¿Otro caso como Generación Zoe? Vayo Group, la empresa promocionada por los famosos, dejó de pagarles a los inversores y es investigada por la IGJ
Entre marzo y abril del año pasado, Karina empezó a ver que distintos famosos a quiénes seguía en Instagram comenzaron a promocionar a la empresa Vayo Group y a otras dos compañías asociadas (Vayo Business y Vayo Coin). Prometían rendimientos mensuales del 10% por inversiones en criptomonedas, ya sea que se invirtieran pesos o dólares. Y, si bien en un principio desconfío por el tamaño de las ganancias, el desfile de figuras y que Marcelo Tinelli promocionara a la firma en su programa la terminó de tentar. En mayo comenzó a invertir.
Hoy tiene tres contratos de inversión (dos por $500.000 y uno por US$2000) de los cuales uno se venció a comienzos de abril. No volvió a tener noticias de la empresa. Según cuenta, todos los meses hablaba con un asesor para definir si seguía invirtiendo y si le transferían el rendimiento. Pero cuando consultó a fines de marzo por el contrato que vencía el 1 de abril, la persona del otro lado del WhatsApp no acusó recibo del mensaje.
Al mismo tiempo dejó de poder comentar en las publicaciones de las cuentas de Instagram de las empresas y recibió un mensaje de Vayo Group. Decía que la empresa había tenido que reprogramar “una parte mínima de los vencimientos sólo circunstancialmente y por razones transitorias de mercado”.
Sin embargo, los casos de incumplimientos no son mínimos, sino que se multiplican en grupos de WhatsApp y cuentas de Instagram de clientes damnificados, que se dividen en dos grupos: los que eligen creer que eventualmente pagarán y los que ya iniciaron algún tipo de acción legal, como Karina -que pidió no dar su apellido-, que les mandó una carta documento.
“Seguramente la carta documento venga rechazada porque la gente dice que ya no están más en la oficina de Puerto Madero y tampoco en la que quedaba sobre la avenida Corrientes, que es la que figuraba en los últimos contratos. Te hacían firmar un contrato todos los meses donde te aseguraban el capital más un rendimiento mensual y, al principio, te acreditaban automáticamente el rendimiento en tu cuenta sin siquiera pedirlo, pero en lo últimos meses ya tenías que avisar si ibas a querer el rendimiento”, explicó a LA NACION.
Según cuenta, ella nunca se acercó a ninguna oficina física, sino que cuando invirtió transfirió el dinero a una cuenta del banco Santander y los contratos siempre los firmó por WhatsApp. En Vayo Coin el rendimiento es del 10% y en Vayo Business del 7%, pero solía recibir bonos de regalo del 1 o 2% con lo que algunos meses se acercaba a un rendimiento del 10%. No la incitaron ni le pidieron que sumara gente, por lo que nunca asoció al negocio con una estafa piramidal.
Consultadas por LA NACION, fuentes de la Comisión Nacional de Valores (CNV), el Banco Central (BCRA) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) no confirmaron si están investigando a la firma, aunque desde el BCRA dijeron que “cumple con todas las fichas para que esté bajo la mirada” de la institución que a fines del año pasado sacó una comunicación alertando sobre estafas con criptomonedas.
En tanto, el titular de la Inspección General de Justicia (IGJ), Ricardo Nissen, reconoció que el organismo está investigando al “entramado societario que viene muy promocionado por modelos, artistas y deportistas”.
Dario de León, director de Sociedades Comerciales de IGJ, dijo a este medio que recientemente iniciaron un sumario de oficio que está en curso de acción, anticipó que pronto habrá novedades y sostuvo que este grupo no es el único que opera así, sino que en el último año y medio hubo una proliferación de casos similares.
“Esto cobró interés a partir del caso de Generación Zoe, donde logramos con una medida cautelar intervenir a varias de las sociedades del grupo. A partir de ahí empezamos a ver esta problemática que es muy reciente en nuestro país y que tiene que ver con grupos que, con relativa facilidad, constituyen sociedades, abren páginas web y, a través de publicidad en redes, inducen a la gente y prometen unos beneficios realmente exorbitantes. Además, no está del todo claro si la actividad requiere de estar autorizada por BRCA ni CNV porque no hay oferta de títulos. Mediante el ocultamiento o falseamiento de información evitan estar bajo la órbita de cualquier organismo que los controle y se mueven con una rapidez sorprendente. Al principio pagan, el problema es cuando dejan de hacerlo”, explicó.
Según opinó, en la medida en que no haya una regulación específica que mire más de cerca esta actividad, la situación se va a seguir repitiendo.
Según figura en el Boletín Oficial, Vayo Business S.A. tiene como presidente a Ana María Lavitola y como director suplente a Matías Ezequiel Mansilla, que viven en Comodoro Rivadavia, Chubut, pero tienen domicilio especial y sede social en Av. Corrientes 2763 2° “8″.
En tanto, según información de Nosis, en los últimos 6 meses acumula cheques rechazados por $13 millones. LA NACION trató de contactarse con la empresa, pero no obtuvo respuesta.
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