Terremoto startup. La supervivencia del más apto llega a Silicon Valley
El regreso de la inflación global y la invasión de Ucrania dispararon una ola de incertidumbre en toda la economía que impacta con especial fuerza entre las nuevas empresas tecnológicas
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En una calle bulliciosa del centro de San Francisco está la antigua sede de Fast, que fabricaba software para cobranzas de comerciantes online. Las oficinas se ven desiertas; hay un cartel que dice “se alquila” arriba de una de las ventanas. Eso está muy alejado de los hábitos ostentosos de su conducción. El año pasado en un evento que anunciaron que Tampa sería su centro en la costa este, la firma hizo un gran desembolso en un show de acrobacias con jet-ski y pickups llegadas directo de la pista de carreras de Nascar. Fast también había logrado acelerar el pulso a los inversores. Consiguió US$125 millones entre 2019 y 2021, incluyendo fondos de algunos de los capitalistas de riesgo más astutos de Silicon Valley de firmas como Kleiner Perkins e Index Ventures. Pero en abril, habiendo gastado todo su dinero y sin nuevos aportes de capital, Fast quebró.
El hundimiento de Fast es una señal de que el largo auge de las startups está viviendo una fuerte corrección. La inflación en fuerte alza, el caos en las líneas de producción y la guerra en Ucrania han generado una ola de incertidumbre en la economía global. Está golpeando a las firmas tecnológicas jóvenes de modo particularmente fuerte porque el valor actual de sus ganancias, la mayor parte de las cuales llegarán en el futuro, se está viendo erosionado por el alza de las tasas de interés. “Es como si el mercado hubiese quedado aturdido por una granada”, dice un veterano de Silicon Valley. Y el sacudón se siente en todo el sector de capital de riesgo, que trata de identificar y apuntalar la próxima Google.
La baja de las startups recién comienza. Los inversores están alertando a las compañías de sus carteras de que deben tener suficiente dinero en el banco para durar hasta 2025. Muchas firmas no lo lograrán y seguirán el camino de Fast. Otras se mantendrán. Algunas incluso podrían prosperar, al aprender sus fundadores a dar menos importancia a las cuestiones secundarias y concentrarse en lo central de sus negocios. Cuando termine de asentarse el polvo, el escenario global de las startups se verá diferente y posiblemente más sano.
El período de escasez que se avecina llega luego de varios años de vacas gordas en el reino del capital de riesgo. Inversores no tradicionales se volcaron a startups especulativas: ramas de capital de riesgo de compañías grandes desde Salesforce hasta Exxon Mobile, fondos de alto riesgo de Nueva York tales como Coatue y Tiger Global, barones de la compra de empresas de Wall Street y otros “turistas”, como se los denomina despectivamente en el centro del capital de riesgo en Silicon Valley. Nuevos centros de tecnología surgieron en todo el mundo, desde Pekín hasta Bangalore.
Ningún año fue de vacas más gordas que 2021. Según la consultora CB Insights, las startups tecnológicas a nivel global obtuvieron US$621.000 millones en 2021. Eso es el doble que el año anterior y 10 veces más que en 2012. Entonces se detuvo la música. Las primeras en sentirlo fueron las firmas que cotizan en bolsa. El índice Nasdaq Composite cargado de empresas tecnológicas ha caído un 30% desde su pico en noviembre pasado. PitchBook, un proveedor de datos, calcula que más de 140 firmas con respaldo de capital de riesgo que comenzaron a cotizar en bolsa en Estados Unidos desde 2020 tienen capitalizaciones de mercado más bajas que el total de fondos de riesgo que obtuvieron desde su creación. Faraday Future, un fabricante estadounidense de autos eléctricos que había obtenido más de US$3000 millones ahora sólo vale US$710 millones. Grab, una app con base en Singapur, reunió US$14.000 millones antes de su lanzamiento accionario en el que logró una valuación de US$40.000 millones. Hoy su valor de mercado es de US$10.000 millones.
