Primera persona: los argentinos que dejan el país por destinos infrecuentes
Seis de cada diez argentinos se irían a vivir afuera, una tendencia que recrudeció con la pandemia, según la consultora Taquión Research Strategy. Y de acuerdo con datos de 2019 de la ONU, el 25,7% de los emigrantes argentinos van a España y el 21,2%, a Estados Unidos. Estos dos países lideran el ranking de naciones que más argentinos reciben. Los siguen Chile e Italia en el tercer y cuarto puesto, respectivamente.
En diálogo con LA NACION, cinco argentinos contaron su experiencia a la hora de irse del país y elegir los "destinos no convencionales".
Otros idiomas
A veces seguir a un amor puede ser una excusa para animarse a ir a vivir afuera. Y así fue para Mauro Acosta, que hace siete años viajó a Serbia con su pareja. Cansado de la Argentina y sin saber mucho de la cultura del lugar al que estaba yendo tomó una de las decisiones, que si no es la más importante, es la más duradera que tuvo en años.
Después de dos años viviendo ahí, todo terminó con su pareja y decidió volver. Pero en poco tiempo volvió a aparecer lo que no le gustaba, la inseguridad, la principal de ellas. "Siempre busqué vivir con seguridad y tranquilidad económica -aseguró-. En mi país no tengo estabilidad y ni sé cuando las cosas van a estar bien".
Volvió por un tiempo a Serbia, pero después una oportunidad laboral lo sedujo para ir a Polonia. Otra vez más, un destino "poco elegido" por los argentinos. "Tuve muchísimo miedo porque era un destino no tan común", dijo y agregó que al cabo de un tiempo pudo disfrutar de la seguridad que tanto él aprecia fuera de su país.
"Económicamente se puede vivir muy bien y hay oportunidades laborales para extranjeros. Lamentablemente se elige más España e Italia, no puedo creer que la gente apunte a un lugar donde las posibilidades no son tantas", aseguró.
Lamentablemente se elige más España e Italia, no puedo creer que la gente apunte a un lugar donde las posibilidades no son tantas
"Cuando me contactan argentinos, les intento dar una perspectiva de lo que es el norte de Europa o de países que están mejor económicamente. Hungría, Polonia o Bulgaria. Son países baratos para vivir, con niveles de seguridad buenos, países donde van a encontrar posibilidad laboral más amplia", dijo.
Aseguró que el idioma es una de las principales barreras para aquellos que no ven estos países como opción para vivir. "Eligen España porque hablan español. Todos están yendo porque sigue al resto o por miedo a intentar algo distinto", dijo.
"Si pensás venir y dejar todo al menos intenta prepararte con un curso de inglés que te permita desenvolverte en otro lado. Deben intentar abrir el abanico, donde van a tener más posibilidades. Hay que animarse y saber que es un país diferente puede tener una cultura completamente distinta a la nuestra, pero no hay que tenerle miedo", dijo.
"Siempre tuve las ganas de irme a vivir afuera, porque nunca me gustó mucho Argentina. La cultura no iba conmigo", explicó Camila Calvente. A ella le pasa todo lo contrario que a la mayoría. Camila nunca se sintió cómoda en su país y siempre supo que se "podía vivir mejor afuera".
Un viaje a Alemania para visitar a familiares la enamoró de Hamburgo. "Gente muy humana, amorosa y amigable", así describió a las personas que fue conociendo en el lugar. "Nunca pensé venir a vivir acá, porque tenemos prejuicios. No es un idioma lindo y es muy distinto al español -aseguró-. Arriesgué todo y vine a un lugar donde la gente, la cultura y el clima son totalmente distintos".
"Hace un año y dos meses que vivo acá y no lo cambio por nada. Es la mejor decisión que hice, pero sé que cuesta mucho más que irte a España o Estados Unidos", dijo. Ella tomó clases intensivas al llegar a Alemania, pero aseguró que fue con el tiempo que aprendió realmente a comunicarse. Para ella el idioma es la primera barrera que muchos tienen para irse a vivir a Alemania.
"La gente no lo elige como destino y lo entiendo perfectamente, porque las relaciones son distintas. Acá no existe la espontaneidad de Argentina. Entiendo que a los demás no le guste, a mí me encanta porque yo soy así", dijo.
Miedos de la familia
Tania Huecke tiene 29 años y es oriunda de Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz. Un viaje a Perú la incentivó a querer viajar. "Soy autodidacta y sentía que necesitaba salir y conocer", dijo.
Al igual que Mauro, se animó a ir a Europa con su pareja, a quien conoció en su año de estadía en Chile. "Se juntan muchas inseguridades y sólo es saltar", aseguró. Francia, Alemania, Dinamarca y Hungría. Estos fueron los países que fue recorriendo con su visa de "work and holidays", países que desconocía al igual que sus idiomas.
"Las personas tenemos miedo, desde Argentina se ven muy lejanos", aseguró y agregó que al poco tiempo de estar en cada lugar siempre encontró algo de "casa" y se sintió más que acompañada. "Son países que la gente piensa que son muy duros, no están bien vistos", dijo. Una de sus barreras fueron los consejos de familiares y amigos cercanos, que le decían que elija otros lugares.
Las personas tenemos miedo, desde Argentina se ven muy lejanos
Luciano Ponzano es músico y viajó a Europa para "probar su suerte". Estuvo en Andorra, Francia, Bélgica, Portugal, Eslovenia, Bosnia, Macedonia y en los Balcanes. Ahora está en Zagreb, Croacia. Cómo Tania, también sacó una visa que le permite estar un año trabajando en el lugar.
Él no tuvo barreras a la hora de de elegir lugares para vivir. "Es errado, piensan que no hablan español y en todos los lugares siempre hay gente que lo hable. No se animan por mitos y miedos. Miedo a lo desconocido y con todos los prejuicios y preconceptos que se tienen del lugar. Somos más parecidos de lo que pensamos", finalizó.
Jerónimo Malato tiene 25 años y cuando rindió todos los finales que le quedaban para recibirse, dejó atrás Buenos Aires y viajó a Dinamarca para vivir con amigos. "Dijimos de ir porque todo se daba fácil", aseguró y él también obtuvo dicha visa, planea irse a fin de año a Alemania.
"La barrera del idioma no la tuvimos, sabíamos que también se hablaba inglés -dijo-. A muchos el idioma les impide tomar la decisión de venir para acá, por eso la mayoría se va a España o Italia, por el parecido del lenguaje".
"Viví un tiempo en Barcelona y no te das cuenta que estás en Europa o que estás en otro país. No te sentís tan lejos de Argentina o de Buenos Aires. Acá en Dinamarca se nota la diferencia por lo distintas que es la personalidad de la gente, el clima y la calle. Si te sentís en otro lado, pero te adaptas", dijo.
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