Los inversores más diversificados, las alianzas más inesperadas y los socios desconocidos de grandes empresas son algunos de los secretos que devela “Las 50 de la Bolsa”, la completa guía que se acaba de publicar y que cuenta las claves del mercado bursátil local y sus principales accionistas
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Tender un puente entre el mundo bursátil y los potenciales inversores que buscan alternativas para colocar sus ahorros es el objetivo que se puso el periodista Facundo Sonatti cuando encaró la escritura de Las 50 de la bolsa: Quién es quién en el mercado argentino, una sorprendente guía sobre los negocios de los compañías más representativas del mercado bursátil local y sus accionistas.
Los datos reunidos de cada una de las firmas buscan reflejar su trayectoria y peso específico tanto en la economía argentina como en el mercado de capitales, pero también aportan una mirada global para entender quiénes son los empresarios más activos y diversificados del país, con quiénes están asociados y cuáles son sus principales negocios. Trabajando con información pública y los balances presentados ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), y hablando con los propios protagonistas, Sonatti logra completar una guía para acercarse a un mundo poco conocido para la mayoría de los argentinos como es la Bolsa local.
Los más diversificados
Si se hace un paneo por las empresas más importantes de la Bolsa local es posible cruzarse con algunos nombres repetidos y cuyas participaciones accionarias cruzan diferentes industrias y sectores. Un ejemplo es el de Eduardo Elsztain. En el mundo corporativo, el nombre de Elsztain empezó a ser conocido cuando con menos de 30 años viajó a Nueva York con el objetivo de convencer al magnate George Soros para invertir en la Argentina. Con Soros de socio, IRSA -la empresa de Elsztain- se convirtió en la mayor desarrolladora inmobiliaria del país y hoy el grupo es conocido básicamente por controlar la mayoría de los shoppings porteños, desde Patio Bullrich hasta Alto Avellaneda, pasando por el Abasto, Alto Palermo o Paseo Alcorta. Sin embargo, las inversiones de Elsztain van mucho más allá de los shoppings. El empresario controla IRSA a través de otra firma que cotiza en Bolsa, Cresud, que a su vez es una de los principales jugadores en el campo argentino, con más 27 campos en la región y 868.250 hectáreas bajo manejo. Elsztain además también tiene un pie en mundo financiero con el 29,91% del Banco Hipotecario, que controla IRSA.
Durante doce años el socio de Elsztain en todos sus negocios fue Marcelo Mindlin, que es otro de los jugadores más activos en la Bolsa local. Hoy Mindlin es el presidente del grupo Emes (antes Grupo Dolphin), que a su vez es el principal accionista de Pampa Energía, con el 25,7% de las acciones. Pampa Energía puso un pie en el mercado eléctrico con la compra de la transportadora Transener en 2004, aunque el primer golpe lo dio un año después cuando le compró a Electricité de France el 65% de la distribuidora Edenor, a cambio de US$100 millones. Pampa Energía después fue diversificando sus negocios con las compras de CIESA -el accionista controlante de la Transportadora Gas del Sur (TGS), y la constructora Iecsa (que en su momento perteneció a la familia Macri). Y en diciembre de 2020, terminó vendiendo su tenencia en Edenor a los empresarios Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti.
“Elsztain y Mindlin puede considerarse la dupla más activa en el mercado de capitales argentino de los últimos 35 años. Desde su incursión, en conjunto, en Cresud e IRSA, protagonizaron IPO, emisiones de deuda, escisiones, consolidaciones hasta transitaron su propio divorcio, adquirieron empresas y crearon nuevos holdings, como Pampa que mutó de frigorífico en desuso a energética”, precisa Sonatti.
Nicolás Caputo es otro de los empresarios con mayor presencia en la Bolsa. A través de la sociedad Il Tevere, controla junto con otros miembros de su familia, el 49,65% de Mirgor, la mayor empresa industrial de Tierra del Fuego. Mirgor nació en 1993 fabricando sistemas de climatización para la industria automotriz (su principal cliente era Sevel de la familia Macri), aunque los Caputo eran una familia que venía del rubro de la construcción. Por fuera de su principal empresa, Nicolás Caputo también controlaba una participación minoritaria en la eléctrica Central Puerto, donde tenía de socios a otro dream team del mundo de los negocios locales: Eduardo Escasany (dueño del Banco Galicia), la familia Miguens Bemberg (ex dueño de la cervecera Quilmes) y el banquero Guillermo Reca (un ex Merrill Lynch). Aunque a fines de 2022, en la central eléctrica informaron que Nicolás Caputo decidió desprenderse de sus acciones en la empresa a manos de otros miembros de su familia.
