Francisco de Narváez: el empresario que le ganó a Kirchner y ahora compró Walmart
Después de más de veinte años, Francisco de Narváez volverá a su primer amor en el mundo de los negocios. El empresario y exdiputado acaba de cerrar la compra de Walmart Argentina, en lo que implica su regreso al rubro supermercadista, tras la venta de Tía concretada a fines de 1998.
En el medio, De Narváez se consolidó como un jugador a nivel regional en los supermercados, pisó fuerte en el negocio de la moda con Rapsodia, lidera un grupo económico que factura US$1500 millones y tuvo una incursión que hizo mucho ruido en el mundo de la política.
"Es hora de que los científicos se dediquen a la ciencia, los políticos a la política y los empresarios a lo que saben hacer: invertir para que el país crezca y generar empleo de calidad", es una de las consignas que maneja el hombre de negocios que se quedó con los 92 supermercados que tenía Walmart en la Argentina.
Francisco de Narváez nació en Colombia hace 67 años, aunque se crio en la Argentina. Su abuelo, Carlos Steuer, había llegado a Bogotá huyendo de la Segunda Guerra Mundial y de la persecución a los judíos por parte de la Alemania nazi. En Colombia había puesto en marcha la primera sucursal de Casa Tía. Uno de sus socios en Rumania, Federico Deutsch, lo convenció al inmigrante checo Steuer de venir a probar suerte en Buenos Aires y así comenzó la historia de Casa Tía en la Argentina.
Francisco y su hermano Carlos se hicieron cargo de la operación a fines de los ‘80 y, de su mano, la cadena inició un fuerte proceso de expansión, hasta convertirse en uno de los grandes jugadores del mercado argentino de los supermercados, junto con la francesa Carrefour, la chilena Jumbo y otro player que recién daba sus primeros pasos en el negocio: Alfredo Coto.
En los ‘90, el sector vivió una verdadera invasión de multinacionales, desde Walmart (que ahora acaba de anunciar su salida del país) hasta las chilenas Unimarc y Ekono, la holandesa Ahold o la francesa Casino (que sigue dando pelea en el país con Libertad).
Tía resistió la competencia de los jugadores internacionales hasta fines de 1998, cuando Francisco de Narváez aceptó una oferta de US$650 millones que le hizo el fondo de inversión The Exxel Group. Al poco tiempo, el Exxel decidió fusionar las operaciones con Norte y después le terminó vendiendo todo el paquete a Carrefour.
Vida política
Con los fondos frescos, De Narváez decidió apostar fuerte a la política. Los primeros pasos los dio junto con Carlos Menem, cuando el expresidente presentó su candidatura en 2003 y dos años después llegó al Congreso, en el cuarto lugar de la lista del Partido Justicialista que encabezaba "Chiche" Duhalde.
Su paso más recordado por la política se concretó en 2009, cuando dio un verdadero batacazo. A fuerza de apariciones en la TV, y con el particular slogan "Alica, alicate", se impuso en la elección de Diputados de la provincia de Buenos Aires ante una lista que estaba liderada nada menos que por Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa.
Dos años después años fracasó en su intento por convertirse en gobernador bonaerense y su estrella política empezó a declinar. En paralelo, nunca descuidó los negocios que incluyeron una incursión por los medios de comunicación -fue accionista de América TV y continúa siendo el dueño del diario El Cronista- y un desembarco en el rubro de la moda con la marca Rapsodia.
De Narvaéz además siempre mantuvo sus supermercados en Ecuador y Uruguay. En este último país, hoy es el jugador número uno del negocio, con las marcas Ta-Ta y Multiahorro y también tiene una cadena de tiendas de ropa: BAS.
Hace tres años se asoció con el fondo de inversión L Catterton y juntos concretaron las compras de otras marcas de moda como Caro Cuore y Babycottons. Pero siempre reconoció públicamente su interés por volver al rubro supermercadista en la Argentina. Ahora lo concretó, y a lo grande.
La compra de Walmart Argentina tiene un alto contenido simbólico, ya que en los ‘90 se estuvo a punto de concretar una operación con los mismos nombres, pero los roles cambiados. En ese momento, Walmart -la cadena número uno del mundo- era la que quería comprar Tía. Y ahora fue un argentino el que terminó quedándose con las operaciones de la multinacional que se retiró del país.
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