Otra empresa extranjera se va del país
La alemana Fresenius Medical Care, dedicada a prestar servicios de diálisis, vendió todos sus activos al Grupo Olmos, de capitales argentinos; el sector sufre la escasez de insumos esenciales
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En medio de las dificultades que atraviesa el sector, con seria escasez de insumos esenciales por culpa de la falta de dólares, la empresa número uno en el negocio de las terapias renales se va del país. Se trata de la alemana Fresenius Medical Care, que fue comprada por Well Being SA, una subsidiaria del Grupo Olmos.
La operación incluye todos los activos y un plantel de alrededor de 3000 empleados. “El Grupo Olmos completó la compra de la totalidad del capital social de Fresenius Medical Care Argentina, que incluye las 76 clínicas de diálisis y el centro de fabricación de la compañía en Argentina”, informó la compañía nacional mediante un comunicado.
En las clínicas de Fresenius Medical Care Argentina se atienden actualmente más de 9900 pacientes crónicos en terapias de diálisis y se brindan más de 48.000 tratamientos a pacientes con falla renal aguda.
Entre las principales actividades de su planta de 7500 metros cuadrados, en el Parque industrial de Pilar, se destacan la producción de soluciones concentradas, sales, dispositivos y desinfectantes, el depósito de productos locales e importados, los controles microbiológicos de laboratorio, y la prestación del servicio técnico para el mantenimiento de equipos de diálisis.
“A partir del cierre de la operación, con efecto inmediato, toda la dirección de Fresenius Medical Care Argentina y sus empleados, incluido el personal de las clínicas, pasará a integrarse a Well Being S.A., integrante del Grupo Olmos”, se informó en el comunicado citado.
Bill Valle, CEO de Care Delivery de Fresenius Medical Care, remarcó: “Si bien fue una decisión difícil y nos entristece despedirnos de nuestros dedicados colegas de la Argentina, estamos encantados de haber encontrado un socio de ideas afines en el Grupo Olmos, que se ha comprometido a seguir proporcionando productos y servicios de diálisis de clase mundial a los pacientes que sufren enfermedad renal en el país”.
En tanto, el presidente del Grupo Olmos, Raúl Olmos, agradeció a Bill Valle y a Pete Clarke, y señaló: “El anuncio de hoy [por ayer] demuestra nuestro enfoque estratégico y nuestro compromiso con la asistencia sanitaria en la Argentina”. Y agregó: “Nos complace haber adquirido los activos de diálisis en la Argentina de un líder mundial de gran reputación en enfermedades renales”.
Como se dijo, la actividad no pasa por su mejor momento en la Argentina debido a complicaciones derivadas de los problemas macroeconómicos. Según publicó LA NACION hace 15 días, la Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (CADRA) había comunicado que se estaban agotando las reservas disponibles de insumos importados, sales y cloruros –entre otros– indispensables para la preparación de los concentrados con los que se efectúan las sesiones de diálisis, así como también jeringas, catéteres y líquidos peritoneales.
No es una cuestión menor, puesto que la diálisis es un soporte vital. En la Argentina hay más de 30.000 personas que dependen cada semana de al menos tres sesiones de varias horas de diálisis: sus riñones –por distintas causas– han dejado de funcionar y necesitan imperiosamente eliminar el exceso de líquidos y de toxinas que su organismo ya no puede hacer en forma natural. Si por algún motivo la diálisis se interrumpe, se interrumpe para ellos la vida.
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