Planificación fiscal. Las claves para el ahorro pyme
Las normas tributarias no solo comprenden obligaciones sino también ofrecen alternativas para atenuar la carga impositiva de forma lícita por medio de la planificación fiscal o tax planning. Así, las pymes podrían reducir al mínimo legal el 30% o 50% de sus ingresos destinados al pago de gravámenes.
"La planificación fiscal parte de la jurisprudencia de principios del siglo pasado donde se estableció que ningún ciudadano está obligado a administrar su fortuna de manera de garantizar una mayor recaudación al Estado. Esto dio lugar al ‘principio de economía de opción’. Por eso el contribuyente puede optar por la estructura legal más eficiente en términos de carga fiscal en tanto sea adecuada para el negocio real", señaló Osvaldo Flores, director del Curso de Planificación Fiscal de la Escuela de Negocios de la UCA.
Este sistema de análisis recurre a la elusión tributaria que no implica la transgresión de la jurisprudencia. Por el contrario, emplea resquicios legales y actúa dentro de los márgenes permitidos por la normativa vigente.
"Muchas pequeñas compañías efectúan una mala llamada planificación tributaria. Recurren a vericuetos para no pagar impuestos como vender sin emitir comprobante. Eso es evasión y es un delito. Apelar a estas prácticas hace mucho más caro el remedio que la enfermedad", remarcó Alejandro López Tilli, presidente de Asociación de Directorios Asociados (Adiras)
El tax planning es un proceso continuo tan dinámico como el negocio mismo. Incluso, debe aplicarse desde la gestación de la empresa. "Esta planeación permite transitar con luz la evolución del negocio. No realizarla dificulta la toma de decisiones. Cuanto más información confiable reciba el empresario, mejores medidas adoptará", enfatizó César Litvin, CEO del estudio Lisicki Litvin & asociados.
Flujos de caja
También, permite prever los ingresos y egresos de caja. "Para una firma, es fundamental examinar cómo impactan la liquidación de los gravámenes en el flujo de caja y sus disponibilidades. Es especial los anticipos de impuestos ya que puede originar limitaciones en el capital de trabajo", afirmó Ramiro Agra Rua, gerente de Finanzas del grupo San Blas.
Lamentablemente, no todas las empresas prestan atención a estos temas. Debido a esta falencia pierden dinero. "Las pymes con cierto desarrollo económico deberían enfocarse en las cuestiones impositivas para alcanzar un esquema de rentabilidad", recalca López Tilli.
Estos planes determinan las medidas a tomar y su magnitud. "Por lo general, las pymes trabajan mirando lo pasado. La tecnología les permite hoy anticiparse, ver cómo será la incidencia de los tributos y adelantarse. Es obvio que a mayor incidencia tributaria menor rentabilidad", puntualizó Litvin.
Pero se debe revisar esas estimaciones en forma periódica y ante cambios en los escenarios económicos. Este control ofrecerá, varios meses antes del vencimiento, una idea de cuánto debería pagarse a la AFIP. "En nuestra firma, proyectamos un año hacia adelante. Sin embargo, los revisamos cada trimestre. Estos nos permiten ir ajustando según las necesidades", ejemplificó Ramiro Agra Rua.
Por lo común, el empresario pyme no hace una buena planificación impositiva. "Se entera cuánto debe pagar al cierre del ejercicio. Entonces, no se puede tomar medida alguna. Distinto es proyectar y adecuarlo de modo periódico. Surgen así indicadores capaces de crear un ahorro tributario", comentó Alejandro López Tilli.
Existen varias herramientas de tax planning dentro de la normativa vigente. Por un lado, está la ley 24.467 sobre pequeñas y medianas empresas. "Esta norma es una herramienta importante. No todas las pymes la utilizan; a pesar de que le otorgan privilegios interesantes. Por ejemplo, reduce del 21% al 18% sus contribuciones patronales. Se difiere además el pago del IVA a 90 días que es importante en épocas de inflación porque la obligación tiende a licuarse en el tiempo", indicó César Litvin.
El impuesto a los débitos y créditos bancarios es otro instrumento de ahorro fiscal de esa legislación. Para los emprendimientos y pequeñas compañías se toma 100% como pago a cuenta de ganancias. Mientras se considera un 60% para las firmas medianas.
Por otra parte, están las fórmulas básicas propias de la planificación fiscal. Una de esas recetas es el cierre del ejercicio. "Una firma que vende fuegos artificiales debería, por ejemplo, hacerlo el 30 de noviembre. Esto le permitiría establecer el pico de ventas recién iniciado el ejercicio contable", aclaró López Tilli socio administrador del estudio jurídico del mismo nombre. Al mismo tiempo pospone el pago al fisco. Esto es también relevante en períodos inflacionarios pues licua ese pago al ejecutarlo once meses después de concluido el balance.
Escalas progresivas
Dentro de las recetas básicas de la planeación tributaria está rever la estructura societaria. De tal forma brindar a la pyme un encuadre jurídico que favorezca las exenciones y beneficios fiscales. Esto sirve a su vez para evitar dobles o múltiples imposiciones.
"Si una pyme es sociedad anónima (SA) o de responsabilidad limitada (SRL) paga 25% de impuesto a las ganancias y luego, al distribuir utilidades, desembolsará un 13% adicional. En definitiva, la tasa global de la renta empresaria es del 34,75%. En cambio, bajo la figura de sociedad colectiva, la firma determina su ganancia neta y son los socios quienes tributarán considerando deducciones personales y en función a la escala progresiva lo que, probablemente, conlleva una carga menor en términos globales", ilustró Osvaldo Flores.
Por su parte, el leasing es casi fundamental en estos planeamientos. Influye tanto en el pago del IVA como en la disminución del inventario y su depreciación.
"Los bienes financiados por medio de leasing (alquiler con opción de compra) se pueden amortizar de modo acelerado en el impuesto a las ganancias reduciendo su impacta en los primeros años", acotó Agra Rua.
Un párrafo aparte merecen los sueldos de los directores. "El empresario pyme puede ser socio de la firma. Así se ahorran las contribuciones patronales y previsionales sobre su sueldo", marcó Flores quien es también socio retirado de EY.
Además, la compra venta de inmuebles aporta lo suyo al tax planning. Si la propiedad está en cabeza de un accionista monotributista, la compañía paga un alquiler que es 100% deducible. Algo similar sucede con el nombre comercial, marca y los intangibles.
"Las pequeñas y medianas empresas poseen un tope de facturación. A medida que crecen conviene organizarlas en distintas divisiones para seguir aprovechando esos beneficios", concluyó el CEO de Lisicki Litvin & Asociados.
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