Zoompleaños. Los magos, las princesas y los salones sigue animando desde casa
Fue el primer rubro en quedarse sin trabajo durante la cuarentena y será de los últimos que podrá retomar su actividad. Sin embargo, la gente sigue cumpliendo años pese al encierro y los saludos por videollamada se volvieron un tanto monótonos después de tantos días. Por eso, los animadores y los salones de eventos comenzaron a vislumbrar una nueva opción a la que podían sacarle provecho: con propuestas para chicos, adolescentes y adultos, el show tenía que continuar desde casa. Se convertiría en un cumpleaños diferente.
Según el último relevamiento de Adecco Argentina, el 60% de los argentinos ya festejó algún zoomple en lo que va de la cuarentena y el 23% de ellos participó en, por lo menos, más de tres festejos. "Cada vez tenemos más consultas sobre animaciones virtuales, me llegan todo el tiempo.Para nenes, para una mujer de 42 años, para el abuelo de 86. Cada vez hay más porque la gente, tanto grandes como chicos, ya estuvieron en cumpleaños y piensan en esta posibilidad de las animaciones. El tema de los cumpleaños de adultos por Zoom es que si no hay alguien que interactúe terminamos todos hablando del encierro. Mientras que los más chicos ya tuvieron cumpleaños con animaciones y ahora están buscando otra variante", explicó Gladys Sánchez, creadora de Cumplevirtual.com.
Cumplevirtual.com nació como tal hace veinte años. El nombre hacía referencia a la virtualidad de una guía, en donde se podían encontrar los distintos salones, espectáculos y caterings de la ciudad de Buenos Aires. Pero, con la pandemia, el nombre del sitio web pasó a tener otro significado y las consultas sobre qué podían ofrecer para festejar un cumpleaños de manera online no tardaron en aparecer.
"Todo esto que surgió es un invento, es reinventarse. Hay gente cumpliendo años ahora y lo quieren festejar. Cuando comenzó la cuarentena empecé a llamar a todos los animadores que pagan por aparecer en la página, porque me llegaban mensajes preguntándome si estaban haciendo shows virtuales. Algunos artistas me dijeron que sí enseguida. Otros al principio no querían, lo veían como una amenaza más que como una oportunidad. Hoy, de todas las animaciones tradicionales, la mayoría lo está haciendo y están supercontentos", agregó Sánchez.
Daniel Lilienthal, aunque conocido en el mundo artístico como el Mago Dany Kenthal, comenzó a realizar sus shows de magia de manera virtual a fines de abril. Con una duración de 35 minutos, el espectáculo cuesta $5000 e incluye palomas que salen volando, vasos que flotan en el aire, cartas adivinas y pañuelos que cambian de colores.
"Estoy cobrando la mitad de lo que se cobraba un show presencial, pero la verdad es que estoy haciendo el 10% de lo que hacía antes en relación con la cantidad de eventos", se sinceró.
"Es tremendo lo que está pasando y por lo menos hasta el año que viene no van a volver las fiestas. Porque aunque se permitan, hay que ver cuándo la gente va a querer volver a festejar por miedo a los contagios. ¿Quién puede mantenerse un año sin trabajar? Esto es mi vida, trabajo en animaciones de fiesta desde hace 30 años. Había que hacer algo, había que seguir de alguna manera. Y como mi esposa es docente y estaba haciendo sus clases por Zoom, me animé", expresó Lilienthal.
Sin embargo, hay grandes diferencias entre realizar un show de manera virtual y uno presencial. Limitaciones de espacio, ver las caras de los participantes en miniatura, apagar los micrófonos del público para que no se forme barullo y armar un set de grabación en el living de la casa fueron algunos de los desafíos.
"Cambió mucho porque ese contacto presencial con los chicos no se puede reemplazar con nada. La espontaneidad, el hecho de tener el chico al lado, darle un objeto y que pase algo mágico, es muy difícil de reemplazar. En el show virtual es como todo un unipersonal que lo tenés que hacer vos, como si fuese un show de stand-up pero de magia. La verdad es que te consume muchas energías, me cansa más que un show presencial", añadió Kenthal.
Princesa reconvertida
Julieta Ang, conocida artísticamente como Juli Jones, desde el primer día de confinamiento se transformó en la princesa favorita de las cumpleañeras. Durante veinte o treinta minutos se disfraza de las princesas de Disney ("el 80% pide Elsa", personaje de Frozen), baila a distancia con las invitadas, canta las canciones de la película y juegan a dos o tres juegos, dependiendo de las edades.
