A contramano: el estudio que se atrevió a crecer con la economía estancada
Hace 10 años, Lisandro Allende y Gustavo Ferrante abandonaron un estudio tradicional para formar su propia firma con aspiraciones de boutique
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Crezca o no la economía, el surgimiento de nuevos estudios de abogados a partir de la escisión de socios de grandes firmas es un fenómeno que suele darse por olas más o menos grandes que nunca descansan. Hace diez años, Lisandro Allende, entonces socio de Brons & Salas –una de los estudios más importantes de Buenos Aires, muy ligado al asesoramiento a empresas multinacionales- sintió que era el momento de brindar otro tipo de servicio más boutique, en el que el involucramiento con los clientes sea más cercano del que se atribuye a las grandes estructuras. Habló con su socio Gustavo Ferrante, con quien siempre tuvo mucha sintonía a la hora de trabajar, y juntos abrieron su propia firma, Allende & Ferrante.
“Nos interesaba tomar el vuelo de los estudios grandes, pero darle un toque especial. Como los negocios de delicatesen que brindan un producto distinto al de los supermercados. La gran diferencia era el toque personal. Notábamos que en el gran estudio ya no estaba ese diálogo del día a día con el cliente”, señala Allende, quien tenía una trayectoria de 27 años en la firma anterior cuando decidió dar el paso al costado. Su socio, Ferrante, superaba los 30.
El área de actuación de Allende es el derecho societario y asesoramiento general a empresas (fusiones y adquisiciones, contratos), en tanto Ferrante está focalizado en Derecho Laboral. Con esas dos especializaciones como base, arrancaron con tres abogados juniors más una persona en administración. Hoy, el estudio tiene siete socios: Emilio Fontana, Mariana Miglino, Federico Pavlov, Carolina Piatti e Ignacio Nantillo, además de los fundadores, y 18 abogados en total incluidos los asociados.
“No pensábamos en ser lo que somos ahora, buscábamos algo mucho más chico cuando empezamos. Tuvimos la suerte de que los clientes con los que teníamos relación personal y del día a día nos siguieron”, recuerda Ferrante. “El grado de fidelización superó nuestras expectativas. Hay que tener en cuenta que se trata de clientes institucionales, donde la decisión de qué estudio de abogados contratar no la toma una sola persona”, agrega.
Arcos Dorados (dueño de la franquicia de McDonald’s para la región), Profértil, Cammesa, Freddo, Grupo Jones (de real estate y agropecuario), ADP/Payroll (servicios de payroll y tecnología), la química Arkema y la firma de software Kainos Group son algunas de esas compañías que los siguieron y se fueron sumando durante la última década, enumeran los abogados. Una etapa en la que el estancamiento y las crisis fueron el denominador común en materia económica.
El estudio definió desde la primera hora algunas líneas estratégicas, como que no se encargaría de hacer juicios masivos y que priorizaría a los clientes de largo vínculo por sobre las operaciones puntuales (como, por ejemplo, una transacción de una empresa), sin renunciar a ellas si surgían, claro. A la luz de los resultados, los socios fundadores hoy celebran haber elegido ese camino.
“Decidimos no hacer juicios masivos, ni en reclamos contractuales ni en el tema laboral. Eso te lleva a tener que tomar líneas de abogados para hacer frente al trabajo, y optamos por no hacerlo. Cuando crecimos fue porque necesitamos tener más socios”, afirma Allende.
“Sin dudas fue una buena decisión, porque los juicios masivos demandan una gran cantidad de recursos y además te obligan a diversificar la atención a los clientes, lo que puede repercutir en la calidad del servicio. Es otro tipo de negocio que está bien, pero no es lo que queríamos hacer. Nuestro plan fundacional fue otro”, refuerza Ferrante.
Hubo otro factor que los empujó a optar por ese tipo de servicio: la certeza de que el asesoramiento jurídico a las empresas demandaría cada vez más interacción entre los socios y opiniones diversas, porque los asuntos tienen aristas complejas que involucran distintas especialidades. La respuesta inicial y poco desarrollada a una consulta ya la tienen las empresas, indican los socios; lo que esperan de un estudio es la experiencia que les agregue valor.
“Los chequeos de los socios respecto de un tema interesan. Los clientes buscan la diferencia con lo que dice la inteligencia artificial”, menciona al respecto Allende, en alusión al avance de la tecnología y su uso para trabajo estandarizado en el mundo legal, como confección de contratos o respuestas de demandas.
Consultas del día a día
En cuanto al perfil de los clientes, subrayan que se concentraron en aquellos que requieren un asesoramiento constante en temas del día a día, en aspectos societarios, cambiarios, impositivos, laborales y de comercio exterior, entre otros, con un grado de sofisticación. “La sustentabilidad y los criterios ESG [por las siglas en inglés de medio ambiente, social y gobernanza] vienen ganando importancia en las consultas”, añade Allende. En ese camino, aporta Ferrante, resistieron la tentación de crecer más rápido tomando asuntos que los hubieran desviado de su norte.
Para estar actualizados sobre el negocio de sus clientes, tienen participación en cámaras empresarias sectoriales y ejercen como directores en algunas compañías. “Ahí se accede a otro tipo de información y podemos aportar nuestro punto de vista sobre qué puede hacer un directorio”, afirma Allende.
En materia laboral, a las consultas sobre regulaciones y negociación colectiva sumó una especialización en asuntos migratorios y expatriaciones, tanto para las empresas extranjeras que traen ejecutivos a la Argentina como las locales que envían gente a otros países. También llevan adelante juicios importantes y asisten a altos ejecutivos en procesos de salida de las empresas. “La del asesoramiento en expatriaciones es un área importante donde tenemos presencia, lo mismo que en temas energéticos vinculados con Vaca Muerta y energía renovable”, indican los socios.
El área energética es una apuesta que ilusiona a muchos estudios de abogados, y Allende & Ferrante no es la excepción. “Hay una expectativa positiva (de parte de los clientes). El reclamo de los inversores es que se abra más el mercado. Es lo que todos están esperando”, opina Allende y completa: “Hay muchas más consultas que el año pasado en energía, minería y software, principalmente”.
Ligado con el software, otro foco del estudio son las fintech, un área que lleva adelante el socio Ignacio Nantillo con clientes como Cobro Inmediato (Coin), Mi Activo (tokenizadora de bienes inmuebles) y Pay&Think. La firma brindó asesoramiento en la inscripción ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) de la primera compañía dedicada a phygital exchange en Buenos Aires, llamada Bcrypto.
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