Para el Gobierno, las importaciones están lejos de una invasión
Los datos oficiales muestran que en lo que va del año cayeron 5%; el estancamiento económico es clave
En contra de todos los pronósticos económicos y el discurso antimorenista que impera en la Casa Rosada, la Argentina no percibió en los primeros seis meses de gobierno de Mauricio Macri una apertura indiscriminada de las importaciones. Por el contrario: el ingreso de productos extranjeros al país en lo que va del año cayó un 5% respecto del período enero-mayo de 2015.
En el Gobierno evalúan que el freno a las importaciones ya no tiene que ver con una política extremadamente proteccionista, como la que impuso Cristina Kirchner con su secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a la cabeza. Más bien, admiten que el freno a la incorporación de productos del extranjero se debe a la caída del nivel de actividad económica, el tipo de cambio, la reorganización del sistema del comercio exterior y a cierta desconfianza que persiste en el empresariado extranjero ante las políticas que está aplicando Macri, con resultados limitados en el corto plazo.
"Estamos trabajando para normalizar la situación, dar certidumbre a los mercados y previsibilidad a los productores, importadores y exportadores", señaló a LA NACION una destacada fuente de la Secretaría de Comercio.
La llegada de Macri al poder atenuó el listado de quejas que los empresarios extranjeros planteaban a la Argentina en épocas de los Kirchner. De hecho, el Gobierno modificó el odiado sistema de declaraciones juradas de importación por un sistema más ágil. Además, en las oficinas de la Secretaría de Comercio, que dirige Miguel Braun, ordenaron un cambio en el sistema administrativo de importaciones y exportaciones para coordinar en una ventanilla única los trámites que antes estaban diseminados en varias oficinas del Estado. Ello generó un alivio importante para las pequeñas y medianas empresas que importan o exportan productos.
Los informes de las consultoras privadas coinciden con el diagnóstico y las cifras que da el Gobierno. Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), que dirige Marcelo Elizondo, emitió ayer un estudio en el que proyecta que las importaciones llegarían en 2016 a unos US$ 51.651 millones. "Sería la cifra más baja (en importaciones) desde 2009 (casi US$ 23.000 millones menos que en el récord de 2013)", sostiene esa consultora.
Los esfuerzos de la Secretaría de Comercio por reordenar el sistema de importaciones y exportaciones no terminan en los cambios de maquillaje que hubo en el sistema de declaraciones juradas. Según reveló una fuente de la Casa Rosada, desde el equipo que lidera Braun, y en coincidencia con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, se está trabajando en un proyecto de ley ambicioso que contempla la ratificación de los mecanismos de facilitación de comercio establecidos por la OMC, la agilización del sistema electrónico de trámites y algunos retoques en las disposiciones arancelarias. "Todo esto llevará su tiempo. Pueden pasar hasta tres años para que se completen las reformas y se normalice el sistema", admitió un funcionario de la Secretaría de Comercio.
En paralelo a ello, se está terminando de redactar un proyecto de ley para redefinir los mecanismos de defensa de la competencia. Así, se prevé aumentar por ley las sanciones a las empresas en casos de competencia desleal en el mercado y la agilización del proceso administrativo para las denuncias ante la oficina de defensa de la competencia. También se encuentran en estudio más de 11 casos de prácticas desleales de competencia que serán testigo para aplicar sanciones.
Todas estas medidas que se están analizando, sumadas a las resoluciones que ya se pusieron en marcha, apuntan a romper con el cepo morenista y agilizar el comercio exterior.
Pero hay factores externos de la economía que por ahora no logran modificar la fotografía del kirchnerismo en este aspecto, y las trabas a las importaciones son un ejemplo.
Por otra parte, en la Secretaría de Comercio creen que los acuerdos comerciales que la Argentina podrá establecer desde el Mercosur o en forma unilateral también servirán para espantar fantasmas.