No reacciona la demanda de crédito bancario, que cerró un trimestre para el olvido
El stock de financiamiento inyectado a la economía no deja de caer y es uno de los factores que condiciona un aumento de la actividad
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El crédito bancario no reacciona, lo que lleva a esta masa de financiamiento inyectada en la economía a seguir cayendo mes a mes medida en términos reales, es decir, considerando la licuación inflacionaria.
En pesos, se contrajo en marzo otro 1,1% en relación a febrero, con lo que cerró el primer trimestre en retroceso y pasó a acumular una caída interanual del 0,4 por ciento. En dólares, apenas si tendió a estabilizarse respecto del mes precedente, aunque disminuye más de 24% en la comparación interanual.
Los especialistas hablan de una desconexión de oferta y demanda básicamente vinculada con los complejos horizontes que enfrenta la economía local, un diagnóstico con el que coinciden en los bancos. Y de un mercado partido: con las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) buscando aprovechar las líneas promovidas por las políticas publicas y las grandes, salvo contados casos, usando lo necesario para mantener su capital de trabajo.
“Los créditos totales en pesos cayeron 1,1% m/m real, no observándose ningún incremento en los 3 primeros meses del 2022. Los préstamos a empresas cayeron 0,8%, condicionados por un mal desempeño de los que se entregan contra la cesión de documentos de cobro que se contrajeron 1,5%, algo que no logró compensarse con el aumento del 2,1% m/m real observado en los ‘adelantos’”, observó el informe mensual que realiza la consultora LCG siguiendo su evolución.
“Por su parte, los créditos al consumo cayeron por tercer mes consecutivo, esta vez, 1% en términos mensuales, por contracciones tanto de los préstamos personales (1,4%) como de los financiamientos por consumos realizados con tarjetas de crédito (-0,9% m/m real). Así, en términos anuales acumulan 10 meses consecutivos de caídas con un repliegue del 6,5% a/a real en marzo” acota.
Por último los préstamos otorgados contra la cesión de garantías reales “cayeron un 1,8% m/m real, afectados por otra contracción del 2,8% en la masa de préstamos hipotecarios y la pausa que mostraron los créditos prendarios, que bajaron 0,6% medidos contra el cierre de febrero tras 20 meses de registrar incrementos”, detalla el reporte.
Así, el stock total de crédito en pesos al sector privado cerró el primer cuarto del año en $4,36 billones, apenas 8,6% por encima de los $4 billones con que había cerrado 2021 en un lapso en que la inflación habría avanzado algo más del 14 por ciento.
Los créditos en dólares, en tanto, se estabilizaron por el repunte que volvieron a mostrar las financiaciones de consumos con tarjetas y -en menor medida- las prefinanciaciones de exportaciones, aunque el resto de las líneas anotaron nuevos retrocesos. Su stock, que era de US$5111 millones hace un año, quedó reducido ahora a US$3855 millones.
De esta manera, la masa de préstamos en pesos volcada a la economía representa hoy apenas un 61% del valor de mayo 2018, antes de la crisis financiera que afectó al país.
Los bancos sustituyen las colocaciones al sector privado con la compra de papeles del sector público, una recolocación de recursos en buena medida alentada por el Gobierno -que necesita que le financien él déficit y lo necesitará más ahora que se le acota la asistencia del BCRA por el acuerdo con el FMI- y que hizo que la exposición de su cartera de créditos al sector privado haya caído del 55% al 36% en los últimos cuatro años.
Para el economista Hernán del Villar, director de Alpha, el desempeño que está mostrando el crédito es “razonable” en las actuales circunstancias. “En la comparación interanual el total de recursos concedidos en moneda local creció en torno del 50%, es decir, sólo un poco por debajo de la inflación”, señala. “Es una dinámica razonable, considerando una demanda sostenida en algunos sectores puntuales -básicamente Pymes- que registran buen nivel de actividad y a la vez afectada por líneas con muy bajo dinamismo, como las hipotecarias”, acota.
“Y en la mirada más acotada esa masa creció 4% nominal en marzo. Claro que es una tasa menor a la inflación registrada pero hay que tener en cuenta que cuando la tasa de indexación de la economía se acelera, el crédito no lo sigue en lo inmediato”, explica.
6⃣La suma de los pasivos en pesos remunerados del Banco Central y la deuda de Tesorería alcanza los $ 17.358.000 millones, esto es casi 4 veces los préstamos al sector privado. El Estado absorbe el crédito de la gente, por eso estamos como estamos.
— @salvadistefano (@SalvaDiStefano) April 6, 2022
Para Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, “lo que se vio en marzo, finalizado ya el período vacacional, es un incremento en las colocaciones en general en términos nominales pero que no llega a superar la línea estimada de la inflación del mes. Esto confirma que predomina la prudencia entre los tomadores y colocadores de préstamos”.
En los bancos, aunque admiten que el reajuste alcista de las tasas era ya inevitable, a la vez conceden que la reciente suba de las denominadas tasas activas (se elevó del 49 al 51% anual nominal la que se aplica para financiar consumos con tarjetas y del 41 al 43% la línea oficial de financiamiento para la inversión productiva) puso más cautelosas a las personas o empresas que tenían proyectado endeudarse. “Salvo en casos puntuales, hay mucho temor con el impacto que la aceleración inflacionaria puede tener en la demanda y en la conflictividad social”, explicaron a LA NACION en una entidad líder.
“Las líneas ya otorgadas se siguen demandando, lo que no reacciona es la demanda nueva, salvo contadas excepciones”, concedieron en otra institución.
Desde LCG proyectan que este panorama tiene elevadas chances de consolidarse. “La suba de tasas tendrá impacto sobre la ya deprimida demanda debido al aumento del costo de financiamiento total. Adicionalmente, una mayor inflación futura esperada de la mano con salarios que continúen evolucionando por debajo de la misma, será otro factor depresivo de la demanda”, sostienen.
Barbero coincide: “el tránsito a tasas de rendimiento positivo para los inversores en moneda local que inició el BCRA trae aparejado un alza de las tasas de los créditos para los deudores. La consecuencia es que los créditos comerciales, que durante el último semestre de 2021crecían por encima de la inflación, a partir de enero ya se incrementan por debajo de la misma”, alerta.
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