Tierra del Fuego: cinco claves para entender el futuro económico de la isla
La promoción industrial en la provincia más austral del país vuelve a estar en el centro de la polémica; a cuánto asciende el costo fiscal del régimen, cuál es el valor agregado de las plantas de electrónica y cómo se puede reconvertir la economía fueguina
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Hace unos meses el régimen de promoción industrial en Tierra del Fuego -que impulsa la producción de televisores, celulares y aire acondicionado en la isla- cumplió 50 años y se reabrió el debate acerca de los beneficios y los costos que trajo para la economía nacional. Si bien es indudable que cumplió su primer objetivo, que era poblar la provincia más austral de la Argentina -la cantidad de habitantes en la isla saltó de 13.500 en 1970 a los actuales 200.000-, la polémica en torno al costo económico de mantener el régimen está muy lejos de estar saldada.
A cuánto asciende el costo fiscal de la promoción industrial, cuál es el valor agregado que aportan las plantas radicadas en la isla y cómo se puede reconvertir la economía fueguina son algunas de las claves a analizar.
1. Fabricantes o ensambladores: ¿Cuál es el valor agregado que aportan las empresas?
El argumento más popular de los críticos del régimen de promoción industrial es que las empresas de electrónica radicadas en la isla no tienen plantas de producción sino simples ensambladoras que se limitan a armar los productos a partir de los kits importados desde China.
“La diferencia de precio internacional entre el kit y el producto final es una medida del valor agregado por las fábricas en Tierra del Fuego según su valuación internacional. Utilizando esta forma de medición, encontramos que para el caso de celulares, el valor agregado es 0%, un 17% sobre el de los televisores y 26% sobre el de los acondicionadores de aire”, asegura Martín Reydó, director ejecutivo de Fundar, una fundación que presentó hace unas semanas un estudio sobre el impacto económico del régimen de promoción económica de la isla.
En Afarte, la cámara que reúne a las empresas de electrónica, aseguran que la fabricación integral de un producto en una sola planta es un proceso que se abandonó hace años en el mundo. Además descartan de plano la idea de la generación de valor agregado local en Tierra del Fuego sea baja y precisan que la integración que se hace en la isla llega al 45% en los aires acondicionados, mientras en celulares ronda el 15%, dependiendo del modelo.
2. La vida después de la electrónica: ¿Cómo se puede reconvertir la economía fueguina?
En octubre de 2021 se renovó el régimen de promoción económica hasta 2038 pero a la par se creó un fondo para avanzar en una reconversión de la industria. Bautizado con el nombre de Fondo para la Ampliación de la Matriz Productiva Fueguina (FAMP), el programa se financia con el aporte del 3,15% de la facturación de las empresas, lo que representa cerca de US$100 millones anuales.
A la hora de avanzar en una diversificación productiva, desde el gobierno provincial ponen el foco en la posibilidad de aprovechar las ventajas que ofrece la actual industria electrónica. “Hay oportunidades para una diversificación relacionada basada en las plantas de electrónica. En la industria autopartista o en la industria de equipamiento médico hay capacidades en Tierra del Fuego que no están disponibles en otras provincias de la Argentina y que podrían complementarse de manera virtuosa con cadenas de valor que tienen presencia en el continente”, señaló Juan Ignacio García, secretario de Industria y Promoción Económica de Tierra del Fuego.
La contracara de esta iniciativa para avanzar en una diversificación es que hasta el momento no hay ningún proyecto aprobado para canalizar los fondos que están aportando las propias empresas.
“La isla tiene un potencial enorme, con grandes ventajas en distintos rubros, empezando por la energía offshore y por el turismo gracias a su posicionamiento que logró a nivel mundial como la ciudad más austral del mundo. Y a esto se suma las posibilidades que ofrece la industria electrónica especialmente en su evolución como un sector autopartista”, se entusiasma Luis Galli, CEO de Newsan. La empresa es uno de los jugadores más fuertes en el rubro electrónica y también es una de los que lidera el intento de reconversión de su negocio, apostando a otros sectores como la acuicultura, los servicios de catering y la logística. “Hoy somos el mayor exportador de pesca de la Argentina y estamos ampliando nuestra oferta, a través de la incorporación de la primera cosecha de mejillones en el canal de Beagle”, precisó Galli.
