Para el año electoral: crearon un programa para honrar la democracia que se puede usar como propaganda
Estará a cargo de los festejos, debates y ciclos con motivo del aniversario de 1983; la iniciativa coincide con el período de la campaña electoral en la que se elegirá Presidente
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La creatividad de la Casa Rosada para aumentar el tamaño del Estado no se detiene. Eso sí, para quienes opinan que no hay planes a largo plazo, el Gobierno explicitó al menos uno que tiene como horizonte el año que viene.
La semana pasada, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, creó otro apéndice de la administración pública. Esta vez se trata de honrar la democracia. “Créase el programa 40 años-Democracia Siempre”, un organismo que tendrá por objetivo “promover la profundización y el fortalecimiento de la democracia argentina en el marco de su cuadragésimo aniversario de vigencia ininterrumpida, desarrollando acciones federales que propicien la participación ciudadana y la construcción de nuevos consensos democráticos, durante el bienio 2022–2023″.
De esta manera, mediante la resolución 35/2022, el funcionario camporista se reservó una enorme herramienta de propaganda, con presupuesto propio y actividad política en todo el país, en pleno año donde transcurrirá la campaña electoral que desembocará en la elección presidencial.
El nuevo juguete propagandístico del Gobierno estará en el ámbito de la Secretaría de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior. Justamente, esta repartición podrá “dictar las normas complementarias y celebrar los acuerdos que resulten necesarios para la implementación, de manera que se asegure la convocatoria a todos los espacios políticos, sindicales, empresariales y de la sociedad civil”. A su vez, la norma establece que los gastos se imputarán al Ministerio del Interior.
Una calificada fuente del Ministerio resumió la iniciativa: “Hay voluntad política de darle volumen e importancia a los 40 años de Democracia. Ese es el objetivo central; valorizar y abrir las puertas al debate para hacer un balance de este tiempo. No es equivalente a más burocracia ni más gasto. Es simplemente decidir dónde y en qué se gasta. Además, hay que aclarar que vamos a convocar a todos los sectores”, se atajó el funcionario.
Como toda creación, tiene sus funciones. Según la norma, el objetivo general es “promover la profundización y el fortalecimiento de la democracia argentina en el marco de su cuadragésimo aniversario de vigencia ininterrumpida, desarrollando acciones federales que propicien la participación ciudadana y la construcción de nuevos consensos democráticos, durante el bienio 2022–2023″.
La enumeración de actividades comprenden la realización de foros por la democracia en todo el país, que tendrán el “propósito de promover diálogos federales que integren a representantes, referentes, trabajadores y trabajadoras del ámbito de la gestión pública, partidos políticos, organizaciones sociales, comunidad científica, comunidad artística, sector productivo e industrial, universidades, y otros”, se ilusiona la creación de De Pedro.
Y si esos foros no alcanzan, se podrán organizar “cumbres y congresos regionales e internacionales para la consolidación y el fortalecimiento de las instituciones democráticas”. Pero no solo será debate político. La Cámpora, además, tiene una herramienta para la diversión con el “desarrollo de actividades culturales y educativas en todo el país y producción de contenidos comunicacionales para la difusión del 40 aniversario democrático argentino y la promoción de los derechos ciudadanos”.
Será un año de festejos. Habrá “producción de eventos públicos, abiertos a toda la ciudadanía, en articulación con organismos nacionales y provinciales”. Finalmente, por las dudas de que en la usina de ideas aparezca algo que no esté comprendido, antes de terminar, se hace una salvedad: “La enumeración precedente es meramente enunciativa y no inhabilita la generación de otras acciones o actividades en el marco de lo previsto por la presente medida”.
Cerca del ministro contestaron que no es otro organismo: “Es un programa de la Secretaría de Asuntos Políticos en el marco de sus competencias. No tiene nuevo presupuesto, sino que saldrá de esa repartición de la que depende. Y se va a manejar desde la Dirección Nacional de Fortalecimiento de la Democracia”. Otra fuente del ministerio explicó que el programa está dentro de la Subsecretaría de Asuntos Políticos. El único tema es la celebración y los debates por este evento. “Habrá congresos y charlas”, aclaró. “Arrancó ahora para ir generando las necesidades este año previo”, dijo. Y ante la pregunta de LA NACION sobre la necesidad de crear otro programa, agregó: “El programa es un paraguas que permite la articulación con gobiernos provinciales y municipales. Es una forma administrativa para articular”, remató.
Luego usó un par de veces más el verbo articular antes de llegar ala parte presupuestaria. “El presupuesto que le quedó a la Secretaría es el del año pasado sin todo la partida de la cuestión electoral, que fue de $19.000 millones. En el año se harán las modificaciones necesarias para dotar de presupuesto al área de la que depende el programa”.
Uno más de tantos programas
Sin embargo, cuando se mira la vida administrativa de la Argentina, no es la única creación de los últimos meses. El 17 de enero pasado, el Ministerio de Obras Públicas anunció el nacimiento del “Programa para la Reconstrucción de la Memoria y el Fortalecimiento de la unidad Nacional”. La idea del ministro Gabriel Katopodis fue “poner en valor el patrimonio histórico, cultural, material y simbólico del país, bajo una perspectiva inclusiva, diversa y federal, a los fines de generar conocimiento sobre la historia nacional y promover la memoria”.
Para no ser menos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, hizo lo propio. “Créase el Programa para la Difusión y Promoción del Patrimonio Cultural del Ministerio de Economía” cuya finalidad es “difundir, exhibir y poner a la vista el acervo de bienes culturales que se encuentran en custodia y guarda del Ministerio de Economía”.
Pocos días después, el 2 de febrero, Katopodis publicó la creación del “Programa de apoyo al Fortalecimiento de la Infraestructura Comunitaria” para “contribuir al fortalecimiento de la red de infraestructura de espacios comunitarios ubicados en barrios populares, con la finalidad de desarrollar estrategias de atención social, familiar y sanitaria a la población en condiciones de vulnerabilidad crítica”. Ocho días después, el creativo ministerio se despachó con el “Programa de acceso al agua, el saneamiento y la higiene en las zonas rurales dispersas”.
En esos días, el ministerio de Desarrollo Productivo tampoco perdía pisada. El 11 de febrero alumbró el “Programa de innovación abierta para municipios” para “resolver problemáticas de gestión mediante procesos de innovación abierta y la utilización basada en la economía del conocimiento”.
Mientras, el Jefe de Gabinete, Luis Manzur, creó el “Programa para la mejora en la gestión de empleo y las relaciones laborales en el sector público nacional”, al tiempo que el Ministerio de Cultura dio rienda libre al “Programa Culturas Gauchas”.
La lista podría seguir con la vorágine burocrática. Lejos de las restricciones presupuestarias, la creatividad burocrática no descansa. Se sedimentan vericuetos administrativos; de a docenas. Ninguno tiene alguna función que no se podría realizar desde otro pliegue del Estado.
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