OMC: se lanzó la carrera por la elección de su director general
¡Largaron! El 8 de julio cerró la ventana para que los países miembros nominen a los candidatos a próximo director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En los próximos meses los miembros van a elegir uno entre los ocho nominados, cada uno con la esperanza de rescatar a la institución de su lamentable estado actual. El proceso destacará algunos de los mejores aspectos de la OMC, pero también mostrará porque la organización está tan mal.
Los partidarios del sistema de comercio multilateral destacan lo abierto que es. En consonancia con ese principio, el cargo más alto en la OMC no está reservado para un europeo o estadounidense, a diferencia de lo que sucede en el FMI o el Banco Mundial. De hecho no hay candidatos de Estados Unidos, China, la Unión Europea, India o Japón. Los nominados provienen entre otros países de Egipto, Moldavia, México y Corea del Sur.
Los miembros tienen varios candidatos creíbles entre los cuales elegir. (El nominado por Gran Bretaña, Liam Fox, no es uno de ellos.) La candidata de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, es una peso pesado política: fue ministra de finanzas y tiene años de experiencia manejando operaciones en el Banco Mundial. La seleccionada por Kenia, Amina Mohamed, tiene fuertes antecedentes en el comercio: presidió la conferencia ministerial de la OMC en 2015.
Desde el 15 de julio los candidatos son intensamente interrogados. Entonces entrará en juego la capacidad de construir consensos de la OMC: la totalidad de los 164 miembros tendrán que acordar quién es el ganador. El proceso será un poco como una terapia, dice Hosuk Lee-Makiyama del Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un centro de estudios. "No entienden realmente lo que quieren hasta que se sienten y hablen de ello".
En este punto entrará a tallar la realidad complicada de las negociaciones comerciales. Del mismo modo que la búsqueda de consenso puede vaciar las negociaciones comerciales de toda ambición, la búsqueda de un nuevo director general podría terminar con los miembros apoyando a quien resulte menos ofensivo. Robert Lightizer, el representante comercial de Estados Unidos, ya ha dicho que "cualquier indicio" de antiamericanismo podría llevarlo a usar su poder de veto.
Esta competencia probablemente también saque a luz la tendencia de los miembros de la OMC a no dialogar directamente entre sí. Una nueva encuesta de funcionarios gubernamentales, académicos, ONG y grupos empresarios publicada por el Instituto Universitario Europeo (IUE) muestra que muchos representantes establecidos en Ginebra quieren un nuevo jefe para priorizar la restauración del ente de apelaciones, una especie de Corte Suprema para las disputas comerciales, que los estadounidenses han desconocido. En cambio están menos interesados en reformar el sistema de resolución de disputas, sin lo cual los estadounidenses no se sumarán.
Hay que prever que en los próximos meses se hará visible la desconexión entre las ambiciones de los candidatos y lo que la institución puede lograr. Okonjo-Iweata se ha comprometido a mediar entre Estados Unidos y China. Buena suerte con eso. Hamid Mamdouh de Egipto ha prometido "relanzar" la capacidad de la OMC de negociar nuevas reglas. Pero el director general sólo puede avanzar tanto como lo quieran los países miembros y ellos no quieren hacer las necesarias concesiones.
El ganador por lo tanto heredará un trabajo difícil, si es que eventualmente se elige uno. En las actuales circunstancias quizás no pueda lograrse el consenso. Las expectativas son tan bajas que el nombramiento de cualquier director general debiera considerarse un éxito.•