"Pipa" Gancedo. Jugó en River, alquila canchas de futsal y ayuda a un merendero
Leonel Gancedo surgió de la prolífica cantera de Argentinos y formó parte del equipo de Ramón Díaz entre 1996 y el 2000, cuando River Plate se consagró campeón en los torneos Clausura y Apertura, Copa Libertadores y la Supercopa Sudamericana. Hoy es dueño de una cafetería frente al Estadio de Vélez y canchas de futsal en Villa Devoto, y destina parte de las ganancias de sus negocios a un merendero en Morón.
Después de consagrarse en el fútbol local, se fue a jugar a clubes europeos y centroamericanos. Esa experiencia vivida en el extranjero hizo que Gancedo regresara al país en 2007 con la idea de destinar parte de sus ganancias en un objetivo social.
En 2009, compró un establecimiento de 10 hectáreas entre Morón y Merlo para convertirlo en el merendero "Ángeles Unidos". Su idea desde el comienzo fue convertir aquel espacio en una granja, huerta y canchas para que los chicos que se acercaran tuvieran lo necesario para comer y divertirse. "Nosotros ponemos parte de la inversión para llevar adelante el merendero. Manaos nos da las bebidas para los chicos y el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, nos ayuda con la leche una vez al mes", dice Gancedo.
Para poder sostener su objetivo social, debió invertir en pequeños negocios que le permitieran obtener un retorno económico para ayudar a los vecinos. Fue a partir de esa necesidad que surgió la idea de construir el Complejo Deportivo Pipa Gancedo, en Villa Devoto, un espacio de alquiler de canchas de futsal. Los precios de alquiler varían según las condiciones: $1500 la hora por una cubierta y $1000 la descubierta.
"Con la diferencia cambiaria del peso al dólar las inversiones que se hicieron en aquel momento no se recuperaran más", explica sobre los desafíos que atravesaron sus negocios. Hace unos años también se asoció con amigos para abrir El Muro, un local de hamburguesas en el barrio de Palermo, pero la crisis económica los obligó a desarmar el negocio. "Tuvimos que cerrar el local porque generaba pérdidas. En un año nunca tuvimos un retorno económico. Intentamos venderlo, pero finalmente decidimos cerrarlo", cuenta.
Hace tres años, Gancedo adquirió un porcentaje de las acciones de una cafetería en el barrio de Liniers, cuya ganancia está destinada a cubrir parte de los gastos del Merendero. El establecimiento se llama "La Casa de Maga" y está ubicado frente a las canchas de Vélez. En el segundo piso del local, funciona una hamburguesería que forma parte de la misma administración.
"La situación en éste país está difícil. Hay chicos que la pasan mal, a muchos les juntamos alimentos y ropas. En este momento tenemos la camioneta llena de ropa para dar. Hay mucha gente que también nos aporta", sostiene. Para llevar adelante el proyecto social, dice que cuenta con la ayuda de amigos y familiares para adquirir los alimentos y objetos que reparten entre quienes más lo necesitan.
En 1990 Gancedo debutó en la Primera División con Argentinos Juniors. En el 1996 se puso la camiseta de River Plate y formó parte de la era ganadora de Ramón Díaz, con la que consiguió la segunda Copa Libertadores y la Supercopa Sudamericana. En su paso por España jugó en el Osasuna entre el 2000 y el 2003; además sumó dos temporadas en el Murcia entre 2003 y 2004 para después volver a Huracán de Tres Arroyos. En Colombia jugó en el América de Cali en 2005 y en 2006 hizo lo mismo en River Plate de Puerto Rico.
Cuando se alejó de su trabajo como jugador profesional, decidió también no continuar su tarea como técnico, como eligen algunos de sus colegas en la Argentina. En parte, explica, tuvo que ver con su filosofía de vida, que no coincide con lo que él considera que guía al ecosistema local del fútbol: vivir en función de resultados. Además, no considera que el deporte argentino sirva para plasmar una idea colectiva de trabajo en el que se respete a la persona en sí.
Además, detalla que no coincide con la concepción actual del fútbol, en la que los números son el factor más importante a la hora de determinar un resultado. "Me gusta el trabajo y que se involucre lo afectivo, que en un equipo se construyan los valores de vida. En nuestro fútbol, en particular, no me veo involucrado en situaciones cuyos objetivos no tienen un aporte de crecimiento. Para mí, la felicidad y éxito en la vida no es tener dinero", afirma el campeón de la Libertadores.
Este mes, Gancedo tiene pensado viajar a España en donde dirigirá al club Gimnástica Segoviana de la tercera división. Parte de su sueldo dentro de esa institución estará destinado a mejorar las instalaciones del merendero y solventar los gastos. "Pagamos una tarifa trifásica de luz de entre $12.000 y $15.000 por mes. Hay amigos que tratan de colaborar, pero ahora que me voy a trabajar con una moneda extranjera, de alguna manera, se van a poder cubrir los gastos", señala el exfutbolista.
"Hay mucha gente que no le hace bien al deporte y generalmente están donde está el dinero. Hay dirigentes de fútbol que son hinchas. En lo afectivo está muy pobre este país, a la Selección argentina no le podés exigir algo. Vivimos en la cultura del oportunismo, del afano, de querer todo fácil y todas esas cuestiones nos pasan factura. El cambio soy yo", concluye Gancedo.
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