Paez se reinventa para seguir dando batalla con sus alpargatas
La marca argentina ahora tiene su base de operaciones en Barcelona: el 80% de sus ventas se concentra en Europa y Asia
Paez es un claro caso de supervivencia. La marca fundada por Tomás Pando y Francisco Murray logró levantarse de dos crisis que pudieron haberle costado el negocio: la primera, en 2008, y la segunda, el año pasado, dejando en claro que los cimientos de esta empresa están basados en la capacidad de sus fundadores de reconvertirla y rescatarla de situaciones coyunturales adversas, típicas de una economía como la argentina.
La compañía, que vende 550.000 pares de calzado (entre alpargatas, sandalias y zapatillas) por año, está atravesando un proceso de transformación que dejó en la calle a diez empleados argentinos este mes. La empresa, que sigue remando en aguas revueltas, prefiere no revelar sus ingresos anuales, pero si se multiplica la producción total anual por el precio de venta mayorista en dólares se estima una facturación global de US$ 9 millones para 2016. Nada de todo eso es ganancia hoy para Paez, que tiene deudas que pagar y reinvierte el resto para seguir adelante.
Paez nació en 2006 como un proyecto de tesis que Pando y Murray presentaron para obtener su título de licenciatura. Como sabían que era un producto demandado por turistas, se animaron a convertir el proyecto académico en un verdadero desarrollo industrial. "Estudié el mercado, visité proveedores y me di cuenta de que no existía una marca referente. Había muchas, de mala calidad y producidas con insumos económicos", dice Pando, presidente y director creativo de la compañía, que diseñó su primer par con lona estampada y creó así alpargatas aspiracionales. Algo similar a lo que ocurrió en Brasil con las ojotas Havaianas, y en Australia con las sandalias Crocs.
Entre 2009 y 2011, la confección de las alpargatas era 100% nacional. Se exportaba un 50%. Pero el incremento de la inflación y la devaluación del peso no acompañaron el crecimiento de Paez. Ante la pérdida de competitividad, para revertir ese resultado dividieron la producción. Hoy produce 15.000 pares en su fábrica bonaerense de San Martín y el resto, en China (en las ciudades de Putien y Wenxhou), mientras que el 80% de las ventas de la marca se concentra en Europa y Asia.
"A pesar del éxito, recién en 2015 aprendí la lección: primero hay que ser fuerte en un mercado y desde ahí se crece. Este año decidí que Paez tenía que profesionalizarse y sumé a dos expertos: Horacio Broggi, CEO, y a Roger Sobrepera, CFO", explica Pando.
La empresa también fabrica aproximadamente un 10% de sus productos en suelo español para abaratar costos, ya que aseguran que la mano de obra argentina se encareció y dejó de ser sustentable concentrar la operación en el país.
Más allá de los problemas, el presidente de Paez sabe que no tiene competencia directa. Se da cuenta de que debe competir con marcas de todos los rubros: un café de Starbucks, un iPhone o cualquier otro producto de consumo masivo le quita posibilidades de ganar un cliente nuevo. Así es el retail del futuro.
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