El kirchnerismo apura el dictamen para debatir la reforma del Banco Central
Marcó del Pont expuso en proyecto en un plenario de comisiones; el Frente para la Victoria quiere aprobarlo en el recinto cuanto antes
El plenario de las comisiones de Finanzas, Presupuesto y Legislación General de la Cámara de Diputados que analiza el proyecto de modificación de la Carta Orgánica del Banco Central pasó a cuarto intermedio hasta mañana a las 10 am.
En la continuidad de la reunión prevista para mañana, el oficialista bloque del Frente para la Victoria buscará emitir dictamen sobre el proyecto, en un objetivo que alcanzaría sin dificultades por contar con mayoría propia en las tres comisiones.
Según fuentes cercanas a la presidencia de la bancada kirchnerista, el proyecto sería debatido por el plenario del cuerpo el próximo miércoles en una sesión especial que se pediría exclusivemnete para el tratamiento de esta iniciativa.
Marcó del Pont expuso durante 4 horas y 20 minutos en una reunión que presidió el titular de la comisión de Finanzas, Carlos Heller (Nuevo Encuentro), cercano al oficialismo, con la participación de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Legislación, conducidas por los kirchneristas Roberto Feletti y Luis Cigogna, a las que fue también girado el proyecto.
La titular del BCRA se enfocó en justificar la necesidad de modificar la Carta Orgánica de la entidad para terminar con el régimen de convertibilidad establecido en 1992 que, dijo, "es una norma pensada para otro país".
Reservas
Marcó del Pont defendió con ímpetu el uso de las reservas de libre de disponibilidad para pagar deuda pública al destacar que es una "opción estratégica" ante los cuestionamientos que, entre otros, le formuló el diputado y antecesor en el cargo, Alfonso Prat Gay (CC). La presidenta de la entidad monetaria resaltó que "siempre se paga con reservas si no se quiere forzar un ajuste fiscal, o como viene promoviendo el diputado Prat Gay, con más endeudamiento", le respondió.
Antes había indicado que "lo peor que puede ocurrir es que se acumulen reservas como un fin en sí mismo" e insistió en la necesidad "de romper con la lógica de la convertibilidad" de recurrir al endeudamiento.
Entidades financieras
Respecto de las funciones de superintendencia de bancos que también asumirá el Directorio del BCRA, Marcó del Pont admitió que habrá un rediseño del control y que la autoridad monetaria "tiene que involucrarse mucho más en la supervisión de las entidades financieras". La funcionaria se comprometió a enviar por escrito información sobre la liquidez de reservas y otros datos del BCRA que no pudo responder en el momento a los diputados y se mostró de acuerdo en que el proyecto "sea más explícito" en sus objetivos en lo que tiene que ver con el trabajo y las economías regionales.
Contrapuntos
La reforma fue rechazada por economistas liberales, entre ellos dos ex presidentes del BCRA durante gobiernos kirchneristas desde 2003, los opositores Alfonso Prat Gay y Martín Redrado.
"El proyecto blanquea prácticas ilegítimas del BCRA de poner a disposición del Gobierno la maquinita de emisión monetaria", dijo en un comunicado Prat Gay, diputado de la Coalición Cívica (CC).
La iniciativa elimina, además, el límite de fondos que el Gobierno puede pedir prestado al BCRA para pagar vencimientos de deuda, mecanismo que Kirchner usa desde enero de 2010 cuando desplazó a Redrado de la entidad.
"Esto es una apropiación de las reservas. El Gobierno cree que no hay ningún tipo de límite", criticó Redrado en declaraciones a radio El Mundo.
El BCRA atesora actualmente 46.840 millones de dólares, con caída de 6.000 millones el año pasado, pero el Gobierno entiende que este nivel no es crucial y suprime con la reforma la ley de convertibilidad, según la cual las reservas garantizan la moneda en circulación y depósitos bancarios.
La oposición sostiene que Cristina Kirchner lanzó la reforma para resolver sus necesidades financieras, luego de caer a 10.347 millones de dólares el superávit comercial en 2011, 11% menos que en 2010, y afrontar vencimientos de la deuda este año por casi 6.000 millones, cuando el superávit fiscal disminuye.
Argentina enfrenta dificultades para hacerse de divisas desde que declaró una moratoria sobre su deuda en 2001 y quedó sin acceso a los mercados internacionales de crédito.