La lista de más activos en la Bolsa también incluye a Jorge Pablo Brito, el actual presidente de River y dueño del Banco Macro. Su papá, Jorge Horacio Brito -fallecido en un accidente de helicóptero en 2020- fue el fundador junto con Delfín Jorge Ezequiel Carballo de la financiera Hamburgo, que está en el origen del Banco Macro. De la mano de Brito padre y Carballo, el Macro fue adquiriendo bancos provinciales privatizados en los ‘90 y en 2001 se alzó con la filial local del grupo mexicano Bansud. Su última operación fue la compra del banco minoristas local del brasileño Itaú. Pero por fuera del mundo financiero, la familia Brito también tiene 37% de la distribuidora de gas Camuzzi Gas Pampeana (en esta empresa está asociado con Alejandro Macfarlane) y el 99,58% de la empresa ganadera Inversora Juramento. Además, también controla otras sociedades sin oferta pública, como Genneia (energía renovable) y la desarrolladora inmobiliaria Vizora.
Los socios más llamativos
¿Qué tienen en común los alfajores con los bancos? Sus dueños. Havanna nació en Mar del Plata en 1948 y durante 50 años permaneció en manos de las familias marplatenses que fundaron la empresa. En 1998 se produjo el primer gran cambio con la adquisición que concretó el fondo de inversión The Exxel Group, a cambio de US$85 millones. La firma permaneció en manos del fondo que lideraba Juan Navarro apenas cinco años y su imagen quedó muy golpeada por la crisis de 2001. En 2003 volvió a cambiar de dueños y pasó a manos de otro fondo, llamado Desarrollo y Gestión, que está encabezado por un grupo de banqueros.
Si se revisa la composición accionaria de Havanna es posible cruzarse con varios de los nombres más fuertes del sistema financiero de las últimas décadas. La lista incluye a los ex citibankers Guillermo Stanley y Carlos Giovanelli, con 8,26% y 14.05%, respectivamente, al ex Deutsche Bank, Damián Pozzoli, con 2,32%, Fernando de Santibañez (un ex BBVA Argentina, con 24.5%) y dos de los actuales dueños del Banco Macro: Jorge Delfín Carballo y Federico Delfín Carballo. Los Carballo controlan juntos el 29,3% de Havanna y en paralelo son los dueños del 18,38% del Macro, el mismo porcentaje que controla la familia Brito.
Otro negocio que en principio tiene poco que ver con el sistema financiero es el de los supermercados. Sin embargo, la segunda cadena de capitales nacionales más grande de la Argentina, La Anónima, pertenece a uno de los tres grandes accionistas del Banco Galicia, una de las tres principales entidades del país.
La Anónima está controlada por Federico Braun y su familia y es la principal cadena minorista de la Patagonia, con más de 165 sucursales repartidas en 85 ciudades. La razón social de la empresa es SA Importadora y Exportadora de la Patagonia, aunque todo el mundo la conoce como La Anónima. La firma fue fundada en 1908, en Punta Arenas, Chile, y diez años después trasladó su sede a territorio argentino. Sus primeros pasos lo dió como un almacén de ramos generales y rápidamente de la mano de las familias Braun y Menéndez en uno grupo económicos más poderosos de la Patagonia, con campos de ovejas, estancias y una flota naviera propia.
Por su parte, los orígenes del Galicia hay que rastrearlos en una casa de joyerías, Casa Escasany, que nació a principios del siglo XX. Desde 1948 el control de la sociedad está en manos de las familias Escasany, Ayerza y Braun y hoy la sociedad EBA Holding (Escasany, Braun y Ayerza) y sus socios en forma particular controlan juntos un poco más del 25% de Grupo Financiero Galicia, cuyo principal activo es el Banco de Galicia y Buenos Aires.
La lista de socios llamativos también incluye a Paolo Rocca -el número uno del grupo Techint- y a Eduardo Eurnekian, el dueño de Aeropuertos Argentina 2000, dos de los empresarios más poderosos de la Argentina. Rocca y Eurnekian comparten el paquete accionario de Transportadora Gas del Norte (TGN), la firma que presta el servicio de transporte de gas natural en el centro y norte del país. “Muchos viejos conocidos del mercado son herederos de joyas de las privatizaciones de los 90, como la curiosa sociedad entre Paolo Rocca y Eduardo Eurnekian en TGN de la cual poco se habla”, explica Sonatti.
TGN nació en 1992 como parte del proceso de privatización de Gas del Estado. Inicialmente, la oferta ganadora fue presentada por un consorcio conformado por la familia Soldati, el banco JP Morgan, Techint y la canadiense Novacorp, pero en más de treinta años el paquete accionario de la sociedad sufrió grandes cambios. Después de varias operaciones de compra y venta de acciones, hoy el control de TGN está en manos de la firma Gasinvest, que a su vez pertenece en partes iguales a Tecpetrol (la petrolera del grupo Techint) y CGC (Compañía General de Combustibles), la compañía que había fundado Santiago Soldati y que en 2013 pasó a manos de la Corporación América de Eurnekian, a cambio de US$200 millones.
