eso ayude a ganar reservas. Es un buen dólar para los exportadores”, comentó, aunque aclaró que todavía faltan ver los detalles.
El aumento del precio del dólar implica una devaluación que, para Caamaño, “bien expresada” sería más del 50%, al haberse casi duplicado el tipo de cambio. Además, el anuncio del precio de la divisa extranjera y el desdoblamiento impositivo para las importaciones con la aplicación del impuesto PAIS, sumado al aumento de los derechos de exportación que no sean agropecuarias, forman parte del “bloque cambiario”. Todos estos se suman al “impuestazo”, según el economista: “Una suba fuerte de la presión tributaria que promete ser transitoria”, agregó.
Este salto cambiario, como explicita Caprarulo, implicará poner un piso del 30% para la inflación mensual. Además, afirmó que “la caída en los salarios reales va a ser importante, así que hay que ver cuál es la estrategia del gobierno para coordinar las paritarias”.
El reemplazo de las SIRA por un nuevo sistema —un registro sin permisos ni discrecionalidad— es un punto al que le faltó ciertas precisiones: cómo se hará y en cuánto tiempo. Sigaut Gravina dijo: “No sabemos todavía cómo va a quedar la alícuota, pero ya estabas pagando un 15% o 17% arriba del dólar oficial. Si lo aumentan más, podés tener un dólar casi a $1000 para importadores. Pero hay que ver”.
En algunas cuestiones, el anuncio pareció insuficiente: no se habló del cepo, de las restricciones ni del control de cambios. “Veremos si hay algo de eso mañana por el lado del Banco Central”, añadió Caamaño.