Objetivos modestos e inalcanzables
El Gobierno arranca 2015 con pocas ambiciones en lo económico y muchas en lo político. Mientras que en materia política pretende reelegir al modelo, en lo términos económicos sólo aspira a contener el dólar y estabilizar la inflación en su nivel actual (que sea la segunda o la tercera más alta del mundo no parece ser, para el oficialismo, un demérito), aunque el atraso cambiario avance como un cáncer sobre las economías regionales (las exportaciones ya cayeron 12% en el acumulado a noviembre de 2014) y se pierdan un par de cientos de miles de puestos de trabajo adicionales a los más de 275.000 perdidos en 2014 hasta el tercer trimestre.
Para el Gobierno serán bajas justificables en pos de ese objetivo mayor de llegar dando la sensación que la situación está bajo control, esperando que la gente priorice esa "estabilidad aparente", a la profunda destrucción institucional que vive nuestro país. ¿Pero puede cumplir el Gobierno estos modestos objetivos económicos? Para hacerlo necesita dos cosas: contener la emisión monetaria para no seguir alimentando los precios y el blue, y tener dólares para liberar aunque sea parcialmente el cepo.
Para ello el Gobierno necesitaría, además de refinanciar toda la deuda que vence más sus intereses (el equivalente a unos 18.000 millones de dólares), tomar unos 10.000 millones adicionales para financiar el déficit. El resto se solventaría con transferencias de utilidades del Banco Central lo cual dejaría la impresión de dinero en niveles que mantendrían la inflación en niveles actuales.
Este programa, aunque no imposible, parece difícil, aun si se normalizara nuestra relación financiera con el mundo (léase con un arreglo con los fondos buitre); pero el Gobierno parece decidido a avanzar sin acuerdo (aparentemente la RUFO fue una excusa nomás), por lo que la Argentina seguiría sin acceso al financiamiento en legislación internacional.
Se abren, entonces, dos escenarios. En el primero, el Gobierno busca financiarse en los mercados internacionales, pero colocando deuda en Buenos Aires con legislación local. Un movimiento en este sentido fue el fallido intento de emitir Bonar 2024 hace unas semanas, que terminó en un estrepitoso fracaso. Hay un debate sobre cuánto podría conseguirse en este mercado. Existen dudas sobre si el gobierno podría conseguir 3000 millones durante el año, pero hay certeza de que no podría conseguir 10.000, mucho menos 28.000 millones de dólares.
En el segundo escenario porque el Gobierno no lo quiere o por falta de oferentes, este financiamiento no está disponible. En este caso, únicamente queda replicar la estrategia de 2014. Esto implica financiar el déficit mediante una colocación de deuda en el sector financiero doméstico. De hecho, el motivo por el cual la inflación se estacionó en 2014 en los valores actuales a pesar del crecimiento del déficit fiscal, consiste en que buena parte de la emisión monetaria para financiarlo se vio compensada colocándole deuda (Lebacs) al sector financiero (así, lo que se emite por un lado se absorbe por el otro).
El resultado, en definitiva, es el de financiar el déficit público con deuda a los bancos, esto sí, a tasas cercanas al 30% nominal anual. La estrategia del desendeudamiento hace rato que fue...
Estas formas ya encontraron su primer límite en diciembre, cuando la explosión del déficit implicó una expansión del 13% de la base en el mes, que no pudo ser compensada del todo con más Lebacs. Así las cosas, se dejó para el arranque de 2015 un incremento de la base monetaria que debería ser revertido en parte al menos en enero o febrero, si se quiere evitar más presión sobre el dólar.
Si hubiera que financiar todo el déficit por esta vía, el stock de Lebacs (que ya subió de 2,8 a 5,3% del PBI en 2014) se iría a fines de 2015 a casi un 8% del PBI. Toda vez que existen depósitos del sector privado en el sistema financiero por 15% del PBI, el esquema podría llegar a darse, pero sería una bomba de tiempo, y el impacto recesivo de la absorción de todo este dinero, sumado a la restricción de dólares, relativo a los escenarios anteriores, ocasionaría un desastre en la economía. Al tercer trimestre de 2014 la economía caía un 2,7% interanual. Desde la reelección de Cristina Kirchner en 2011, el producto por persona lleva caído un 3,4%. ¿Cuánta más recesión sumaría en 2015?
La elección entre los tres escenarios (financiamiento internacional, con legislación local, o con Lebacs) parece obvia. Pero es difícil anticipar los movimientos de este Gobierno.
En Macbeth, las tres brujas contratadas por la esposa de Macbeth no logran convencer a este último de que lleve adelante su plan asesino para permanecer en el poder. Entra entonces en escena Hecate, la bruja más poderosa de todas, y le dice a Macbeth que "todo saldrá bien", dicho lo cual éste se convence, continúa con su plan y desencadena una trama que lo llevará al desastre. Hecate, con una sonrisa, se da vuelta, mira a las tres brujas y les dice: "¡Ah!... la seguridad..., la perdición de los hombres".
El autor es diputado nacional por Unión Pro
lanacionar