Para llegar a China, el avión que transporta a la comitiva oficial sobrevoló Rusia y Bielorrusia
Horas después, se reportaron misiles sobre Moscú; el espacio aéreo de ambos países esta restringido y fue prohibido por Estados Unidos y la Unión Europea
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Hoy al mediodía sobrevolaba un solo avión por espacio aéreo bielorruso. Se trataba de un Airbus de Aeroflot, de bandera rusa, que partió de Minsk (la capital de Bielorrusia), camino a Moscú, en donde hoy por la mañana impactaron ocho drones dirigidos a civiles, que fueron interceptados por misiles. El de Bielorrusia es un panorama usual, gestado en los últimos años desde que los países europeos prohibieron a las aerolíneas pasar por allí tras las acusaciones de acciones militares agresivas de esa nación, tildada de dictadura. Es algo similar a lo que ocurre con Rusia desde la invasión a Ucrania, lo que redujo el tráfico aéreo. Por ambos territorios pasó hace horas el flamante Boeing 757-260 con bandera argentina, que llevaba a la comitiva oficial liderada por Sergio Massa a Shanghái.
El avión presidencial partió de Buenos Aires, hizo una escala en Valencia, España, y de allí le restaban cerca de 10.100km (5450 millas náuticas) para llegar a la ciudad china. La autonomía de la nueva aeronave es de 7.222km (3900 millas náuticas) sin tanques auxiliares, y de 11.480km (6200 millas náuticas) con ellos, pudo confirmar LA NACION con documentos oficiales. Como “llegaban con lo justo” de combustible y por temas de regulación de naftas en Shanghái, según conocedores de la operación, el trayecto contempló una parada intermedia.
La ruta elegida pasó por Austria, República Checa, Polonia, cruzó Bielorrusia, sobrevoló exactamente por encima de Moscú y aterrizó para la parada técnica en Astaná, Kazajistán. Fue trazada por la Dirección de Logística de Presidencia de la Nación, de acuerdo con fuentes de Gobierno. Esta área se encuentra al mando de Diego Barone, el piloto cuestionado por la maniobra temeraria en Aeroparque, en la llegada del avión al país el 25 de mayo. Él viajó a China porque “era lo programado” y debido a que “estaba entrenado en el tema”.
“Si bien existen muchas rutas para volar a China, la misma se debe seleccionar en función a la autonomía de la aeronave, distancias, posibles escalas para recarga de combustible y disponibilidad de servicio de tierra. La ruta es la más corta, ya que nos permite reducir distancias aprovechando la curvatura de la tierra. Sevilla es el punto más austral del hemisferio norte y disponemos de combustible y servicios de tierra para la atención de la escala. Al tener restricciones en la carga de combustible en el Aeropuerto de Shanghái para los vuelos domésticos, debimos adoptar una escala intermedia para cargar combustible y tener al aterrizaje en Shanghái combustible necesario para luego volar a Beijing”, dijeron desde Presidencia.
Rusia prohibió a más de 30 países el acceso a su espacio aéreo. La misma limitación fue impuesta por los gobiernos, principalmente de la Unión Europea y Estados Unidos, sobre sus aerolíneas y las matriculadas en tierra de Vladimir Putin. La Argentina no está en ese listado -tampoco el bielorruso-, por lo que pudo optar por tomar el camino concretado a China.
Para ello se requiere autorización de ambas naciones. No solo tratándose de un avión presidencial, sino debido a que, de acuerdo con fuentes de la Administración Nacional de Aviación Civil, los pilotos utilizan matrícula militar. Por ende, se requieren permisos aéreos y notificaciones a las agregadurías de las embajadas.
Exfuncionarios de la gestión anterior dijeron a LA NACION que en oportunidades anteriores decidió usarse una ruta vía Dubai. “Podrían haber ido de una manera más simple. La ruta es extraña. En Presidencia los programadores no escapan a la valoración política de a donde van. No son tan desavisados. Pasar por Bielorrusia y Rusia, con sus cielos tan controlados, tiene una carga política muy importante”, dijo una fuente de primera línea de Cancillería durante el gobierno de Mauricio Macri, que prefirió el anonimato.
Otras fuentes hicieron hincapié sobre la peligrosidad del trayecto debido al conflicto bélico circundante a la zona. “Les podrían haber tirado un cohetazo”, acotó una de ellas, exembajador.
Franco Rinaldi, parte de Republicanos Unidos y especialista en aviación, adjudicó la elección a una falta de capacitación de los pilotos y a una improvisación del equipo que eligió la ruta. Además, cuestionó la seguridad: “Es absolutamente raro. El uso del espacio aéreo ruso está seriamente restringido por la guerra. Los notams [noticias de información esencial para los pilotos] son claros al respecto. El espacio aéreo ruso es poco recomendable”. “Claramente, hay una alternativa en ir por Medio Oriente, por Dubai o Doha y no subir desde Valencia a Moscú. Puede ser que acorte un poco el camino. Si ves Flyradar, verás que la mayoría de las aeronaves que vuelan por ahí son rusas y chinas, mayormente de carga”, comentó.