Para algunos adultos, el Lego es un negocio serio y rentable
Usan los bloques para armar estructuras complejas cuyo precio alcanza los miles de dó
Dirk Denoyelle recibió su primer juego de Lego cuando tenía 7 años. Hoy, tiene casi tres millones de piezas. Con el correr de los años, obtuvo un título de ingeniería, aprendió varios idiomas y se convirtió en comediante. También es un orgulloso "Adulto Fanático de Lego", o AFOL, como se llaman a sí mismos los aficionados por la sigla en inglés.
"Hace diez años, nadie lo admitía", dijo el belga de 47 años, sentado en su estudio junto a un gigantesco modelo de Lego de un complejo de apartamentos, por cuya creación un promotor inmobiliario le pagó US$20.000. Cerca, están los bustos a escala real de Charlie Chaplin y Michael Jackson, construidos con Lego, y un vasto mosaico de Lego que muestra un indigente en una calle de Londres.
La cualidad artística de los trabajos —y los precios generosos pagados por ellos— le han brindado a Denoyelle un codiciado pedestal entre los AFOL. Hace tres años, Lego Group lo designó Profesional Certificado de Lego. Es un grupo de elite que integran dos artistas de Nueva York, un especialista informático australiano y tan solo otras 10 personas en todo el mundo.
"Conozco a un montón de niños verdaderamente celosos que quieren mi trabajo", dice el neoyorquino Sean Kenn, un Profesional Certificado que dejó un empleo tecnológico en Lehman Brothers en 2002 para construir modelos de Lego a tiempo completo. "Sus padres con frecuencia también se sienten celosos", agrega.
Algunos padres —incluso algunos famosos, como el futbolista inglés David Beckham— y adultos sin hijos hoy hacen alarde de los complejos modelos de Lego que están construyendo. Recientemente, unos compradores pagaron más de US$1.000 por una recreación en Lego del Taj Mahal, de 5.922 piezas, y también mucho dinero por raros juegos antiguos. Lego está supliendo el pujante mercado con ofertas que hacen bostezar a los pequeños, como bloques en sutiles matices de colores pastel y modelos de casas del célebre arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
Pero los adultos también han representado un problema pues inundan a la compañía con comentarios sobre productos, a los cuales le cuesta trabajo responder. También producen armas de fuego a escala de Lego, que la propia compañía no hace. Lego sobrevivió al ascenso de los videojuegos y al peligro de una quiebra, pero los adultos representan un nuevo reto.
"Aún nos consideramos una compañía de juguetes, pero el mundo nos está desafiando en ese punto", dice Tormod Askildsen, uno de los directivos de Lego en la sede de la empresa en Billund, Dinamarca. Lego está en contacto con alrededor de 90 grupos de aficionados con alrededor 70.000 integrantes en todo el mundo, dice Askildsen. Muchos son adultos tienen convicciones arraigadas.
En Japón, Lego probó un sitio web llamado Cuusoo que permite a los usuarios publicar imágenes de sus propios modelos y votar por cuál les gustaría que ofrezca la compañía. El portal atrajo una abrumadora respuesta de adultos. Una versión global del portal recientemente entró en funcionamiento y ahora Lego "querría tratar de llegar a una audiencia más joven", dice el gerente de proyecto, David Gram.
Algunos adultos están tan obsesionados con proyectos en sus hogares que ello "puede tensar una relación", dice Jamie Berard, diseñador de Lego. El fabricante también ha recibido informes de peleas familiares que se han desatado debido a que los modelos de los padres son mejores que los de sus hijos. Los adultos cada vez más usan Lego para gráficos, modelos y educación. Tantos profesionales usan Lego que la compañía está reconsiderando su programa de Profesionales Certificados, que comenzó en 2005, para hacerlo parecer menos elitista, dice Andrew Arnold, vocero de la empresa.
Hasta ahora, los 13 Profesionales Certificados de Lego, que actúan como embajadores de buena voluntad, no reciben ningún pago de la compañía pero tienen que adherirse a estrictas pautas de decencia, como por ejemplo no hacer armas. A cambio, pueden comprar las piezas a precios mayoristas.
Los bloques de Lego aparecieron por primera vez en 1958, después de que el fabricante de juguetes de madera Ole Kirk Christiansen comenzó a experimentar con plásticos. Los niños los adoraron. Durante años, los paquetes de Lego mostraban niños felices, entre ellos el nieto de Christiansen.
En 1995 hubo una señal inicial de maduración, cuando un aficionado adulto modificó un sofisticado programa de software para crear un programa virtual de Lego, LDraw. En 1998, Lego presentó Mindstorms, una línea de juegos para construir robots con motores, sensores y pequeñas computadoras programables. Estaba dirigida a niños menores de 13 años, pero más de la mitad de sus compradores tenían más de 20 años, dice Askildsen.
Lego posteriormente descubrió que los adultos pirateaban el programa de software Mindstorms para realzar los robots. "Nos preguntamos en la compañía, ¿los demandamos o los acogemos?", dice Arnold. Lego adoptó la segunda opción.
Cinco años después, Lego casi quiebra al simplificar los juegos con piezas grandes y configuradas previamente, que socavaban la creatividad e irritaban a los usuarios, dicen ejecutivos. Los gerentes de la empresa admiten que aprendieron tardíamente una lección de la infancia: los grandes saben de lo que hablan.
"Los aficionados trataban de decirnos que íbamos por el camino equivocado, pero nosotros decíamos, ‘ellos son adultos y nosotros somos una compañía de juguetes’", recuerda Askildsen. "Hasta entonces, Lego era una compañía bastante cerrada y arrogante".
Otra lección valiosa fue que los adultos tienen más ahorros que los niños. "Es difícil encontrar ocasiones en las que un niño podría comprar un Millenium Falcon de US$500", de la serie Guerra de las Galaxias de Lego, dice Berard. Lego Group, de propiedad familiar, registró el año pasado una ganancia neta de 3.700 millones de coronas danesas (US$670 millones) sobre ingresos de 16.000 millones de coronas, comparado con una pérdida de 1.100 millones de coronas sobre ingresos de 8.400 millones de coronas en 2003.
Lego comenzó a buscar consejos de adultos por medio de representantes a quienes llamaba "Embajadores de Lego". Hoy tiene 70 de ellos. Aproximadamente en la misma época, la empresa comenzó a nombrar Profesionales Certificados. Kenney, de Nueva York, fue uno de los primeros. "Dejé un excelente empleo con un salario de más de US$100.000 al año y lo único que quería hacer era un modelo con Lego", recuerda. Hoy, gana al menos la misma cantidad con clientes adultos que incluyen a Marriot International, que este año encargó modelos de varios hoteles.
Los aficionados adultos también son una fuente de abundancia para Nathan Sawaya, otro Profesional Certificado de Nueva York, quien trabajó como abogado de empresas hasta 2004 y ahora tiene muestras en museos de arte. Sus creaciones son regalos chic para celebridades y "la persona que lo tiene todo", dice.
Incluso en el Viejo Continente, Lego envejece. Denoyelle, el comediante belga, quien usa una escultura de Lego en sus actuaciones, dice que un aficionado adulto recientemente se le acercó después de uno de sus espectáculos para hablar de los bloques. "Se está volviendo mucho más fácil de admitir", explica.