La falta de atractivo de las tecnológicas ahora se está extendiendo a los mercados privados. La obtención de fondos se ha desacelerado fuertemente comparado con la segunda mitad de 2021. Entre marzo y mayo la cantidad de rondas de financiación cayó un 7% en Estados Unidos, comparado con el mismo período del año pasado, según Pitchbook. En Asia declinó 11% y en Europa 19%. Las cosas casi con certeza están peor de lo que sugieren esas cifras. La demora en la llegada de datos significa que los informes están atrasados algunos meses respecto de la realidad. Inversores de riesgo dicen que prácticamente no hay acuerdos firmados en estos días. También son menos las startups que están “exiting”, que en la jerga en inglés del capital de riesgo significa que hagan lanzamientos de acciones en la bolsa o que se vendan a otros inversores.
La reticencia de los inversores está afectando las valuaciones en los mercados privados. Estas caídas generalmente sólo se ven en las rondas de fondos privados o en los lanzamientos de acciones, cuando una firma obtiene fondos a cambio de una participación en el capital o cuando una compañía cambia de manos. El hecho de que haya menos eventos para reunir fondos y menos “exiting” hace que esto sea más difícil de evaluar.
ApeVue, un proveedor de datos, ofrece un indicio de lo que está sucediendo siguiendo el precio de las acciones en los mercados secundarios, donde pueden comprarse y venderse las de compañías privadas. Un índice ponderado de las 50 startups con cuyas acciones hay más operaciones ha declinado 17% desde su pico en enero. Usando datos de ApeVue, The Economist estima que una canasta de 12 grandes startups que valía US$1 billón al comienzo de este año ahora vale alrededor de US$750.000 millones. Esta lista incluye a Stripe, una estrella del mundo fintech, que ha visto caer el valor de sus acciones en los mercados secundarios un 45% desde enero, y ByteDance, la compañía china madre de TikTok, cuyas acciones están un cuarto por debajo de su valor de hace seis meses.
Las valuaciones en los mercados secundarios de firmas privadas aún no han caído tanto como las de las que cotizan en bolsa. El índice de ApeVue ha caído alrededor de 10 puntos porcentuales menos que el Nasdaq Composite en lo que va del año. La comparación de las firmas privadas con sus rivales que cotizan en bolsa revela el mismo patrón. El precio de las acciones de Impossible Foods, una proveedora de alimentos en base a plantas, ha caído 17% desde enero, mientras que el de Beyond Meat, un competidor que cotiza en bolsa, cayó 61%.
Rondas a la baja
Esto podría significar que las valuaciones de las startups son más robustas que las capitalizaciones de mercado de las firmas que cotizan en bolsa. Alternativamente, podría ser que tengan una mayor caída por delante. La prueba última será la cantidad de “rondas a la baja”, donde las firmas obtienen capital fresco a una valuación más baja que antes. A los fundadores esto les disgusta más que la caída en los mercados secundarios. Las rondas a la baja son una indicación más definitiva de una caída en el valor. También afectan negativamente la moral de los empleados que a menudo son compensados por sus duras horas de trabajo con opciones accionarias. E irritan a las firmas de capital de riesgo que se ven forzadas a bajar el valor de sus inversiones que no es algo que les guste escuchar a sus socios limitados.
Sólo se ha informado públicamente de unas pocas rondas a la baja. El mes pasado, por ejemplo, The Wall Street Journal, informó que Klama, una fintech sueca, estaba buscando fondos frescos a una valuación dos tercios más baja que en su ronda anterior hace un año. En marzo Instacart, una firma de entrega de productos de almacén, adoptó la medida aún más inusual de bajar su valuación de US$39000 millones en marzo del año pasado a US$24.000 millones, sin buscar nuevos aportes de capital.
Cuando se detenga la lluvia
La mayoría de los inversores no espera una corrida a la baja en el corto plazo. Eso se debe en parte a que los torrentes de capital del año pasado han dejado a muchas firmas con buenos balances bancarios. Según Brex, un proveedor de servicios de banca corporativa para startups, las firmas maduras en este sector están gastando dinero a un promedio de US$500.000 aproximadamente por mes. A este ritmo todas menos tres de las 70 startups de software más grandes del mercado reunieron suficientes fondos en sus últimas rondas como para estar cubiertas hasta 2025. Incluso gastando US$4 millones al mes, más de la mitad tendría suficiente para tres años, sin tener en cuenta dinero que les haya quedado de rondas anteriores o ganancias que puedan haber obtenido.
