Llega a través de sus juegos a 180 países que se traducen a 34 idiomas. Sólo con Preguntados logró 600 millones de bajadas y fue número uno en el ranking global de EE.UU. durante 66 días; el hombre que cumplió a los 20 su meta para los 70 revela su fórmula secreta en esta primera entrega de Hacedores, la nueva serie de EY y Comunidad de Negocios
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Máximo Cavazzani tiene hoy cerca de 600 empleados en seis países (Argentina, Uruguay, Alemania, Brasil, México y Colombia). Define a su empresa como una compañía de tecnología especializada en videojuegos con la que ya logró más de 800 millones de descargas en 180 países. Preguntados tiene unos 150 millones de usuarios activos por año y a través de su trivia lideró el ranking de Estados Unidos durante 66 días y hoy figura en lo más alto de los juegos de 125 países. Apalabrados, otra de sus criaturas, se instaló en uno de cada dos smartphones de España y también quebró un nuevo récord. Pero lo más interesante no está en sus cifras sino en su manera de ver el mundo.
En esta primera entrega de Hacedores, la nueva serie de EY y Comunidad de Negocios abre mucho más que las puertas de Etermax, la empresa que lidera. Describe porqué apuesta por la Argentina, cómo ve a sus colegas que partieron y sobre todo cuál es su sueño más grande. Un hombre que, aun desde su juventud, tiene más respuestas que preguntas.
-¿Por qué decidiste quedarte en la Argentina?
-Porque creo en el talento. Porque estoy enamorado del país. Porque creo que hay un futuro para nosotros. Creo en la educación, creo en la clase media, creo en trabajar. Y creo que es un país que tiene esos elementos, pero necesita un poco de coordinación, si querés. Con eso se pueden lograr cosas increíbles.
-Vamos a construir la Argentina ideal. Te doy un 100% de acciones de nuestro país y podés invertirlas. ¿Dónde lo harías?
-Estoy bastante orientado a decir 100% educación. Estoy convencido que la educación es la solución a la mayoría de los problemas de un país. Obviamente que la educación es un montón de cosas. Si tuviese que agregar otra inversión la haría en estabilidad. Que todos estemos de acuerdo con las leyes, con mantener un norte y un objetivo de reglas claras. Ni siquiera para un lado o para otro. Al emprendedor lo que menos le gusta es la incertidumbre. En realidad, a la economía lo que menos le gusta es la incertidumbre y la economía debería ser el bienestar de todo el mundo. Entonces reducir la incertidumbre es importante, pero la educación es la base de todo eso.
-¿Cuánto de tu tiempo te lleva nuestro país? Me refiero a los obstáculos locales como una inflación del 100%...
-Bastante. Quizás un 20% o 30% extra por la coyuntura, el cambio de moneda o el cambio en el mercado. Por ejemplo, el mercado laboral cambia mucho en la Argentina más que en otros lugares. No necesariamente es mucho peor que en otros países, pero sí cambia mucho. Entonces ese cambio de reglas hace que uno tenga que tomar decisiones más seguido y eso es molesto y le saca un poco de eficiencia a todo. Pero, de vuelta, es parte de donde estamos y también viene con lo bueno de estar en Argentina que es que hay mucha gente educada, que fue a la universidad y tiene un título; que se dedicó a la computación y la programación. También hay muchos diseñadores y eso es muy bueno para empresas como esta.
-¿Cuánto cambiaste a lo largo de los años?
-Bastante. Creo que empecé creyendo que tenía todas las herramientas para hacer todo y, a medida que fui haciendo, me fui dando cuenta que no. Uno nace quizás con algunas facilidades y hay agujeros que hay que ir llenando. Eso también se aprende.
-Te escuché decir: “Lo que pensaba para mis 70, lo logré a mis 20″. ¿Cómo se hace cuando la meta llega mucho antes de lo que uno esperaba?
-Creo que se elige una nueva meta y es lo que hice. Cuando pasó todo lo de Preguntados yo tenía 28 años, tenía una empresa de 40 personas. Decidí pensar para qué estaba haciendo todo, por qué había hecho todo lo que había hecho y no había hecho todo para dejar de trabajar. Esa es la realidad. Yo siempre hice esto para trabajar en el lugar de mis sueños, para hacer cosas que no se podían hacer o que no podía pensar en hacer en otra empresa y creo que lo logré. Llegamos de una compañía de 40 personas a 600 personas repartidas por el mundo haciendo productos que no se pueden hacer en otra compañía. Realmente lo que estamos haciendo hoy no lo hace otra compañía en el mundo. Desde la Argentina con gente que si la ves sonríe mientras está trabajando. Creo que es algo que me llena de orgullo y que no me arrepiento para nada.
-Ahora cuando te referís a fracaso lo hablas con naturalidad. En otra época, ¿te bajaba la autoestima?
-No. Sí el ánimo quizás. Al principio es más difícil todo, ser emprendedor. Porque uno no tiene tan claro qué va a funcionar o que eventualmente algo va a funcionar. Hoy puedo estar muchos años sin tener un éxito porque sé que eventualmente va a venir o por lo menos tengo esa idea. Cuando uno empieza no está tan seguro. Entonces, también no sabe si está haciendo lo correcto. Quizás crees que estás haciendo lo correcto y empezás a dudar y de hecho no estás haciendo todo lo correcto entonces algunas cosas hay que cambiarlas.
-¿Vas a terapia?
-No. Soy bastante de hablar conmigo mismo. Pienso mucho, hablo mucho solo en mi cabeza. Y a veces pienso cómo vivir la vida, cómo manejar una compañía, por qué estoy haciendo lo que hago.
