Técnica sobrevalorada: las mejores alternativas para competir con el brainstorming
Proponen un nuevo modelo creativo basado en la búsqueda de pequeñas soluciones y una mirada transversal
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Para seguir siendo relevante o disrumpir una industria es indispensable innovar. Y ante esa necesidad, muchas organizaciones recurren al brainstorming como un método para generar nuevas ideas en forma colectiva, aunque no es la mejor manera de ser original, advierte Sheena Iyengar, autora del libro Pensar en grande: Cómo innovar.
“El brainstorming captura mucha emoción e intriga”, dice la especialista. “Es divertido de hacer y a la gente le gusta. Pero en realidad, es solo un ejercicio que crea sesgos inherentes a la forma en que está estructurado”.
Sheena Iyengar, científica y profesora de negocios en el departamento de gestión de la Escuela de Negocios de Columbia, quería encontrar una mejor manera de encontrar nuevas opciones. Se inspiró en una cita del matemático francés Henri Poincaré, quien dijo: “La invención consiste en evitar la construcción de artilugios inútiles y en crear las combinaciones útiles que son una minoría infinita”.
“El verdadero poder de la elección no deriva simplemente del ejercicio de elegir y encontrar”, dice ella. “Su fuerza proviene de la capacidad para combinar la técnica de elegir y encontrar con el ejercicio de la imaginación. Si se los une es posible acceder a la creación de combinaciones más significativas”.
Para reemplazar el tradicional brainstorming, Iyengar creó un proceso de seis pasos que llama “mapeo de elección”.
1. Identificar el problema
El primer paso es elegir un problema para resolver. Suena simple, pero el problema puede no ser evidente. “Una vez Einstein dijo: ‘Si tuviera una hora para resolver un problema, gastaría 55 minutos pensando en el problema y 5 minutos buscando soluciones’”, dice Iyengar. “Al igual que Einstein que escribe y reescribe el problema, hay que enmarcar y reformular la cuestión que se quiere resolver desde múltiples perspectivas para descubrir el dilema que es más significativo y factible de solucionar”.
2. Dividir el problema
“Casi todas las firmas de consultoría intentan hacer algún tipo de análisis de problemas o análisis de la industria”, dice Iyengar. “Lo único diferente que hacemos nosotros es dividir el problema principal”. Los subproblemas resultantes son una pieza del rompecabezas más grande. “Si se los resuelve, se solucionará cerca del 90% del problema”, dice Iyengar.
Dividir el problema en subproblemas se convierte en un ejercicio de reflexión. Cuanto más significativo y deliberado sea el proceso, mejores serán los resultados.
3. Definir el deseo real
A continuación, hay que identificar para qué se busca resolver un problema. “La mayoría de las veces, cuando se le pregunta a la gente que ¿qué quiere lograr? o ¿cuáles son sus objetivos? se obtienen respuestas muy claras y racionales. Pero no somos criaturas objetivas. Por eso muchas veces hay que preguntarse qué es lo que realmente se busca. Por ejemplo, si se desea identificar la tecnología más disruptiva del mercado, ¿es porque se busca ser innovador? ¿O es porque se quiere ser la persona más rica y poderosa del sector?. Cada persona tiene algún sentimiento y es mejor sacarlo a la superficie porque eso será en última instancia el criterio de selección”, explica la especialista.
4. Buscar dentro y fuera de lo convencional
En el cuarto paso, Iyengar recomienda crear un proceso estructurado para recopilar información relevante mediante la creación de una matriz. “Normalmente, cuando alguien tiene un problema, mira lo que han hecho sus competidores y estudia su propia área de experiencia”, dice Iyengar. “En un mapa de elección, solo el 20% está dedicado a la experiencia de la industria. Si desean soluciones fuera de lo convencional, hay que ver lo que existe en otras áreas”. Por ejemplo, alguien de la industria de la aviación que resuelve problemas logísticos puede mirar industrias adyacentes como otras formas de transporte. O pueden estudiar lo que hacen empresas de otras industrias, como por ejemplo, Disney.
5. Crear un mapa de elección
El quinto paso es el mapeo de elección. Tomar una opción por subproblema y determinar cómo se podría combinarla para crear una nueva solución. “Existen tantas opciones posibles que puedes combinar”, dice Iyengar. “Nadie imagina dos cosas iguales dado el mismo material. Hay que mirar las opciones por separado. Así es como se obtendrá una verdadera diversidad”.
6. Hacer la prueba del tercer ojo
El mapeo de elección puede crear miles de soluciones únicas y por eso hay que seleccionar las cinco mejores para después buscar la opinión de otra persona. “Todos somos una máquina de crear sesgos”, dice. “Una idea puede parecer genial en tu cabeza, pero en realidad no se sabe lo que realmente significa para otros”.
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