La lista de proyectos de Newsan también incluye la construcción de una planta en Ushuaia para abastecer los servicios de catering de las empresas de la isla y los más de 500 cruceros que visitan Tierra del Fuego cada año. “La construcción ya está muy avanzada y esperamos inaugurar en dos meses”. La compañía que lidera Rubén Cherñajovsky además presentó ante las autoridades provinciales un proyecto para construir una terminal de containers en el puerto de Ushuaia. “La idea es modificar la ecuación logística de la isla, ya que hoy el 80% del transporte se realiza vía terrestre y para llegar al continente los camiones tienen que cruzar cuatro fronteras”, explicó Galli.
A la lista de propuestas en danza, también hay que incluir los proyectos para construir un par de puertos en Río Grande, la capital económica de la isla. Detrás de la iniciativa más polémica se encuentra la empresa china Shaanxi Chemical Group, que llegó a firmar un memorándum de entendimiento con el gobierno fueguino para la construcción de un complejo que incluye un puerto y una planta de urea y glifosato, con una inversión total de US$1250 millones. El plan chino ya despertó alguna preocupación por parte del gobierno norteamericano que no ve con buenos ojos la avanzada oriental en la región.
El otro proyecto es impulsado por Mirgor, la firma controlada por la familia Caputo que es el principal empleador en Río Grande. La obra contempla la construcción de un puerto en la costa norte de las afueras de la ciudad, en un predio de más de 200 hectáreas, y que demandará una inversión cercana a los US$380 millones. “El puerto implica una recuperación de soberanía al permitir el tránsito entre la isla y el continente por aguas nacionales. Además brindará una mayor competitividad a las actividades actuales al bajar el costo logístico entre 25 y 30%. Y es clave para avanzar en una diversificación de la matriz productiva de la isla”, explican en Mirgor. En la empresa de la familia Caputo confían poder iniciar la obra en junio de 2024 y tener el puerto operativo a fines de 2026.
En Fundar sostienen que el futuro de la economía fueguina pasa por “apoyarse sobre fuentes de competitividad genuinas, no sólo naturales sino también construidas. Para eso hace falta una política de desarrollo productivo ambiciosa y bien financiada. Esa política que amplíe la matriz productiva de la isla podría tener al menos cinco ejes sectoriales: turismo, economía del conocimiento, energía y petroquímica, infraestructura portuaria y polo logístico Antártico y polo académico y científico”, explica Reydó. “El potencial que tienen estos sectores es muy grande. Por ejemplo, en el caso del sector turismo, estimamos que puede generar 4000 empleos en diez años. Pero eso requiere una política para el sector ambiciosa, que atienda, por ejemplo, a la expansión de la oferta hotelera y la conectividad aérea y a desarrollar nuevos atractivos turísticos. Otro sector en donde Tierra del Fuego tiene una oportunidad de potenciar el crecimiento del sector software, que ya tuvo hitos como la instalación de Globant en Ushuaia, El ejemplo de Tandil podría ser inspirador para pensar la política productiva fueguina”, agregó Reydó.
3. Cuestión de pesos: ¿Cuál es el costo neto del régimen?
De acuerdo al estudio de Fundar, el subrégimen que tiene a la electrónica como rubro estrella genera un costo fiscal anual de US$1070 millones, lo que representa el 0,22% del PIB del país. “Los principales tres productos: celulares, aires acondicionados y TV representan el 82% de este total, y solo celulares se llevan casi la mitad, con US$510 millones”, precisó el informe.
Como era esperable, desde la provincia de Tierra del Fuego hacen otros cálculos. “En estos números no se tiene en cuenta cómo la actividad económica que se motoriza a partir de esto genera impuestos que si no existirían y que deberían de alguna manera netearse”, señalan desde la secretaría de Industria de Tierra del Fuego.
