Pacto UE- Mercosur y el efecto posible
El acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur anunciado el viernes abre un escenario con oportunidades y desafíos para la Argentina."Es una etapa de desarrollo distinta", afirmó el presidente Mauricio Macri, impulsor de este convenio, como uno de los ejes de la intención de conectar al país con el mundo y concretar la apertura de nuevos mercados para las exportaciones. Con la letra chica aún por definirse, los efectos sobre la actividad no serán inmediatos. Y, además, para que haya un impacto positivo sobre la estructura productiva local serán necesarios cambios tendientes a mejorar la competitividad.
"Abrir mercados como lo que intenta hacer este acuerdo es ir en una buena dirección, porque el gran desafío para crecer sostenidamente es aumentar el nivel de exportaciones y de inversión que permita sostener el mercado interno. Hoy tenemos una estructura productiva con alta elasticidad de las importaciones, que suben cuando crece el PBI. Y para crecer sin endeudarte necesitás exportar más", ilustra Federico Furiase, economista jefe del Estudio Eco Go.
La Unión Europea, integrada por 28 países, tiene 510 millones de habitantes y un PBI de US$18,75 billones. En 2018, el intercambio comercial entre la Argentina y el bloque arrojó un rojo de US$2043 millones: el país exportó por US$9219 millones (15% del total) e importó por US$11.261 millones (17% del total), según el Indec.
En los primeros cinco meses de este año, el déficit acumulado es de US$795 millones (bajó 56%), con una caída de 12,5% en las exportaciones y de 21,2% en las importaciones. Los Países Bajos, España, Alemania e Italia son los principales destinos del bloque para las exportaciones locales. Un 63% corresponde a bienes derivados del sector agrícola.
Según el acuerdo, la UE elimina aranceles de importación para el 81,7% de las importaciones agrícolas argentinas y permitirá cuotas o preferencias fijas para un 17,7% (hay 100 productos excluidos). En tanto, el Mercosur liberaliza un 90% del comercio y tendrá plazos de hasta 15 años para avanzar en varios sectores.
Según Furiase, la Argentina deberá afrontar reformas para capitalizar oportunidades en nuevos mercados. "El desafío es que la Argentina se pueda abrir al mundo de forma competitiva. Los dos temas a resolver son la baja del gasto público, para poder aliviar la carga impositiva, y la reducción de la inflación. Mientras tengamos en un mes la inflación que los socios tienen en un año, el dólar se va a seguir atrasando, se necesitarán ajustes del tipo de cambio, y así sucesivamente", dice el economista.
Los desafíos aparecen por el lado de la integración con Brasil (y la definición del rol de este país en el Mercosur) y la competencia entre la producción local y las importaciones europeas. Hay también otros temas, como los vinculados a las barreras paraarancelarias y la discusión sobre patentes y propiedad intelectual.
"El acuerdo es positivo para la reinserción de la Argentina en el mundo, pero no queda claro cuál es el beneficio económico para el país, independientemente de la ganancia para Brasil. El poder negociador argentino es muy débil y el Mercosur, económicamente, está detonado. Un acuerdo de este tipo puede desviar comercio de Brasil hacia la UE en desmedro de la Argentina, y las reglas ambientales pueden ser, en los hechos, una protección europea que discrimine nuestras exportaciones primarias. El Gobierno sigue eligiendo el camino de la negociación multilateral, cuando quizá es más conveniente buscar acuerdos bilaterales para defender mejor nuestros intereses comerciales", afirma el economista Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios para la Innovación, la Productividad y el Desarrollo (CEIPyD).