Persianas bajas. Cuántos locales más podrían cerrar si se vuelve a fase uno
Si bien algunas se fueron levantando en las últimas semanas, las persianas bajas de los comercios forman parte de las imágenes que la pandemia de coronavirus instaló en las calles de Buenos Aires. Más retrasada en su reapertura que la mayoría de las localidades del país por la mayor concentración de casos de Covid-19, alrededor del 20% de los locales de la Capital no pudieron sostener tantos días de inactividad y decidieron cerrar de manera definitiva. Además, se estima que ese número podría elevarse al 27% si se vuelven a endurecer los términos del confinamiento.
Ese es el pronóstico de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Fecoba), que reunió ayer a representantes de los distintos rubros en su comité de crisis. Según dijo a LA NACION el presidente de la entidad, Fabián Castillo, el 20% de los entre 115.000 y 120.000 locales comerciales porteños cerraron definitivamente desde el comienzo de la cuarentena obligatoria, el 20 de marzo. Esto significa que en los 62 centros comerciales de la ciudad hay más de 20.000 locales que ya no volverán a abrir.
Si bien señala que la crisis afecta a comercios que ya venían golpeados por años de recesión y serias dificultades de financiamiento, Castillo considera que el motivo determinante para bajar las persianas definitivamente fue la cuarentena. "Es imposible afrontar los gastos fijos de un local sin ingresos", señaló, y sumó el factor de la falta de información sobre el tiempo por el que se extendería el parate de la actividad. "Al no poder establecer el alcance de la medida, no hubo posibilidad de trazar una estrategia adecuada para sobrevivir. Al comienzo se pensó que sería temporario", apuntó.
De acuerdo con el diagnóstico que elaboró ayer el comité de crisis, la situación puede empeorar en las próximas semanas, dado que ya se observa una "aceleración de casos". Que eso ocurra o no, advierten, dependerá de si el Gobierno nacional y el porteño acuerdan volver a un aislamiento más estricto. Si se decidiera un nuevo cierre de la actividad, en Fecoba estiman que el porcentaje de locales que cerrarán sus puertas llegará al 27%, es decir, al orden de los 30.000 comercios.
En el sector señalan que muchos locales de rubros ya habilitados para trabajar no lograron reabrir todavía porque debieron no solo reacondicionar los locales sino garantizar la presencia de los empleados a sus puestos de trabajo y, en algunos casos, renovar los productos.
Los locales de indumentaria y calzado, habilitados a funcionar recién hace dos semanas, después de 80 días de inactividad, se vieron obligados a comprar nueva mercadería para adaptarse a las estaciones: cerraron en verano, reabrieron con la llegada del invierno. Además, los comerciantes de este rubro apuntan contra los supermercados, que en muchos casos ofrecen también ropa y calzado sin estar alcanzados por los protocolos sanitarios del sector y, en un horario más extendido.
Abrir tampoco resuelve del todo el problema de los comerciantes. Según Fecoba, los locales que abrieron facturaron el equivalente a entre el 25% y el 30% de la facturación del mismo período de 2019. "Y eso que fue un año malo", detalla Castillo.
En este marco, la federación hizo dos pedidos a las autoridades para aliviar la crisis. Por un lado, le solicitó al Gobierno nacional que solvente mediante un sistema similar al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) el 50% de los aguinaldos a pagar y que permita abonar la otra mitad en seis cuotas.
Por otro lado, le solicitó al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, una moratoria para que las pymes puedan solicitar créditos a tasa del 24% y que haber incumplido recientemente con el pago de impuestos no sea un obstáculo para acceder.
Otra de las preocupaciones centrales de los comerciantes por estos días es afrontar el pago del alquiler, situación que llevó a que alrededor del 30% de ellos termine por devolver la llave de su local, según dijo a este medio Nicolás Sundblad, corredor responsable de la inmobiliaria RE/MAX Class.
Para intentar evitar este desenlace muchos propietarios están llevando adelante conversaciones con sus inquilinos para llegar a un acuerdo que les permita mantener el contrato. "La mayoría de los inquilinos tiene la voluntad de seguir con los contratos y los propietarios desean mantener los alquileres, con lo que el objetivo y la voluntad general es llegar a un convenio", detalló Sundblad. Sin embargo, aclara que "en caso de que no se pueda llegar a un arreglo, se pacta la devolución del bien".