El emprendedor y tecnólogo analizó las oportunidades y los riesgos que la Inteligencia Artificial plantea para el rumbo de los negocios
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“Estamos en la puerta del cambio tecnológico más importante de la humanidad”. Así lo afirmó Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, en “Negocios de Futuro”, encuentro realizado hoy por LA NACION. Reconocido con el Premio Konex 2018 como una de las personas más innovadoras de la última década, el especialista puso la lupa sobre el impacto de la inteligencia (IA) artificial en el mundo empresarial.
De acuerdo con el fundador y CEO de Officenet, la tecnología móvil e Internet generaron grandes y extraordinarios cambios, pero este último es todavía mayor y mucho más rápido. “Internet tiene tres décadas, y todavía hay muchas empresas que están intentando adaptarse a la transformación digital. Por el contrario, la IA no nos dará ese tiempo. Este cambio se dará en los próximos 5-10 años, y las empresas que no se adapten tendrán serios problemas”.
Uno de los principales hitos que marcó el inicio de esta nueva era tuvo lugar un año atrás. Se trata del lanzamiento de Chat GPT y la llegada de la IA a los medios masivos de comunicación. De todos modos, y a pesar de su popularidad, según el tecnólogo, el 70% de las personas aún no entiende de qué se trata y el 90% siente que no está preparada para lo que se viene.
En este escenario, Bilinkis aclaró que este no es un campo nuevo. Por el contrario, precisó que sus orígenes se remontan a la Segunda Guerra Mundial y a las tecnologías utilizadas para descifrar el Código Enigma, utilizado por los alemanes para codificar los mensajes. “Por más de 70 años, no hubo avances en la materia. Sin embargo, alrededor de 2015, las máquinas empezaron a aprender y pasaron cosas”, indicó.
El ABC del aprendizaje
Para echar luz sobre el funcionamiento de la inteligencia artificial, Bilinkis trazó un paralelismo con el modo de aprendizaje de las personas y desglosó tres vías. Por un lado, puntualizó el “estudio” y ejemplificó: “Una persona puede alimentar una máquina con millones de radiografías y de diagnósticos médicos. Así, la máquina puede alcanzar habilidad sobrehumana y diagnosticar lesiones que un humano no identificaría”. En segundo lugar, señaló el “ensayo y error” y lo graficó con el algoritmo de Tik-Tok, que sugiere a los usuarios diferentes contenidos hasta que comprende los gustos de cada persona. Por último, resaltó la “extrapolación” de conocimiento de un campo a otro.
“Chat GPT tiene la capacidad de procesar todo el texto que producimos a lo largo de la historia, que está digitalizado y acumulado en Internet. Se trata de una máquina increíblemente coherente, que no acoge ningún saber real, pero que puede hacer producciones asombrosas, mejores incluso que las generadas por un humano”, explicó Bilinkis. Y advirtió: el discípulo puede superar al maestro. Esto tendrá un enorme impacto en el trabajo, en la educación y en la mayoría de los aspectos de la vida”.
¿Cuáles son los riesgos de la IA?
En los últimos años, uno de los principales ejes de los debates fue cómo las máquinas automatizarían tareas repetitivas y rutinarias, desplazando así posiciones de trabajo. Por el contrario, hoy, las preocupaciones van por otro lado. Para Bilinkis, ahora quedó en claro que el poder de la IA reside en la capacidad de creación, lo que plantea otro desafío enorme: ¿cómo incorporarla en nuestras vidas?
“Cada vez que delegamos algo en una tecnología, perdemos habilidades y dejamos de valernos por nosotros mismos”, advirtió el especialista, y resaltó: “Si delegamos en las máquinas las tareas cognitivas, corremos el riesgo de perder la capacidad de pensar”. Para el experto, esta posibilidad se vuelve aún más crítica si se considera que la inteligencia es la habilidad que distingue a los humanos frente a otras especies: “Cuando la máquina empieza hacer aquello en lo que nos destacamos, el tema nos interpela”.
¿Cómo enfrentar este escenario? “A diferencia de la pandemia de Covid-19, que supuso un cambio pasajero, la IA llegó para quedarse, e incluso para acentuarse. Tenemos que trabajar en la plasticidad, para cambiar a la velocidad que los próximos tiempos nos demanden”, concluyó.
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