Replicó el modelo que usaba en Adrogué y ahora tiene un negocio sólido en Europa
Liz Merchant trabaja con empresas; la mayoría de sus alumnos estudian idiomas por placer; tiene planes para expandirse a otros países de Europa
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Liz Merchant se fue a inicios de los ‘90 de la Argentina con la idea -bastante extendida- de “probar” por un año en otro lado y esperar que la crisis económica cediera. Eligió Londres porque tenía unos tíos allá. Tenía 26 años y una academia de inglés en Adrogué. Replicó el modelo en el Reino Unido y vive, desde hace más de dos décadas, de eso. En Succeed in Languages cuenta con un promedio de 150 alumnos en sus cursos y trabaja con 20 docentes.
“Con la hiperinflación se dio un momento que me pareció propicio para venir a probar -cuenta a LA NACION-. A los tres días me ofrecieron un trabajo full time en una escuela donde había hecho una capacitación. Tenía cursos en diferentes países y me encargaron tramitar los permisos para docentes para la Argentina, hice eso cinco años y pasé a integrar el grupo de selección de profesores”.
En el ‘97 Merchant decidió replicar lo que había hecho en la Argentina y empezó a organizar cursos de idiomas para empresas: “La idea fue llevarle la academia a las compañías. En Londres aprender lenguas no es una necesidad como sí lo es en otras partes del mundo, así que era un riesgo invertir y por eso la propuesta fue enseñar en donde estaban los interesados”.
Comenzó con contadores y abogados -todavía continúa con aquella firma que fue su primera clienta- y daba español, que “siempre” fue la lengua “más popular”. Sumó francés, alemán, chino, italiano, ruso y portugués brasilero. De sus estudiantes, el 20% hace los cursos por necesidad laboral y, el resto, por placer.
“Hay muchos que arrancan porque tienen una pareja de otra nacionalidad, porque son fanáticos del tango o del fútbol o porque tienen casas de vacaciones en Francia. Quieren aprender lenguas vinculadas con esos intereses -agrega-. Nos fuimos adaptando y armando propuestas en función de lo que demandan”.
Merchant comenta que, al inicio, las empresas pagaban toda la capacitación, pero, con la crisis del 2008, lo primero que recortaron fueron las clases. “Los estudiantes querían seguir y lo que surgió, en la mayoría de los casos, fue que las compañías les dan un pequeño subsidio y el resto, lo pagan los alumnos”, recuerda.
Hace un par de años Succeed in Languages tiene oficinas en distintos puntos del Reino Unido y, desde el inicio de la pandemia, todas las clases se convirtieron en virtuales. “La modalidad nos encontró preparados porque ya teníamos esa posibilidad -dice-. Es un esquema bien recibido, muy eficiente y que nos permite mezclar gente siempre que los estudiantes quieran e intercambiar más”.
Merchant contrata a los profesores, todos son free lancers; unos 20 son los que trabajan con ella regularmente. Tiene un promedio de 150 alumnos -cuando comenzó eran 20- que cada tres meses se van renovando.
Hace poco su academia compró una “pequeña empresa” especializada en clases de idiomas para ejecutivos de alto nivel y que trabaja particularmente con alemanes. A partir de ese paso, Merchant analiza expandirse a otros países de Europa.
Un curso grupal -cuatro personas como mínimo- de 11 clases cuesta 170 libras esterlinas (unos $22.000) y la clase individual ronda las 45 libras esterlinas ($5.900). Hay que tener en cuenta que el poder adquisitivo entre el Reino Unido y la Argentina no es comparable (el valor mínimo de la hora de trabajo es de 8,9 libras esterlinas, $1.178).
Merchant fue directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Británica Argentina durante siete años y ahora integra la junta directiva.
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