Uruguay. Por qué es tarde para empezar el trámite de cambio de residencia
"Prácticamente imposible", responden los tributaristas argentinos cuando se les consulta por las posibilidades de dejar de tributar en la Argentina en los próximos meses, evitar el impuesto a la riqueza y aprovechar el nuevo beneficio de "vacaciones impositivas" que comunicó hoy Uruguay. El interés por cruzar el charco crece cada vez que hay una mala noticia a este lado y una buena al otro lado, pero lo cierto es que ya es tarde para conseguir "todo el combo".
Con el avance del impuesto a la riqueza y la más reciente novedad, que extiende las exenciones fiscales, los llamados volvieron a encenderse, pero esta vez el consejo es ser prudentes: las trabas del lado argentino ya son demasiadas para poder "escapar" de los nuevos tributos acá y aprovechar los beneficios allá. Los tributaristas a uno y otro lado hablan de una cierta "rebelión fiscal" de los contribuyentes argentinos que hoy no está encontrando cauce por las dificultades burocráticas y las que suma la pandemia.
Una mudanza a Uruguay implicaría dos trámites paralelos para la persona que la realice: perder la residencia fiscal argentina y ganar la uruguaya. En el primer caso hay dos caminos posibles, explica Fernanda Laiún, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt.
El primero es adquirir una residencia permanente en otro país a efectos migratorios; es decir, no solamente una residencia fiscal, sino una mudanza que implica trasladar el "centro de intereses vitales" (el trabajo, el club, la familia, entre otros puntos) a Uruguay. El trámite uruguayo lleva algunos meses, dice. La segunda alternativa es permanecer en el exterior por un período continuado de 12 meses y sin venir a la Argentina más de 90 días. En este caso, durante ese año entero se sigue tributando acá.
En el segundo caso, un decreto de Luis Lacalle Pou de inicios de este año promete una residencia fiscal uruguaya con 60 días de permanencia y una inversión de US$380.000 o con una estadía de 183 días. Hoy se sumó un nuevo atractivo: las "vacaciones fiscales", es decir, los impuestos que no se pagan por los bienes que los nuevos residentes uruguayos tienen en el exterior, que antes eran de cinco años, podrán ser de 10 años (y luego tributar a una tasa del 12%) o se podrá optar por pagar un 7% a perpetuidad, explica el tributarista uruguayo Fabián Birnbaum, de FBM Advisory.
Hay que considerar que el trámite en Uruguay lleva su tiempo, advierte el tributarista, y que hoy las fronteras del país gobernado por Lacalle Pou están cerradas para quienes no tengan pasaporte, por lo que se suma una dificultad extra para, además, encontrar trabajo o casa, dos requisitos necesarios para mudar el centro de intereses vitales. Aquí importan mucho los detalles: desde tener un prefijo "+598" en el celular hasta practicar deportes en un club charrúa, advierte Laiún.
De todos modos, para los argentinos que quieran aprovechar estos beneficios, y además evitar el impuesto a la riqueza en caso de que tengan un patrimonio superior a los $200 millones, la parte uruguaya es la más fácil. La parte local es más complicada.
Sucede que para poder dejar de ser residente argentino al 31 de diciembre de 2020 es condición obligatoria ser residente permanente en Uruguay antes del 31 de octubre de este mismo año. La ley indica que las bajas de la residencia local tendrán efecto a partir del día 1 del mes siguiente, por lo que la "pérdida" tardará entre uno y dos meses, detalla Miguel La Vista, tributarista del estudio La Vista Casal.
El tributarista recomienda no mirar "hacia atrás" al momento de encarar un trámite de cambio de residencia y pensar en el futuro. Advierte que, en caso de que lo que se desee es escapar del tributo a las grandes fortunas, se podría sumar una complicación extra: hasta tanto no se defina el criterio de residencia que se utilice ni la fecha de corte, podría suceder que haya retroactividad. "Suponemos que se tratará de ir lo más atrás posible: no debería ser retroactivo, pero hay argumentos para ir para atrás, como por ejemplo, que el impuesto era de conocimiento público aun antes de que se presentara el proyecto de ley", apunta.
Un detalle no menor: la AFIP está más atenta que nunca a los trámites realizados para cruzar el charco, o al menos así lo viene advirtiendo su titular, Mercedes Marcó del Pont, desde el verano pasado. El incentivo que tiene el organismo recaudador es alto: quienes iniciaron trámites para cambiar su residencia generalmente poseen los grandes patrimonios del país, los mismos que podrían quedar alcanzados por el "aporte extraordinario" que se prepara en el Congreso.
En caso de que haya dudas sobre el centro de intereses vitales del contribuyente, es decir de "cuán mudado está", se revisará la cantidad de tiempo que pasó en Uruguay, y de aquí hasta que llegue 2021 hay solamente 113 días. Es por eso que quienes emprendieron el trámite podrían quedar envueltos en la peor pesadilla: una doble residencia tributaria, es decir, pagar impuestos en los dos países.
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