-¿Quién te baja a tierra?
-Mis amigos, mi novia. No sé si ellos particularmente lo hacen. Son la parte donde me divierto. Lo que es divertido de la vida. A mí me gusta tener diferentes lugares. Creo que parte de hacer un buen trabajo es no tener todo en un mismo lugar. Sobre todo sentimentalmente. Si es todo el trabajo o todo los amigos o todo el deporte, uno tiende a creer que eso es lo único importante. Entonces teniendo varias cosas, por lo menos tres patas, uno es más estable.
-Marcos Galperin te ayudó en tus inicios cuando vio lo que creaste. ¿De qué charlaron concretamente en ese momento?
-Sí. La verdad que cuando empecé Marcos vino acá, habló conmigo, se interesó en lo que estábamos haciendo. Tuvo una muy buena actitud. También me acercó a Endeavor, que ambos somos parte. Él es el vicepresidente. A mí me gusta también meterme en los problemas de otros, ver qué están haciendo, cómo lo solucionan, cómo manejan las cosas. Es un trabajo solitario quizás el del emprendedor y cuando uno conoce a otras personas en la misma situación tiene mucho que aprender.
-¿Te duele que esté en Uruguay?
-No, no me duele. Me parece que son elecciones. Por supuesto que en un mundo ideal estaría bueno que estemos todos acá, pero cada uno toma decisiones por diferentes razones. Nadie se va del país porque quiere. Se va por alguna circunstancia, defender el emprendimiento, lo que sea. Yo elijo quedarme acá, pero respeto a quien se va.
-¿Cuáles son tus nuevas metas como emprendedor? ¿Hacia dónde vas?
-Hacia donde nos llamen. Hoy estamos en los lugares en los que más negocio tenemos. Creo que el próximo destino es Miami u otra localidad de Estados Unidos. Creo que crecer también tiene otro significado después de la pandemia. Antes era hacer oficinas o hacer un tema más regional. Hoy tiene más que ver con las personas individuales y con la propuesta de valor en cada lugar.
-Desembarcaron en Turquía…
Nosotros hicimos la aplicación multilenguaje. El turco era uno de esos lenguajes que mandamos a traducir, pero sin mucha expectativa. Como el contenido lo generan los propios usuarios un día nos despertamos y éramos número uno en Turquía. Fue impresionante realmente porque como no entendíamos muy bien el idioma ni nada, el contenido era 100% de los usuarios. Es como que terminó de validar que el sistema funcionaba.
-¿Qué es para vos el futuro?
-Para mí el futuro es lo que estoy esperando. Yo estoy ansioso de ver el futuro. De lo que nos deparan las soluciones que van a aparecer, del entretenimiento, de la parte de electrónica, del software. En particular, con respecto a mí, quiero ser parte de ese futuro, entonces creo que Etermax es un poco eso. Ganarse un lugar y ganar experiencia en intentar ser parte de la construcción del futuro. Son nuevas formas de entretenimiento, nuevas formas de producir cosas, colonizar el sistema solar, ser independiente de la energía, que deje de haber guerras, que la gente deje de trabajar en lugares que no son gratificantes o son peligrosos y podamos dedicarnos 100% a trabajos de intelecto, que no haya pobreza. Todas esas cosas es lo que yo aspiro del futuro que, por supuesto, es un futuro que se tiene que construir. No es algo que está dado y eso es de lo que pensamos ser parte.
-¿Qué lugar le das a la grieta en nuestro país?
-Creo que es algo de nuestros tiempos que siempre ocurrió en todos lados, pero que hoy está pasando en todo el mundo y tiene que ver con las redes sociales y la polarización. Con el hecho de que a uno lo alimentan con la información que quiere escuchar y eso va generando polarización. No creo que sea una responsabilidad de un grupo en particular. Creo que es algo que tenemos que aprender a trabajar y mejorar. Que la grieta sea una discusión de ideas y no una discusión de personas. En la medida que nosotros discutamos ideas, podemos producir más.
-¿A la Argentina le falta una mirada de equipo?
-Creo que a todos nos falta. A la Argentina como país nos falta pensarnos como nación, pensar un proyecto de país. Entender que cada uno va a tener que hacer su parte, que no todos van a poder ganar, que sí es importante el orden y pensar algo que en el fondo nos une a todos. No todo el mundo rompiendo todo y empezando de nuevo. Es difícil, por supuesto. No es que haya fórmulas mágicas, pero sí hay que trabajar y creo que los emprendedores son un reflejo de eso porque el emprendedor tiene que hacer que las cosas funcionen. No tiene que mostrarle a nadie ni ganar ninguna elección y eso es lo que deberíamos hacer como país.
-¿Qué le dirías a un emprendedor?
-Que empiece a emprender. Que se deje de pensar si su idea es la mejor o no. Probablemente no sea la mejor idea y simplemente no tenga las herramientas para poder hacerlo, pero si empieza hoy va a fallar antes y va a poder tener éxito antes. De eso se trata.
-¿Cuál es el nuevo arco?
-El nuevo arco tiene que ver con hacer productos de la próxima generación. Con que funcione todo lo que estamos haciendo: realidad virtual, video interactivo, blockchain gaming. Son todas cosas nuevas a la vez que tenemos un negocio grande en el que queremos seguir creciendo. Queremos ser más preponderantes en gaming, pero también en estas nuevas áreas y aprender cosas nuevas y estar ahí para las nuevas tecnologías. Cuando salgan los próximos lentes de realidad virtual, las nuevas computadoras, los nuevos celulares o aparatos. Hay un lugar para nosotros ahí, sobre todo en entretenimiento y en educación. Ese será nuestro lugar. Ese será mi arco.