Para evitar tener que apurarse a obtener capital fresco con una valuación deprimida, los fundadores están eliminando grasa. “El año pasado un dólar de crecimiento era lo mismo, costara $0.90 o un dólar y medio adquirirlo” dice Hilary Gosher de Insight Partners, una firma de capital de riesgo. Hoy en día la consigna es crecimiento con uso eficiente del capital. La tasa promedio de gasto del dinero ha caído en el último año para todo tipo de startups, desde las más jóvenes hasta las más maduras, según datos de Brex.
Una manera en que las startups están conteniendo los costos es reduciendo el personal. Según Layoffs.FYI, un sitio en la red, alrededor de 800 startups han reducido sus nóminas desde marzo. Getir, una app de delivery turca, ha echado a más de 4000 personas (un 14% de su fuerza laboral). Better.com, un prestamista hipotecario online, echó a 3000 (33%). Otra estrategia común es gastar menos en marketing. La media de las 50 mayores startups del mundo ha reducido tales gastos en Estados Unidos un 43% desde enero. Algunas categorías, como las aplicaciones de entrega inmediata, incluyendo Getir y GoPuff, una rival estadounidense, han hecho recortes aún más grandes.
Para algunas firmas los recortes no serán suficientes. Las más expuestas a un destino como el de Fast son las compañías en sus fases iniciales. En promedio su tasa de gasto de dinero implica que tienen capital para alrededor de 20 meses, menos de los 30 meses para los que tienen que prepararse los fundadores de acuerdo a la mayoría de los capitalistas de riesgo.
Entre las firmas maduras hay tres grupos que se destacan como de mayor riesgo. Uno de los grupos es el de compañías en negocios competitivos, tales como la ciberseguridad, las entregas inmediatas y las fintech, que sufren de un “exceso de capital de riesgo”, dice Asheem Chandna de Grelock Partners, otra firma de capital de riesgo. “Cuando algo empieza a funcionar el capital de riesgo financia a 10 empresas del sector”, agrega. A las ganadoras les puede ir bien. Las firmas que no superen el promedio pueden tener dificultades para sobrevivir.
El segundo grupo de mayor riesgo es el de las compañías que no buscaron obtener fondos en 2021, cuando los inversores fueron generosos y las valuaciones estaban por el cielo. Alrededor de 60 de las 500 startups más grandes del mundo forman parte de este lote. La mayoría son firmas más pequeñas, tales como Yuanfudao, un proveedor chino de tecnología educativa, y OrCam, un fabricante israelí de dispositivos para personas con problemas visuales.
Firmas sensibles
La tercera categoría son las firmas más sensibles a la demanda de los consumidores. Además de las apps de delivery esto incluye a las startups de entretenimiento tales como Epic Games, creador de videojuegos, y ByteDance. Un índice de estas firmas de ApeVue ha tenido un desempeño por debajo de las startups con mucho movimiento en la bolsa.
Las compañías cripto, que se beneficiaron de que los estadounidenses volcaran el dinero de sus cheques de estímulo de la pandemia a bitcoin y a sus primas más exóticas, también están en problemas al implotar la cripto-esfera. El precio de las acciones de Blockchain.com, una gran plataforma cripto, en los mercados secundarios ha caído 56% desde marzo. Muchas startups indias y latinoamericanas también tienden a estar más centradas en los consumidores. Chandna detecta mayor “ansiedad” entre las firmas tecnológicas e inversores internacionales respecto del efecto de la baja económica por delante en esos lugares que en Estados Unidos.
El dinero no ha desaparecido por completo. En Europa el tamaño promedio de los acuerdos subió un poco. Las compañías bien capitalizadas huelen oportunidades. Al enfriarse la fuerte demanda de talento tecnológico les resultará más fácil y barato contratar. Y puede resultar más barato comprar rivales más pequeños. En los últimos meses las ramas de capital de riesgo de firmas tecnológicas establecidas como IBM, Intel y Salesforce han comprado startups. Lo mismo han hecho gigantes industriales incluyendo Shell y Schneider Electric.
El 27 de junio Bloomberg informó que FTX, un mercado cripto con muchos fondos, estaba en conversaciones para comprar Robinhood, una app para day-trading (operaciones las 24 hs del día). Un inversor recuerda un acuerdo reciente que concretó a un tercio del precio del que había hablado con un fundador a fines del año pasado. “El mundo ha cambiado”, señala. Para muchas startups el cambio será doloroso, incluso fatal. Para el escenario de las startups como un todo, será saludable.
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