El espectáculo cuesta $900 y, si se desea incluir que todas las invitadas reciban en sus casas cuatro donas con confites para decorarlas y soplar las velitas con algo dulce de por medio, sale $500 por cada envío.
"Los primeros días de cuarentena te arreglás con tus ahorros, pero llega un momento en que hay que pagar un montón de cosas. Además se extraña un montón el contacto, los abrazos de las nenas. A veces cuesta hacer animaciones virtuales, porque es muy difícil, solo veo a la nena pero no todo el entorno. El otro día me pasó que hice una videollamada y la nena no quería soltar el celular y no lo podía dejar quieto, entonces yo veía el techo y era difícil interactuar con una nena que te mueve el celular para todos lados. Yo no sabía si dejar de cantar, pero interpreté que estaba bailando conmigo, así que no corté la canción y seguimos con el show", relató Ang.
Algunos salones de fiestas también decidieron crear una propuesta virtual, sobre todo como solución para aquellos clientes que ya habían señado para festejar de forma presencial y se tuvo que suspender por la pandemia. El salón Popotitos, de Villa Urquiza, fue uno de ellos y desde mediados de abril comenzó a ofrecer un cumpleaños diferente que cuesta entre $100 y $150 por persona que asista al Zoom.
"Comenzamos con todo esto porque había una clienta que hacía siete años festejaba con nosotros y no queríamos dejar de cumplirle. Le ofrecimos esta propuesta virtual y la verdad es que salió bárbaro", relató Romina Altieri, dueña del salón Popotitos. Con diferentes opciones tanto para adultos como para chicos, se pueden armar bailes de disfraces, se contratan shows, hay juegos musicales y hasta se puede pedir un catering o enviarle una bolsita de souvenir a cada invitado.
"La idea es establecer alguna propuesta, más allá del típico Zoom que hace el cumpleañero para saludar a la familia. Ofrecemos algún juego o alguna temática especial en donde les pedimos que vengan disfrazados o traigan algún elemento en particular si así lo requiere la animación. Todas las familias terminan superagradecidas. Esto surgió de manera casera para cumplir con nuestros clientes que quería un poco de Popotitos en tanto encierro. Pero pensábamos que iba a ser por un corto período de tiempo. Ahora, después de 100 días, ya tenemos una propuesta más establecida, igual que en el salón pero a distancia", resaltó Altieri.
La crisis del sector
Sin embargo, pese a que algunos han encontrado una alternativa ante la imposibilidad de trabajar normalmente, desde Salones y Multiespacios Argentinos (SYMA) advierten que la situación para la mayoría "es terminal". Con un aproximado de 1730 salones en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el último relevamiento de la asociación señaló que el 20% de los saloneros quebraron y el 80% restante tiene problemas para pagar el alquiler. "Si no recibimos pronto algún tipo de ayuda va a estar cerrando otro 20% más", aseveró Mercedes Carrasco, integrante de SYMA.
"Se han reinventado el 5% de los salones y no llegan a facturar ni el 5%, 10%. Imaginate que una fiesta normal estaba saliendo alrededor de $12.000, dependiendo del barrio. Lamentablemente estamos en un rubro que está terminal en muchas cosas. No sabemos cuándo vamos a volver, estamos en una situación límite, muchos de nosotros tenemos alquileres altísimos, de $50.000 para arriba todos. Cada día están cerrando nuevos salones. Es terrible eso, salones que tienen décadas", agregó Carrasco, dueña del espacio multievento Arcos del Sol en Caballito.
Además, la cuarentena arrancó a fines de marzo, cuando los saloneros recién comenzaban a tener actividad, ya que enero y febrero es considerado temporada baja para ellos. Por esa razón, SYMA le explicó a LA NACION que le están pidiendo al Gobierno la eximición de los servicios, impuestos y tasas, el acceso a créditos a tasa cero, subsidios por alquileres, subsidios por el negocio y subsidios en carácter de alimento. "Estamos hace cien días sin trabajar y no sabemos cuánto tiempo más va a pasar porque, si seguimos así, no hay negocio que pueda mantenerse", se lamentó Carrasco.
"Es grave lo que está pasando, no sé cuántos vamos a sobrevivir. Todos estamos replanteándonos si podemos seguir con esto o cerramos directamente y empezamos a buscar alguna alternativa que nos permita trabajar porque, evidentemente, los eventos ya no lo son", concluyeron desde SYMA.
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