Las empresas de la isla además destacan que a la hora de hacer los cálculos pesan otros factores. “La gran ventaja de la industria electrónica es la capacitación técnica. No existe, en otra parte del país, personal tan capacitado en todas las fases de la producción: desde los que son los ingenieros con más responsabilidades a su cargo, hasta el último operario encargado de una soldadura o un ensamble de atornillado”, señaló Juan Pablo Guaita, CEO de Aires del Sur, la empresa local que tiene la licencia de la marca israelí Electra para el mercado argentino y que concentra la producción en su planta de Río Grande.
4. Del lado del consumidor: ¿Qué puede pasar con los precios si se termina el régimen?
El tema de los precios es otro de los puntos más controversiales. Durante años los consumidores argentinos se acostumbraron a pagar por los productos de electrónica mucho más que sus vecinos lo que explicaba los tours de compras a Chile en búsqueda de televisores o el contrabando hormiga de celulares o notebooks. Cómo efecto indirecto de la brecha cambiaria y de los recargos impositivos, hoy el gap de precios es mucho menor y en la isla se jactan de que en dólares prácticamente no hay diferencias a la hora de comprar un celular o una TV en la Argentina o en el exterior, con el agregado de que los productos “made in Tierra del Fuego” ofrecen la posibilidad de pagar en cuotas.
Los críticos del régimen igualmente sostienen que los consumidores argentinos terminan siendo rehenes de estas políticas proteccionistas. “La contracara de sectores protegidos son consumidores desprotegidos. Menos importaciones implica menos competencia y precios más altos para los consumidores, menos variedad y modelos menos modernos o que no se ajustan a la velocidad en la que avanza la tecnología en otras partes del mundo. En definitiva: los consumidores estamos peor”, asegura Daiana Fernández Molero, economista y precandidata a diputada por Juntos por el Cambio.
5- Recta electoral: ¿Qué escenario se abre con el nuevo gobierno?
A pocas horas de las PASO, es difícil hacer un análisis sobre el futuro de la isla sin saber cuál será el signo político del gobierno nacional que asumirá en diciembre. En los últimos años, la cuestión del régimen de Tierra del Fuego logró esquivar la grieta y políticos de vertientes diferentes como Dante Sica y Matías Kulfas -los ministros de Producción de Mauricio Macri y Alberto Fernández, respectivamente- coincidieron en la necesidad de introducir cambios al régimen actual.
“La buena noticia es que el cuestionamiento a esta política ya empieza a generalizarse. Antes éramos pocos los que llamábamos la atención sobre este tema, pero se están sumando cada vez más voces, y no necesariamente voces ligadas a la ortodoxia o a la oposición, el caso más reciente es la fundación Fundar. Empieza a haber consenso sobre la necesidad de replantear el futuro del régimen”, señaló la economista Fernández Molero.
Más allá de la generalización de las críticas, en la isla no es un secreto a voces que en las empresas radicadas en Tierra del Fuego y los sindicatos ven con inquietud un triunfo opositor a nivel nacional. ”Acá no hay demasiados misterios: todos estamos con Massa”, se sinceró un empresario de la electrónica.
“Hay una visión de muchos economistas desde el centralismo porteño, que pone el foco en el costo fiscal. Nosotros, en cambio, reivindicamos a la industria nacional. De no fabricarse en la isla estos equipos entrarían importados al mismo precio y no se generarían los puestos de trabajo”, coincide Oscar Martínez, secretario general de la UOM Río Grande.
En la cámara Afarte aseguran que más allá de las declaraciones públicas en tiempos electorales, en la política son conscientes de la relevancia que tiene la industria electrónica en materia de empleo, con 8500 puestos de trabajo directos. “Tuvimos reuniones con los principales candidatos, nadie quiere tirar lo que funciona. La industria electrónica le da sustentabilidad a la isla y son plantas que funcionan. A lo que se suma que parte del costo fiscal se recupera por los movimientos que genera la industria, por ejemplo cargas patronales, no te aseguraría el ingreso”, sostienen en la entidad.
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