Pandemia. Hacia una acelerada transformación del ecosistema de pagos en la Argentina
La situación que atraviesa el mundo a raíz del Covid-19 cambiará sin dudas la manera en que vivimos, la forma de interactuar de nuestra sociedad y cómo funcionan nuestras economías. Resultaría complejo intentar responder con certeza hacia dónde y cómo virará esta transformación que ya está dando sus primeros pasos.
No obstante, es posible visualizar cómo, a partir del período de cuarentena preventiva implementada, en la mayoría de los países se modificaron algunos de nuestros hábitos diarios para mitigar la propagación del virus. Por ejemplo, a nivel laboral, muchas personas están realizando sus trabajos desde casa; a nivel social, se han adoptado nuevas formas de comunicación con colegas, amigos y familiares a través de encuentros y reuniones virtuales; y en cuanto a las formas de consumo, muchos están acostumbrándose a comprar bienes o servicios a través de internet, desde su computadora o desde el teléfono.
Ahora bien, a medida que el mundo fue ingresando en este territorio desconocido y se vincula cada vez más a través de la tecnología, la innovación gana terreno para reconectar y reconstruir el tejido productivo, económico, financiero y social de todo el planeta pospandemia, reinventando las conexiones tradicionales y generando nuevas formas y herramientas para poder seguir funcionando.
La pandemia impactó prácticamente en todas las industrias. Los sistemas de servicio como las plataformas de entretenimiento on demand, las clases vía streaming o video llamadas; o los servicios de delivery y mensajería a través de apps, parecieran ser el cumplimiento de una profecía de un mundo obligado a operar de forma remota donde inclusive hasta hemos visto, en alguna parte del planeta, drones entregando pizzas. Y así también vemos cada vez más emprendedores operando en la nube o comercios de barrio adaptándose al mundo online, vendiendo a través de redes sociales.
Esta situación inesperada creemos que va a acelerar la migración a un ecosistema de pagos que operará con menos interacción humana, con un fuerte crecimiento e impulso de transacciones de pagos realizadas de dispositivo a dispositivo.
Cuando en la Argentina regresemos a la "nueva normalidad", los consumidores serán más conscientes de la importancia, practicidad y seguridad que brindan los pago sin contacto, fundamentalmente para el pago de los gastos de su día a día: supermercados, farmacias, kioscos, entre otros, e inclusive el transporte. Por eso, este es el momento para que los emisores, adquirentes, comercios y los sistemas de transportes del país aceleren la implementación de esta transformación tecnológica de la industria, que principalmente implica disponer de terminales (POS) que acepten pagos sin contacto y continuar impulsando la emisión de tarjetas contactless para ofrecer a consumidores y comercios una forma rápida y segura de pagar.
Junto a esta nueva tecnología de pago, se vuelve clave la tokenización que permitirá el pago sin contacto desde dispositivos móviles, así como también a los comercios realizar cobros de manera aún más segura, aumentando los índices de aprobación y mejorando de este modo la experiencia de pago en general.
Probablemente también se implementen nuevas modalidades de pago, como por ejemplo "push payments", que permitirán promover nuevos casos de uso para realizar desembolsos de fondos, envío de dinero, pagos P2P y otras capacidades de movimiento de dinero. Veremos un mayor uso y desarrollo de interfaces API para crear o mejorar la seguridad, conveniencia, y experiencia en el pago o en el cobro con credenciales y dispositivos digitales, como así también una mayor adopción de nuevas tecnologías para acelerar la aceptación de pagos en los comercios sin el uso de las terminales tradicionales: SoftPos, códigos QR y otros puntos de entrada.
El uso de pagos sin contactos generará en las ciudades ventajas considerables para todo el ecosistema, incluyendo ahorro de tiempo para los residentes; ahorros de costos y mayor volumen de ventas para las empresas y los comercios, mejora de la productividad, e inclusive posibles ahorro de costos y mayor recaudación fiscal para los gobiernos.
El mundo está atravesando un nuevo momento histórico de transición, y si bien aún es un desafío asegurar cuáles serán las nuevas prácticas y hacia dónde mutarán las sociedades en esta nueva normalidad, en Visa seguiremos trabajando para ayudar a reducir o eliminar el uso de efectivo e innovando día a día para lograr que más personas tengan acceso a formas de pago electrónicas y digitales que sean simples, convenientes y, por sobre todo, seguras.
La autora es CEO de Visa para Argentina y Cono Sur