Para evitar juicios laborales en ONG
En esta época de escepticismo social respecto de la función de los partidos políticos en la transformación de la realidad, se ha forjado una herramienta –tanto a nivel nacional como mundial– en las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Estas entidades sin fines de lucro están ocupando ciertos espacios que los partidos han deja de lado y así, por ejemplo, existen grandes organizaciones multinacionales que se dedican al cuidado del planeta (reciclaje, cuidado de especies en extinción), a la ayuda social (comedores populares, creadoras de cursos de capacitación técnica de primera instancia, etcétera) y otras de neto contenido específico, como búsqueda de niños perdidos.
Las organizaciones poseen una estructura social por la que en nuestro país deben estar constituidas como fundaciones o asociaciones civiles, permitiéndose en algunos casos otras formas más novedosas.
Pero lo que a mi juicio ha sido muy relevante es que ha generado un movimiento de gente interesada en ayudar a concretar los anhelos de estas ONG. Gente de las más diversas edades y estratos sociales que brindan parte de su tiempo a hacer cosas que cambian situaciones de otra gente. Estas personas son llamadas voluntarios sociales, no cobran un centavo por ayudar y son el motor principal de las fundaciones.
En nuestro país existe una ley de voluntariado social (25.855) que se encuentra recientemente reglamentada (decreto 75.010) y cuyo control lo lleva en forma muy eficiente el Consejo Nacional de Políticas Sociales de la Presidencia de la Nación, y dentro de ella el Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (Cenoc) en cuya página web se puede obtener todo tipo de información al respecto.
Es fundamental que las ONG se encuentren debidamente asesoradas para evitar que se confundan los trabajos voluntarios por aquellos trabajadores que se encuentran en relación de dependencia (tal como los funcionarios de las ONG), y para eso hay que seguir ciertas reglas y formas estrictas que marca la legislación, caso contrario buena parte de lo recaudado puede ser perdido en reclamos laborales.
Entiendo que ser voluntario social es una parte importante de la formación de la persona, que nos ayuda a comprender cosas que en general no estamos acostumbrados a ver. Las experiencias son enriquecedoras para la mente y el espíritu. En algunas partes del mundo el voluntariado forma parte obligatoria de la formación escolar, terciaria o universitaria. En nuestro país, en algunos colegios y universidades se les está dando gran difusión al tema e incluso por la ley antes mencionada quien haya hecho tareas como voluntario sumará puntos para ingresar a trabajar en el Estado.
Insistimos con la premisa de que las ONG se asesoren debidamente y cumplan los requisitos indispensables para evitar juicios laborales o multas de policía del trabajo o reclamos de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles, firmando los respectivos contratos individuales, llevando los libros correspondientes y, si bien la ley no lo prevé, recomendamos la implementación de un seguro de accidentes para los voluntarios. Recomendamos fuertemente la participación en las ONG; será algo de lo que estimamos no se van a arrepentir.
El autor es socio del estudio Cerutti, Darago & Asociados
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