Nueva señal de respaldo del gobierno de Joe Biden en medio de la negociación con el FMI
Juan González, principal asesor de Biden para América latina, dijo que EE.UU. “siempre juega un papel constructivo”
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WASHINGTON.- Estados Unidos volvió a ofrecer una clara señal de respaldo a la Casa Rosada en medio de la negociación más difícil de la administración de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El principal asesor del gobierno de Joe Biden para América latina, Juan González, dijo que el Gobierno está navegando “un ambiente muy exigente”, y que Estados Unidos, el accionista más importante del Fondo, “siempre juega un papel constructivo”.
“Tengo que darle crédito al gobierno de Fernández y Sergio Massa, ellos están navegando un entorno exigente y muy desafiante, no solo político, sino también económico en un año electoral. Sergio, en particular, está avanzando con pasos concretos, pero el desafío es enorme”, dijo González ante una pregunta de LA NACION en el evento EFE Dialogues, organizado por la agencia de noticias española.
“En las conversaciones que hemos tenido con él, la línea final es que tienen que ser el Departamento del Tesoro, el FMI, el Banco Mundial y el BID quienes lleguen a cómo abordar estos desafíos. Estados Unidos siempre juega un papel constructivo en esa conversación, incluida la Casa Blanca”, continuó el funcionario del gobierno de Biden. “Queremos ayudar a países como la Argentina a navegar una economía política, creo, muy, muy compleja, pero también la situación global”, cerró.
González fue uno de los funcionarios que se encontró con Massa la semana anterior durante las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington, y en las que el ministro de Economía no tuvo más remedio que abrir una nueva negociación con el FMI para modificar el programa económico y adecuarlo al golpe que propinó la sequía y la continua fragilidad de la economía. El respaldo del gobierno de Biden ha sido vital para llevar la negociación a buen puerto, ya que Estados Unidos es el principal socio del FMI y el accionista de mayor peso en el board del Fondo. Sin el respaldo de la Casa Blanca y el Tesoro, ninguna negociación es viable.
El apoyo del gobierno de Joe Biden en los organismos internacionales se ha convertido en el principal ancla de la economía argentina, que se enfrenta a un período de enorme inestabilidad. El dólar “blue” marcó una nueva escalada, y la inflación alcanzó el 7,7% mensual en marzo, elevando el temor a una hiperinflación.
Ante ese panorama, el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvieron a sentarse a recalibrar el programa económico. Forzado y apremiado por la crisis, el equipo que lidera Massa comenzó a trabajar con el staff del organismo en una nueva modificación del acuerdo vigente con el Fondo –la segunda en lo que va del año y la cuarta desde que nació el programa actual– para fortalecerlo y adaptarlo al nuevo escenario, en un último intento para impedir que la coyuntura del país empeore aún más antes de las elecciones.
La nueva negociación es un reconocimiento tácito de que el programa, tal como fue aprobado hace apenas dos semanas por el board del Fondo, se encaminaba a otro incumplimiento, y llega en un momento político extremadamente delicado en la Argentina por el inicio de la campaña presidencial. El Fondo ha sido flexible para atender las necesidades del país, apuntalado por el fuerte respaldo de la Casa Blanca, donde ven a la Argentina como un socio estratégico que puede jugar un papel importante a nivel global aportando gas, litio y alimentos, tres mercados críticos.
Fondos del BID
Sentado al lado de Juan González, Ilan Goldfajn dijo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) quería estar presente para “ayudar a la gente” cuando ocurrían eventos naturales catastróficos como la sequía histórica que golpeó a la Argentina.
“Tenemos que ser capaces de proporcionar proyectos en los que mejoren los medios de subsistencia. Recién se aprobó un préstamo basado en indicadores de salud, que está aprobado y que no es para un gobierno específico, es para la gente. La cantidad de personas que se vacunan, la reducción de las tasas de mortalidad, el acceso a hospitales, esos son los proyectos en los que el BID puede ayudar, y no son por seis meses, un año, pasan los años y van para ayudar a la gente”, describió Goldfajn.
“Queremos estar allí para el gran evento natural que sucedió y poder ayudar a las personas”, agregó.
El plan del Gobierno involucra ampliar el financiamiento del Banco Mundial y el BID para paliar la escasez de dólares que sufre la Argentina, que se agravó por la sequía, alentando expectativas de una devaluación brusca del dólar oficial que se traduciría en una mayor inflación. A contrarreloj, el Gobierno intenta contener como puede esas expectativas para intentar transitar con la mayor calma posible el trecho que resta hasta las elecciones presidenciales. Además de los tres organismo internacionales, Massa mantiene en carpeta una eventual colocación de deuda en dólares en su cruzada por contener el tipo de cambio, cueste lo que cueste.
El alcance y la profundidad de la nueva recalibración del programa económico se definirá en las próximas semanas con el trabajo que ya arrancaron el equipo de Massa, comandado por su jefe de asesores, Leonardo Madcur, y el staff del Fondo, que lidera Luis Cubeddu, y en el que la número dos del organismo, Gita Gopinath tiene una amplia gravitación. El Gobierno espera concluir el acuerdo en mayo, y que el board del Fondo apruebe el nuevo plan en junio.
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