Recuperaron una receta de su abuela y hoy dan que hablar en los mercados de Londres
“Chacarero” es una marca de una pareja argentina que trabajaba en la industria del espectáculo y se reconvirtió obligada por la pandemia.
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La nostalgia por los sabores, sumada al encierro por la pandemia del Covid-19, llevaron a Juan Arnaudo y Janet Ferrero a desempolvar la receta del dulce de leche de la abuela de él. No imaginaron que terminaría siendo el pasaporte para generar ingresos y para que los convocaran de algunos de los tradicionales mercados dominicales que se hacen en Londres. Pasaron de hacer un kilo para compartir con algunos argentinos a fabricar 200 kilos al mes, más 500 empanadas y alfajores por semana para vender en su stand y a través de las redes.
“La receta fue un regalo de mi abuela, de su famoso flan que nos invitaba a toda la familia. Nos invitaba a comer, cocinaba muy rico; era la abuela que llenaba el plato y un poco más, la encargada de mantener a todos sanos y comiendo”, cuenta Arnaudo a LA NACION en referencia a Rosita, “Bocha”, la abuela que murió hace unos meses a los 87 años por Covid-19.
Arnaudo, nacido en La Rioja, estudió en Córdoba y siempre, al igual que Ferrero, estuvo ligado al teatro musical, a la industria del espectáculo. Llegaron a Londres hace dos años, estaban trabajando y cuando llegó el Covid-19 ambos quedaron bajo el sistema de “retención de trabajo” que dispuso la administración de Boris Johnson a las empresas privadas. “Todo era incertidumbre y estrés y empezamos a probar la receta de dulce de leche como una especie de terapia para sobrellevar la situación tan complicada”, agrega.
Como toda receta, sufrió algunos “ajustes personales”, siempre sobre la base “de la tradición y el cariño familiar”. Empezaron haciéndolo para ellos convencidos de que, además de que no es fácil conseguirlo, los que se venden “no tienen ese sabor casero, que lo da la leche fluida. Empezamos la búsqueda del sabor y cuando lo estabilizamos, lo ofrecimos en un grupo de argentinos”.
Al inicio compraban media docena de frascos para envasar, al tiempo fueron 40 y ahora no pueden creer cuando hacen pedidos de a cientos. “Creció la comunidad, se empezó a sumar gente, ingleses, amigos de amigos. Era una experiencia además de un producto. No podíamos creerlo”, repasa Arnaudo.
Los convocaron al Horniman Market, que se hace los domingos en la zona de Forest Hill. Hace poco los llamaron de dos mercados más; la participación en feria los impulsó a hacer empanadas y alfajores, “todo bien casero”.
“Chacarero” es el nombre de la marca que eligieron para que no quedara anclada sólo al dulce, sí a las tradiciones: “También es el campesino, el ‘farmer’ de acá y tiene un dejo de chacarera, una música que nos gusta”, afirma Arnaudo.
La pareja ya cocina unos cuatro o cinco días semanales en su departamento. Cumplieron con el trámite que exige el municipio: avisar que el uso de la cocina no será sólo familiar y presentar los estudios de que hay “manipulación segura” de alimentos. Comentan que es “simple” empezar con un negocio desde el hogar. “Hay que avisar, seguir las normas y vienen a comprobarlo”, resume.
Las ventas también crecieron por los pedidos de panaderías argentinas en Londres; en los mercados, el dulce de leche que más se vende es el de frasco chico “porque muchos no lo conocen, quieren probar o regalar”.
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