Pablo Ceriani, titular de Aerolíneas Argentinas: “Esperamos un déficit de entre US$400 y US$500 millones para este año”
El presidente de la compañía de bandera defendió la gestión; advirtió que el número final estará determinado por cómo terminará el tipo de cambio y el precio del combustible
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RESISTENCIA.- “Esperamos un déficit de entre US$400 y US$500 millones este año”, confirmó Pablo Ceriani, CEO de Aerolíneas Argentinas, al repasar los números de la empresa aérea estatal para 2022, aunque advirtió que la cifra final estará determinada por cómo terminarán “el tipo de cambio y el precio del combustible”, los dos principales factores que determinan los costos en el sector.
Además, el número uno de Aerolíneas confirmó que la compañía continuará en rojo operativo en 2023 y seguirá requiriendo transferencias del Estado para cubrir su déficit: “Esperamos una reducción de US$100 millones menos que los números de este año”.
Los últimos datos de la empresa, correspondientes a su actividad en 2021, indican que la firma perdió US$438 millones ese año y que demandó transferencias públicas por $65.796 millones.
“Aerolíneas, como todas las compañías del sector, están circunscriptas al proceso de recuperación después de la pandemia, que todavía no se terminó de producir. Nosotros estamos cerca de hacerlo”, planteó Ceriani, quien dijo que este año la empresa llegará, en el segmento de vuelos de cabotaje, a una cifra de pasajeros similar a la de 2019.
“Para los vuelos internacionales será a fines del año que viene, así que ya en 2024 vamos a tener a la compañía recuperada en términos de tráfico respecto de los volúmenes anteriores a la pandemia, pero con niveles de eficiencia mayores”, dijo Ceriani, expositor en el seminario anual de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), que se llevó a cabo en la capital chaqueña.
El ejecutivo apuntó que el objetivo “siempre” es llegar al déficit cero, pero que el proceso “lleva tiempo” y se vincula, además, con los costos asociados al valor internacional de los combustibles y el tipo de cambio. “Requiere mejorar la infraestructura, los servicios de la compañía y mejorar la tecnología”, afirmó Ceriani, y puso como ejemplo que la compra de un avión lleva dos años. “Los planes de negocios en el sector son a cuatro o cinco años como mínimo”, agregó.
Según el titular de Aerolíneas, el plan presupuestado para 2023 incluye llegar a 13 millones de pasajeros transportados y superar las marcas de 2019, aunque con una combinación diferente a la de entonces. El ejecutivo adelantó que habrá mayor participación de los viajes de cabotaje (“Están prácticamente recuperados respecto de los niveles prepandemia y vamos a estar superándolos ahora en la temporada alta de verano”) y una caída en los internacionales.
“De todas maneras, si bien el segmento regional e internacional viene con una recuperación más lenta en términos de volumen, respecto de las tarifas están bastante bien; entonces, muestran niveles de rentabilidad. Estamos entusiasmados en ver que haya un crecimiento en ese mercado, con los niveles tarifarios que hay ahora, y por el momento mantienen una rentabilidad que está incluso en niveles más altos que en cabotaje. Pero lo que ocurre es que cabotaje tiene un volumen mucho mayor”, explicó Ceriani.
Al mismo tiempo, el titular de Aerolíneas dijo que el mercado aerocomercial argentino tiene la infraestructura como principal limitante, pero que tanto la empresa estatal, que concentra el 70% del volumen, como las competidoras, tienen espacio para crecer. “Hoy hay lugar. No estamos llegando al tope de infraestructura y hay espacio para el crecimiento. Los niveles tarifarios y de rentabilidad son razonables, con lo cual, así como vienen creciendo las low cost, tendrían que seguir haciéndolo sin mayores problemas”, planteó.
El debate por las empresas estatales
Aerolíneas Argentinas es una de las 34 empresas públicas comprendidas en el Sector Público Nacional no Financiero y su caso suele ser eje del debate por el esquema operativo de estas firmas, el rol en sus mercados y su financiamiento.
“Hay que sacar la discusión de las empresas públicas de la grieta. La discusión es analizar desprejuiciadamente cuál es el objetivo, a qué objetivo de política pública atienden”, sostuvo en el seminario de ASAP el economista Nicolás Gadano, quien pasó por YPF, fue gerente general del Banco Central y es coautor, junto a Emilio Nastri, de un informe sectorial para la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
En ese sentido, Gadano afirmó que “no se puede aplicar una regla general de que las empresas privadas son mejores y las estatales son malas y hay que echarlos a todos”, y apeló al sector petrolero, donde trabajó. “Equinor es una de las mejores empresas petroleras del mundo, está haciendo perforaciones offshore con YPF y es de control estatal noruego. ENAP, de Chile, es muy buena. Y he visto petroleras privadas malísimas y otras muy buenas, muy eficientes, que están a la vanguardia”, ilustró.
De todas maneras, Gadano planteó que el rol de las empresas del Estado sí se diferencia de las firmas privadas en su función y su rol. “Tienen una responsabilidad de explicar y que se discuta cuál es su objetivo, y si podemos mensurar y asignar correctamente los recursos fiscales que van a financiar esa política, porque si no está claro esa discusión, siempre va a ser confusa. No solamente hay que pensar en el objetivo, sino por qué la empresa pública es la mejor solución para atender ese objetivo”, apuntó el exsubsecretario de Presupuesto durante el gobierno de la Alianza.
Para ilustrar ese escenario, tomó el caso de Yacimientos Carboníferos Río Turbio. “Es una empresa que busca la explotación de carbón integrada a una usina térmica de generación eléctrica. Y, en definitiva, me parece que lo que está detrás es un problema de desarrollo regional”, dijo el analista, al advertir la cuestión del empleo y el desarrollo de la localidad como un “problema real”.
“Pero hay que ver cómo se trabaja, porque desde el punto de vista del desarrollo energético no hay ningún objetivo: generar energía térmica con carbón va en contra de todas las tendencias globales, la dimensión ambiental y los compromisos que la Argentina asume a nivel internacional”, advirtió Gadano.
En su exposición, Ceriani elogió el estudio realizado por Gadano, dijo que le parecía “muy bueno” y deslizó también críticas a su contenido: “La primera impresión que puede generar es que las empresas públicas solo generamos déficit fiscal. Pero no es así, y está muy bueno que podamos debatirlo. Es importante discutir estas cuestiones porque es necesario ponerlos en la agenda pública. Y muchas veces tenemos un debate político, ideológico y superficial”.
En ese sentido, Ceriani planteó que “la medida de la eficiencia de las compañías no pasa tanto por el resultado y la cuestión del déficit o de los aportes del Estado, sino que tiene que pasar por indicadores de producción e indicadores de cómo funcionan en términos de eficiencia” y se refirió a los efectos que el rol de Aerolíneas tiene sobre el turismo, la conectividad y la actividad en las provincias.
A su vez, insistió en que la gestión de la empresa busca el equilibrio operativo. “El fin es tener una política pública con efectos, y para que sea sostenible tiene que ser sostenible desde el punto de vista financiero. El equilibrio fiscal no es un objetivo en sí mismo, pero algo que no va a poder financiado es algo que no va a poder ser sostenible”, advirtió, al analizar el desempeño de Aerolíneas Argentinas.
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