No desperdiciemos la debilidad del Fondo Monetario
El Fondo piensa en el Fondo. Al igual que nosotros, sus autoridades saben que la Argentina no tiene ni capacidad ni voluntad de honrar los compromisos contraídos con la institución en 2018. Kristalina Georgieva piensa en la hoja de balance, y por consiguiente, en el papelón que significaría enviar a pérdidas el saldo de su principal deudor. Porque con el FMI no se está negociando que nos presten fondos frescos, sino cuándo devolverle lo que ya recibimos.
Estamos, por consiguiente, delante de un caso de “contabilidad creativa” (por favor contadores no se ofendan). En su conferencia de prensa, como quien no quiere la cosa, el ministro Guzmán dijo que el actual préstamo, de tipo Stand By, será reemplazado por otro, de Facilidades Extendidas. Este último, en condiciones normales, implica mayor plazo, mayor monto, pero también mayores compromisos. Por ejemplo, implementar reformas estructurales, como la laboral, la desregulatoria, etc.
Pero en la Argentina 2022, el Fondo parece estar dispuesto a llegar a un acuerdo de Facilidades Extendidas sin exigir reformas estructurales. ¿Por qué? Porque, como dije, ya nos dieron la plata, y, por ende, la cuestión no pertenece al plano de la política económica, sino al del “window dressing”, la decoración de las ventanas que disimula lo que hay dentro de las casas.
No tratemos de entender lo que está ocurriendo con parámetros normales, porque aquí no hay nada normal. Si el FMI no estuviera débil en esta negociación podría utilizar la renuncia de Máximo Kirchner a presidir el bloque oficialista en Diputados, para patear el tablero. No es lo que espero. Tampoco le presto atención a las precisiones numéricas, no sólo porque estamos lejos de acordar el memorándum de entendimiento, sino porque sigue en duda que la Argentina cumpla lo que finalmente se pacte, aunque no debería abusar de la debilidad del FMI.
La vida de los argentinos no se agota en el acuerdo con el Fondo. ¿En qué consistirá la política económica y qué nos espera a cada uno de nosotros? Es la pregunta que nos hacemos los argentinos, quienes sabemos que tendremos que encontrarle la vuelta contando con un Poder Ejecutivo debilitado, con fortísimos problemas de credibilidad, cuya área económica no forma un verdadero equipo.
Estamos acostumbrados, lo cual no quiere decir que sea gratis. No es gratis, pero parece inevitable durante el resto del actual período presidencial.
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