¿Nos afectará el conflicto con Corea del Norte?
Los economistas creen que una expansión de las tensiones, tanto en espacio geográfico como en lo temporal, podría llegara tener algún efecto en los costos del financiamiento, en el precio de las commodities y en mercados de exportación como China
El comediante inglés John Oliver bromea con que el grado de relevancia que cada uno le asigna a la escalada de tensión con Corea del Norte está directamente asociado a si uno reside o no dentro del radio de alcance del hipotético misil. A poco más de 50 kilómetros por tierra de la zona desmilitarizada, la bolsa de valores en Seúl no parece reflejar la metáfora con total fidelidad: el índice de las compañías más grandes de ese país apenas si cayó 1% en septiembre. De hecho, se lo ve bastante saludable, con ganancias en las acciones de más de 15% en lo que va de 2017.
El ensayo nuclear del último domingo desplegó volatilidad y nerviosismo por los mercados globales, con algunas tendencias al alza en activos refugio como el oro y pérdidas en los de renta variable. Pero lejos parece estar de descontarse un futuro lúgubre, en una especie de sentimiento de “cuento del lobo” donde los inversores no terminan de masticar el evento nuclear como algo verosímil.
El escenario bélico es el menos esperado por el consenso de analistas internacionales. A su vez, darle forma y números redondos a un evento tan catastrófico resulta algo imposible, inmensurable. De cualquier forma, la tensión crece cada semana y el presidente Donald Trump no despega sus dedos del Twitter. En esa línea, LA NACION consultó a seis economistas expertos en mercados para delinear una secuencia de eventos lógicos en el triste caso de que el esquema trascendiera la retórica y abandonase el ciberespacio de los 140 caracteres.
Para el economista José Siaba Serrate, la clave está en cuánto dure el conflicto. “Es algo que puede ocurrir y estamos avisados, pero tiene una bajísima probabilidad asignada –analiza–. Es una escalada que lleva meses, con todos los elementos visuales como las detonaciones o la militarización, pero el mercado lo está tomando con mucha filosofía”.
Agregó que, en un mundo con alto riesgo geopolítico, la Argentina tiene una gran ventaja: su vecindario es uno de los más pacíficos. “La clave para aproximar el impacto financiero no es el recuento de daños sino más bien el eje temporal. Si el suceso es enormemente negativo pero se encapsula en un momento, será fugaz y tendrá un único impacto en mercados. Cuando el inversor quiera reaccionar, el evento habrá pasado. Distinto es si es un efecto en cascada que se prolonga en el tiempo”.
“Lo que importa es quiénes juegan”, señala Marcos Buscaglia, PhD en Economía. “El PBI de Corea del Norte es similar al de Paraguay. Si la guerra fuera breve y acotada a Estados Unidos y el régimen, entonces sería algo poco significante y con impacto virtualmente nulo. Desaparece la economía norcoreana, que exporta apenas US$ 3000 millones, sin dejar rastros en la actividad global. Pero es difícil que así suceda, porque hay más de 20 millones de surcoreanos a tiro de cañón: si incorporás a Corea del Sur, una economía de 1,9 billones de dólares totalmente integrada a las cadenas globales de valor, el conflicto es más complicado. Y si China se mete directa o indirectamente, lo que sería más que probable, es un nivel de complejidad adicional”. Buscaglia cree que los factores determinantes para la Argentina son la capacidad de financiamiento y qué pasa con los precios de commodities. Y una guerra que le desacelera fuertemente la economía a China y dificulta su exportación, “le afectará su capacidad de importación y, para la región, esto es naturalmente muy importante.”
Germán Fermo, también PhD en Economía, considera que los posibles efectos dependerán de si termina siendo un evento largo o corto. “Acá se juega con fuego en serio y nadie es experto en esta dimensión. En un hipotético caso de un ataque nuclear, imagino un suceso rápido y un día vertical en los mercados con movimientos por todos lados. Una corrida enorme a refugios de valor, con saltos en el oro y en monedas de fondeo como el yen y el euro; combinados con bajas bien rápidas y agresivas en índices de acciones como el S&P500 y ni hablar en bonos y monedas emergentes. Habría una enorme demanda por títulos safe heaven como los alemanes y los del Tesoro de Estados Unidos”, analiza.
Que habrá nervios, pero que la Argentina está en una posición que la mantiene relativamente alejada de los efectos, es lo que cree Daniel Marx, ex secretario de Finanzas. “Habrá por lo pronto zonas mucho más afectadas que otras, aunque sí podría haber una corrección generalizada en renta variable, salvo en las acciones de las compañías de defensa –opina–. El mundo se va a paralizar, se reevaluará la situación y se verán los verdaderos impactos. No será igual, pero podría preverse algún reacomodamiento después. La Argentina no estaría tan afectada en comparación con otros países.”
Agrega que un canal de contagio podría llegar por una caída en las commodities agrícolas. “Se podría leer, asociado a una corrección cambiaria, cierta dificultad para el país, dado que una parte significativa de su deuda pública está denominada en moneda extranjera, en torno al 70%, y los números serían algo más complicados.”
Desde la consultora Abeceb, el economista Dante Sica advierte que en un mundo interconectado, la Argentina no estaría ajena a los shocks económicos”. En el que hubo en 2008, recuerda, el país salió relativamente rápido: “Teníamos superávit de cuenta corriente y veníamos de superávit fiscal, lo que dio margen para políticas de estímulo”, afirma. Hoy la situación es diferente y así la describe: “Hoy tenemos un déficit externo que cerrará 2017 en cerca de 4% del PBI, y arcas estatales con fuertes necesidades de financiamiento. Como ventaja, tenemos un tipo de cambio flexible y un endeudamiento acotado con el sector privado, cercano al 25% del PBI. Además, las necesidades de financiamiento están cubiertas hacia 2018 por lo que la vulnerabilidad no es tan alta como podría serlo”.
“Aunque el nivel de intercambio a la zona caliente es bajo, si el conflicto se extiende por sobre la península de Corea podrían verse afectadas rutas de comercio vitales para el resto de Asia y con ellas, se afectaría el precio de las commodities”, agrega.
“Las guerras arrancan de improviso –señala Orlando Ferreres, director de OFJ–. Yo no creo que pase nada, pero si ocurriera, pienso que los capitales globales experimentarán una reducción importante y no podrían entrar mayormente grandes sumas a nuestro país. La tasa de interés subiría y el financiamiento externo podría no alcanzar”.
Marcos Buscaglia
Economista
"Si se extiende el conflicto los factores determinantes son el financiamiento y los precios de los commodities "
José Siaba Serrate
Economista
"Si el suceso se encapsulaen el tiempo, será fugazy tendrá un único impactoen los mercados"
Germán Fermo
Economista
"Se juega con fuego en serioy nadie es experto en esta dimensión; podría haber una corrida a refugios de valor"
Dante Sica
Economista/Abeceb
"El nivel de intercambio con la zona en conflicto es bajo, pero si se extiende, afectará rutas vitales del comercio"
Daniel Marx
Economista/Guantum
"La Argentina no estaría tan afectada en relación con otros países; podría haber caída en los commodities"
Orlando Ferreres
Economista/OJF
"No creo que pase nada, pero si ocurriera, la tasade interés subiría y podría afectarse el financiamiento"