Paolo Rocca: “El Gobierno sobrecumplió, pero hay que nivelar la cancha”
El titular del Grupo Techint dijo que ve un “progreso extraordinario” y que la apertura comercial deber ser un desafío y no una amenaza, pero que las reglas de juego tienen que ser parejas para mejorar la competitividad local; sostuvo que puede competir con todos los países menos con China
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Entre elogios y señalamientos, uno de los empresarios más importantes del mundo, el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, se sentó en la misma mesa que el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, y no se guardó nada. Comenzó con una enfática aprobación al primer año del Gobierno de Javier Milei, pero continuó con relevantes pedidos del sector industrial que Rocca, como ningún otro, supo matizar con un tono ameno pero punzante. Del otro lado, el funcionario recogió el guante e incluso, por momentos, hasta redobló la apuesta.
Tan sólo dos días después de la cadena nacional de Milei por su primer aniversario al frente del Ejecutivo, Rocca valoró el reset económico encarado por la gestión libertaria. “El año pasado, Francos [Guillermo, jefe de Gabinete] vino y nos planteó lo que se iba a hacer. Hoy un año después, la verdad es que tenemos que reconocer que se sobrecumplió en muchísimos aspectos. Vemos un progreso extraordinario”, comentó. En el inicio de su disertación en el evento Propymes, que el Grupo Techint organizó en el Centro de Convenciones porteño, destacó la reducción del Estado, la eliminación del déficit, la desaceleración de la inflación y el sinceramiento de precios como el de las tarifas que, según dijo, “se van acercando a su costo”.
Además, el presidente del holding industrial consideró que la actividad “se está comenzando a recuperar”. De este manera, realizó una introducción en la que concentró los puntos positivos del Gobierno y le dio tiempo a Lavigne para terminar de acomodarse ante un auditorio que contó con representantes de 1140 empresas.
Sin embargo, también puso sobre la mesa lo que cree que todavía falta: la salida del cepo. “Falta, creo como punto importante, la eliminación de las restricciones cambiarias”, dijo. Minutos antes, Martín Berardi, presidente de Ternium Argentina, que forma parte del Grupo Techint, había dicho que “todavía con el cepo es difícil invertir en Argentina”. Pese a eso, el holding va a cerrar 2024 como el año en el que más invirtió en Argentina, con unos US$1400 millones volcados en el país, según expusieron.
En esta línea, el empresario también valoró la apertura comercial y dijo que hay que tomarla como un “desafío” y no como una “amenaza”, y que hay que ser “protagonista” y no “víctima”. Dijo que la cadena de valor industrial está preparada para enfrentar el reto, pero pidió “nivelar la cancha”. Y fue entonces cuando se dirigió directamente a Lavigne: “¿Cómo nos van a nivelar la cancha?”, le preguntó. Se refería sobre todo a bajar la presión fiscal, ya que, según su visión el país tiene una alta carga impositiva, con tributos que sus competidores directamente no tienen, como Ingresos Brutos, impuestos al cheque y tasas municipales. “Crean una diferencia muy fuerte. Estamos muy sobrecargados”, describió.
Previamente, Berardi había compartido números de un estudio que encargó Ternium. En la Argentina, la carga impositiva explica el 33% del precio final de fábrica de un acoplado, mientras que en México representa al 16% y en Brasil, el 21%. En el caso de un horno, la carga impositiva nacional significa el 30%; en México, el 14%, y en Brasil, 13%. Los números no varían mucho en el caso de una sembradora, donde la presión tributaria concentra el 33% de lo que se paga para comprar uno de estos productos y en los otros dos países varía entre 15% y 19%. En consecuencia, identificaron que los denominados “impuestos distorsivos” son la razón de 11 o 12 puntos de diferencia.
Entonces, Lavigne “entró a la cancha” y primero defendió la gestión para después responder: “Somos un gobierno liberal. Vinimos acá a bajar la inflación y a bajar impuestos. Hacerlo mal secuencialmente hace que todo empiece a crujir, pero el camino es claro”. El presidente del Grupo Techint, que escuchaba apoyado en el respaldo de su silla con los dedos de las dos manos entrelazados, insistió: “Si la carga tributaria se distribuyera sobre la totalidad del sistema y no solo sobre el sector formal, esto sería un paso muy importante”. A lo que el funcionario respondió: “Tenemos que ir a una reforma tributaria”.
En esa misma alocución Lavigne recordó que había dejado sin atender a la cuestión del cepo. “El año que viene ya se va a salir. La idea es terminar de salir capa a capa. Nos sentimos más tranquilos de esa forma, pisando sobre seguro, para que no sea un ida y vuelta con inflación e inestabilidad”, argumentó.
El diálogo guardaba aún capítulos interesantes, como por ejemplo las importaciones y el rol de China. Rocca suele decir que se puede competir con todos los países, menos con China, que tiene la cancha inclinada, y hoy no fue la excepción. “Si alguno de nuestros proveedores se convierte en importador, creo que hacemos un daño y perjudicamos el largo plazo para poder crear”, agregó Rocca. En este punto Lavigne no tuvo una respuesta concreta sobre qué va a hacer el Gobierno frente a los productos del gigante asiático. Es decir, no definió una postura clara como la que se conoce de Donald Trump o incluso de la Unión Europa. “No todo China es igual, y no todo sector es igual. Tenemos las herramientas y podemos usarlas, pero tienen que estar bien justificadas”, explicó.
Luego llegó el turno de las preguntas del público. Una consulta fue sobre posibles nuevas inversiones del Grupo Techint en la Argentina. Para eso, el grupo necesita clientes y entonces, apareció sobre la mesa la obra pública. “Si le pregunto al presidente Javier Milei me va a decir ‘no hay plata’”, sostuvo rápido de reflejos el empresario ítalo-argentino. Pero también fue veloz Lavigne, quien no dudó en agarrar el micrófono y le recomendó a Rocca: “Pero ahora podés financiarte en el sector privado a tasas bajas”. Con esto, el funcionario redondeó su idea de que las obras de infraestructura, para este Gobierno, deben hacerlas quienes las vayan a usar y no deberían ser financiadas con impuestos.
Ya cerca del final, Rocca retomó la idea de disparidad de velocidades entre la estabilización macro y las mejoras tributarias para “nivelar la cancha”, y pidió que “nos escuchen para alinear los tiempos de la transformación y no sentirnos acorralados por una amenaza”, devenida de la falta de competitividad. Nuevamente, Lavigne contestó: “Yo no he dejado, desde que soy funcionario, un mensaje sin responder. Nunca”.
Entonces, el cierre del evento mezcló camaradería y tensión, porque Rocca ratificó su apoyo al Gobierno, aseguró que Techint “va a invertir”, pero al mismo tiempo advirtió que “va a hablar para explicar dónde estamos y cuáles son nuestros problemas”. Todo parecía que terminaba ahí aunque el final arrojó una escena fuera de los planes.
Un industrial de 85 años, Erich Zwiener, tomó casi como de arrebato el micrófono. Después del ida y vuelta de elogios y reclamos, dijo que se le está “pidiendo que haga de todo al Gobierno” y, luego de contar que “vivió de todo” en el país, se emocionó, y dijo restar esperanzado porque sus nietos pueden llegar a ver un cambio en la Argentina. “Por favor, aguantemos, porque ustedes son más jóvenes que yo y lo van a ver”, concluyó. Y en medio de los aplausos, Rocca bajó el telón con un “muchas gracias” y un apretón de manos.
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