Cruces extraños
En Las 50 de la Bolsa, Sonatti también da cuenta de cruces insospechados de accionistas y actividades. Un ejemplo es el Banco de Valores, el principal agente de custodia de fondos comunes de inversión de la Argentina. La entidad data de 1978 y su creación fue el resultado de una proyecto gestado en el Mercado de Valores de Buenos Aires (Merval SA). “Me llamó mucho la atención cuando supe que en el Banco de Valores no solo juegan fuerte bolseros de renombre, como las familias Napoli y Menéndez, sino también exportadores cárnicos, como Navarro, de Offal Exp, y los hermanos Riusech, del gigante Gorina. Nadie me supo explicar ese curioso crossover”, precisa el autor del libro.
Otro cruce sorprendente de actividades es el que se da en Ferrum. La fabricante de artefactos sanitarios pertenece a la familia de origen alemán Viegener a través de uno holding denominado FV por Franz Viegener, su precursor. Hoy el holding controla las marcas FV, pero también su participación en otras firmas del rubro como Fiplasto, Peisa y Traful. Sin embargo, por fuera del negocio de los materiales para el hogar, FV también puso un pie en el sector de los alimentos, con la compra de Introductora de Buenos Aires, la dueña de la sal Dos Anclas. La compra se concretó en la década del ‘80 a través de una licitación organizada por el Citibank a partir de una deuda que se le ejecutó a la familia Capozzolo.
Accionistas menos pensados
Revisando los balances de las principales empresas también es posible descubrir algunos accionistas “escondidos” en compañías muy tradicionales. David Martinez es conocido en el mundo de los negocios al convertirse en socio del grupo Clarín en Telecom. El empresario mexicano controla el 40,95% del paquete accionario de Telecom, tras acordar la compra de la participación que tenía Telecom Italia en la firma argentina. Sin embargo, mucho menos conocido es el hecho de que Martinez también es el dueño del 18,6% de Grimoldi, la tradicional fabricante de calzado, cuyo control sigue en manos de los hermanos Alberto, Jorge y Lucila Grimoldi. El dueño de Telecom se alzó con las acciones que tenía Alejandro Manuel Estrada (accionista del Banco Privado) en 2008 a través de Fimex International, un fondo de inversión con sede en las Islas Vírgenes británicas.
Otro nombre conocido que a priori nadie asociaría con su tenencia accionaria es el de Chrystian Colombo. Colombo trabajó en el Grupo Pérez Companc y fue operador en la Bolsa, vicepresidente de la Sociedad de la Bolsa Macro y gerente del Mercado de Capitales del Banco Río de la Plata, aunque para el gran público se hizo famoso cuando asumió como jefe de gabinete de Fernando de la Rúa. Tras la renuncia del entonces presidente, Colombo se retiró de la política y volvió a dedicarse a su actividad empresarial. En este campo, su inversión más importante es el 14,1% que controla de Havanna.
En Las 50 de la bolsa, Sonatti también cita el caso de David Ruda y Gerardo Asrin, dos profesores de Educación Física, que son los fundadores de Tarjeta Naranja, una de las tarjetas de crédito más masivas de la Argentina, con más de 8 millones de plásticos emitidos. Ruda y Asrin le terminaron su empresa al Grupo Financiero Galicia y hoy sus herederos controlan 3,24% del grupo dueño del banco.
El Estado pisa fuerte
La presencia del Estado argentino en la Bolsa tiene dos patas. Por un lado, participa a través de los Fondos de Garantía de Sustentabilidad, que fueron creados en 2008, luego de la nacionalización del sistema previsional y la estatización de los fondos administrados por las AFJP. Con ellos, llega a tener un porcentaje mayoritario de acciones en varias empresas. La lista de socios del Estado incluye a las familias Brito y Carballo (Banco Macro), Daniel Vila y José Luis Manzano (Edenor), Eduardo Costantini (Consultatio), Paolo Rocca (Ternium) y la familia Noble Herrera y Héctor Magnetto (Clarín). Pero hay presencia del Estado Nacional en la Bolsa más allá de los FGS. En YPF, el Estado tiene una participación directa del 51%. Y a través de YPF, de manera indirecta, también puso un pie en Metrogas. La lista de socios del Estado también incluye a Mindlin (comparten tenencia en Transener), la familia Sielecki (en TGS) y Elsztain (Banco Hipotecario).
“A título personal, creo que las participaciones que tiene el Estado en múltiples empresas, vía el FGS, son una mochila de plomo para el desarrollo del mercado de capitales. No hay referente del sector que no vea en ello una quita de incentivo a que las empresas puedan ofrecer un capital flotante más atractivo que dote de mayor liquidez plaza”, dijo a LA NACION.