Nuevos mercados. Europa, China y el resto del mundo: los destinos con mayor potencial según los especialistas
Los expertos coincidieron en que la debilidad de la oferta exportadora del país es la raíz de las crisis argentinas; es clave que el acuerdo UE-Mercosur siga su marcha
Los especialistas en comercio exterior y relaciones internacionales más prestigiosos del país se juntaron en un panel para establecer un diagnóstico de la situación actual de la Argentina y abrir las posibles ventanas que podrían posicionar al país en el mundo. Moderados por Ignacio Federico, periodista de LA NACION; Félix Peña, director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Diana Mondino, directora de Relaciones Institucionales de la Universidad del CEMA; Jorge Castro, analista internacional, y Beatriz Nofal, directora de Eco-Axis y exsherpa argentina en el G-20, dieron detalles sobre el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, la importancia de China en el nuevo esquema geopolítico internacional y qué debe hacer la Argentina para pararse en este nuevo mundo.
Sobre el desempeño del país en la organización del G-20, Nofal, quien este año fue cochair en el Grupo de Inversiones en Infraestructura del G-20 en Japón, destacó que el desempeño argentino en la organización fue excelente, pero que la crisis actual deja un problema de credibilidad. "En un momento en el que la Argentina necesitaba ayuda, la organización del G-20 nos conectó y pudimos disponer de la ayuda del Fondo. Además, se hablaron de temas claves, como la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC)", destacó.
Para Nofal, la Argentina debe concentrarse en el fortalecimiento de la oferta exportadora de bienes y servicios transables, y mejorar en valor agregado y en complejidad. "Si tenemos un perfil solo de commodities vamos a estar atados a los ciclos", sostuvo, y evaluó: "Lo que nos faltó a nosotros en ese momento, porque tener la presidencia del G-20 es como tener la presidencia del mundo, fue señalar que los países desarrollados no cumplieron con el compromiso de hacer una reforma permanente desde la OMC para limitar el comercio exterior de alimentos. Esto es clave para que la Argentina exporte valor agregado en alimentos", sostuvo.
Al momento de analizar la coyuntura, Castro destacó que la crisis del sector externo es la raíz estructural de la crisis argentina. "El núcleo de la crisis es la debilidad de la oferta exportadora del país", diagnosticó, y explicó que, por año, la Argentina exporta entre US$50.000 y US$80.000 millones, a los que evaluó como montos bajos para un país de 43 millones de habitantes y con el ingreso per cápita más alto de la región. "En términos comparativos, esto implica que la Argentina exporta menos de la mitad de lo que exporta Chile, que tiene 16 millones de habitantes", agregó.
Sobre los costos internos, Mondino dijo que las retenciones "impactaron bastante", pero que la principal preocupación está en si "va a haber o no nuevas retenciones con el nuevo gobierno, porque la necesidad de divisas es enorme". Y explicó: "Hay un error fundamental en creer que las retenciones quitan ganancias extraordinarias, hoy las retenciones son el equivalente a que haya recesión. Por ejemplo, si tenés ventas de $100 y te quitan $10 por un impuesto, el 10% de retenciones es lo mismo que vender menos".
Por eso, para Mondino, poner más retenciones sería "macabro" y dijo que, dada la crisis macroeconómica, el sector externo es el único que puede proveer los dólares que necesita la Argentina para llegar a la estabilidad. "El PBI es la suma del consumo, más la inversión, más el gasto, más el saldo comercial. El consumo está destruido, para las inversiones las condiciones están difíciles, el gasto público tiene que caer y así queda el saldo comercial. Veo con tristeza cuando algunos se regocijan de que las exportaciones cayeron. Necesitamos poder exportar más para que el PBI no caiga demasiado", analizó.
"Tiene futuro, mucho futuro. Sería grave que no lo tenga", evaluó Peña sobre el acuerdo UE-Mercosur. Para el especialista falta negociar detenidamente la letra chica. "No es solo un acuerdo UE-Mercosur, es un acuerdo que, tan pronto tomás en cuenta los países de Latinoamérica que tienen acuerdo de libre comercio, como los de la Alianza del Pacífico, estaríamos construyendo un sistema de comercio preferencial amplio con potencial a futuro", sostuvo.
Por esto, aunque reconoció que la construcción de este sistema puede tomar años, dijo que sería muy negativo que fracase y aclaró que la Argentina debe poner mucha atención en este punto. "La negociación fuerte, de fondo, va a ser en los próximos meses o, como máximo, se debería dar de acá a un año", evaluó. Para Nofal quedan una "serie de cuestiones pendientes para que el acuerdo sea beneficioso".
Con respecto a las relaciones "intra-Mercosur", Peña explicó que la idea original del bloque era generar pactos de largo plazo para trabajar juntos, pero esas preferencias comerciales debían ser negociadas de manera sucesiva, no siguiendo un modelo teórico, como sucede en la Unión Europea, sino adaptándose a las posibilidades. "Es fundamental retener la idea básica del pacto de trabajar juntos y negociar juntos con la UE, eso te fortalece", apuntó, y aclaró que el acuerdo "no es de libre comercio, es libre comercio preferencial". "Esto significa que solo libero a los del club y eso tiene efectos diferentes", completó, y puso como ejemplo la diferencia que hay entre el precio que se le paga al productor por la materia prima contra la manufactura. "En chocolates y cafés el escalonamiento arancelario entre el grano y las manufacturas es del 500%. Los principales países que exportan el grano son Ghana y Costa de Marfil, pero el primer productor de chocolates es Alemania. Esto mismo nos pasa a nosotros", dijo, graficando lo que debería cambiar para la Argentina al poner en vigencia el acuerdo.
Otro de los grandes frentes que se abren en el comercio internacional es el mercado asiático, sobre todo, el chino. Castro explicó que en la guerra entre Estados Unidos y China, lo comercial es un "aspecto prácticamente irrelevante". "Lo que se está disputando es el dominio de las tecnologías de avanzada. Ese es el eje de poder del mundo del siglo XXI", dijo, y aclaró que la Argentina es el único país de América del Sur que tiene déficit en el comercio bilateral con China. "La razón del déficit de US$8000 millones por año es que la Argentina tiene poco para vender. Hay que darle la estructura de las exportaciones para el país que solo vende commodities agrícolas porque no tiene otra cosa. Este es el punto crítico de la inserción de la Argentina en el mundo. Falta qué ofrecer", cerró.
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